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jueves, 15 de julio de 2021

SÍNTESIS ELIMINADORA

 

SÍNTESIS ELIMINADORA

Por Eduardo Sanguinetti, filósofo y poeta

"Síntesis eliminadora = decantar, deducir lo particular de lo general, tras haber generalizado los particulares.

- Tara propia de toda secta de hombres a medio vivir - a medio pensar - a medio respirar - a medio hacer, que no se contentan con aconsejar, que no se limitan a aconsejar, sino que toman sobre sí, la irreprimible iniciativa de reprimir... ordenando: no te atormentes, no pienses demasiado, pensarás, pero no más lejos del círculo que yo te trazo... las cosas no van en ese círculo... Nos crucifican en ese círculo y nos impiden avanzar." (Fragmento del Capítulo I de mi libro "Alter Ego", Ediciones Corregidor, 1984).

 

La escritura publicitaria de los habilitados serviles a las corporaciones, significaba y sigue significando, hoy más que nunca, la omnipotencia de la trama siniestra del aparato criminal del poder real.

 

El acto de escribir pierde su función comunicativa, de modo adrede, todo articulado por una logística degradante de pérdida de sentido y por supuesto de la verdad tan temida. Pero también y sobre todo la decepción relativa a la indisposición ante la verdad.

 

La creencia en la bondad de los fundamentos -ética, sentido, historia, progreso, hombre- se reemplaza por una especie de creencia en la omnipotencia de unas fuerzas dispersivas, caóticas, contradictorias, demoníacas, que sin dudas la humanidad ha naturalizado, glorificando los mitos y las leyes de la destrucción: ruina, entropía, caos.

 

De este modo, a pesar del desgaste y rozamiento, se produjo un cortocircuito de lo simbólico, que actuaba cual placebo interno de la conciencia de una humanidad manierista/esclava y la discusión parece producía cierto vértigo, por lo que el esfuerzo en llegar a un diálogo se tornaba casi imposible, devenido en valioso, porque no decirlo o ser inútil, ignorante y mentiroso, no da resultados formidables, en este sistema de sujetos-objetos, que preparan su cuerpo para los gusanos, soportando lo insoportable, en nombre de la democracia ficcional, al servicio de las mafias corporativas, incluidas las mediáticas, en sitial de honor, donde la verdad es eliminada y la mentira es instalada como fuente de todo acto delictivo.

 

En el interior de la ficcionalización democrática, se insinúa con insistencia formas de simuladas confrontaciones, donde no se llega a visualizar quién es el receptor y quién el emisor de noticias solapadas en formato "espionaje super-escort" modelo tercer milenio, tendencia "crimen organizado VIP".

 

Una fisura posmoderna que insinúa lo obvio, permaneciendo extrañamente publicidad, desde un perfil de posibilidad cercana, o trascendido, de lo que parecía irreal y lejano, pero que nadie ignoraba, al menos se presentía cierto tufillo a "voyeurismo" en acto de aniquilar la esencia sagrada de la intimidad.

 

Se requiere cierto heroísmo, para mostrar a la humanidad lo que es la verdad, sin complejos, que se experimentan día a día por quienes tiene reservada la tarea irreprimible de escribir la historia, de los ganadores del gran derby de zombies, que corren tras el espejismo de un oasis sin palmeras, la verdad, absolutamente prohibida de expresarla o mostrarla, en acto y vida, incluso en textos ligeros, literarios, de filosofía vocacional, o en notas de medios under, empantanados entre la melancolía y el desdén.

 

La existencia de la humanidad, en medio de la confusión de leyes, hábitos impuestos, deseos indeseables, impulsos reprimidos, instintos sofocados, se ha hecho tan azarosa, artificial, arbitraria, trágica, grotesca, que jamás tuvo la literatura tanta facilidad para inventar relatos, como en el presente, como tampoco, encontró tan difícil asimilar, deglutir y seguir intentando vivir, con sonrisa dibujada. Nos rodean bestias epizoóticas, a quienes el menor roce hunde en interminables convulsiones criminales.

 

Para qué seguir sublimando y soñando lo que jamás tendrá espacio en este mundo de sistemas necróticos, si el hombre no puede subsistir bajo ningún sistema antropoide, por demás, masoquistas todos ellos, sin la imposición de una mentira duradera, repetida hasta el delirio, una "mentira totalitaria", una mentira que no se esconde en un talvez y libres de restricciones, estas fórmulas ¿sociales?, se disolverán irremediablemente en la anarquía.

 

El sadismo instalado en la maquinaria emocional del hombre, deriva, ante todo, de un amor ante el aniquilamiento, profundamente arraigado en la naturaleza humana y muy particularmente en la naturaleza de las comunidades de hombres, una especie de impaciencia amorosa, un deseo irresistible y unánime por la muerte; impaciencia pudorosa, tímida, pero no por eso menos poderosa del deseo de que Tánatos y su suavidad nos acaricien.

 

El resultado es claro: el repliegue a una posición anarquista cuya violencia afectiva puede volverse inquietante, cuando la comprobación de la impotencia oscila en el sueño de la omnipotencia.

 

Esta serie de exilios, devenida en la posición marginal del discurso de la verdad, sin ambigüedades, determinan una pérdida de la realidad inmensa...una serie de exclusiones que comprende lo histórico y político, asimilados a un cuento pornográfico, que para los millones que piensan: "no puede ser"... No obstante, se les puede replicar cuál síntesis eliminadora: "es".


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