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domingo, 25 de julio de 2021

COLA DE RATÓN HISPANO

 

COLA DE RATÓN HISPANO

AIZPURUA TAR JOSU Mª

Para nuestra desgracia nacional canaria, somos la cola del ratón hispano y eso es en estos tiempos difíciles, la sentencia de muerte internacional. No nos quiere la metrópoli, y eso se sabe en todas las cancillerías y nuestro vecino marroquí con su tradicional flema lo aprovecha y mueve sus cartas de una en una y con gran tino.

Nada podemos hacer, pues nuestra gente hace avestrucismo de diseño, y ni mira para atrás para no ver la enorme costa del Gran Marruecos cuya sola sombra nos asfixia. Somos poca gente, somos individualistas, somos insularistas, somos tercos, y canarios; ahí es nada. Pero, aunque quisiéramos, no somos españoles y menos castellanos, pues en la “Realidad” que en su día se pondrá en la Mesa de Negociación, seremos colonia, que Marruecos se come y se lleva dos. ¡Triste destino! Aunque quizás merecido por la falta de atención a lo que pasó con nuestros hermanos saharauis.

¿Dónde está nuestra tabla de salvación? En el apoyo de nuestros viejos europeos que invernan con nosotros. Ellos nos conocen, nos aprecian y nos quieren a su lado para sus ventajas europeas de jubilados. Esa será la única razón para oponer al justificado argumentario marroquí con el apoyo gringo.

España quiere mantener el Mediterráneo, su Marbella, y las islas africanas se la traen al pairo. Las cambiaran sin rubor por esa paz mediterránea desde donde dominar el estrecho, como mande el amo gringo.

Y ante esta realidad ineludible, no cabe el desánimo, ni rasgarse las vestiduras; es el trabajo sordo la única medida útil. Concienciación, repudio a los medianeros, mensaje popular claro y sincero: estas son las medidas efectivas: hacer una canariedad, mayoritaria, europeísta, africana, y acorde al siglo XXI.

El Sultán nos observa, nos evalúa, y está en su derecho, pero nosotros debemos ser conscientes de ello y nuestra respuesta debe ser lo más unitaria y popular posible. En la política española, nosotros somos un apéndice de fácil extirpación, y algún día seremos moneda de cambio de objetivos más metropolitanos.

Vivir en la mentira, en el ensueño, en el REF y zarandajas, no servirá para nada: somos lo que somos y nadie tiene el derecho de cambiarnos. Sin los Puertos Francos perdimos el soporte de futuro y todos lo sabemos. Madriz no nos quiere y solo en la UE podemos obtener amparo basados en los jubilados ingleses y alemanes que siempre nos apreciaron.

Y por la cuenta que nos tiene, respetemos al marroquí, demos la vuelta para mirar a Rabat, que está ahí enfrente y dejemos de mirar a Madriz, que está tan lejos que; no se ve.

Unos y otros estamos en la misma situación sociológica: los ricos nos vigilan y dominan, pero lo peor es que no saldremos de pobres, ni nuestros hijos y nietos, y en lo profundo de la memoria, recordamos a los abuelos tan pobres como las ratas. Este mundo para ricos: no nos sirve. Marroquíes y canarios, tienen los mismos retos, el mismo espacio geopolítico, la misma miseria y en nada les diferencia a quien le rezan. Son los ricos los que ponen las barreras, los mitos, las fronteras, todo para conservar sus privilegios y perpetuar el Sistema que los hace poderosos.

No les sigamos el juego.


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