SIETE POEMAS INSUMISOS
Variaciones
circulares. La insumisón es
una
semilla de transformación.
PATROCINIO NAVARRO VALERO
Si fuese, excelencias, señorías,
majestades
Señores de horcas, cuchillos y
mazmorras,
Si fuese, tal vez, un seducido
-Para empezar sin más dilate este
argumento-
Aplaudiría todos sus intentos
En acordar la vida con su opuesto,
Asunto de alta magia y mayor
cuento.
Señor obispo y cardenal Primado,
Majestades y notarios, y señores
Okupantes del sillón y del estrado
De inmerecido asiento y altos vuelos:
De su mundo no soy, lo habrán
notado.
Si fuese alguien seducido
Por tirios o troyanos, o banqueros,
Pongamos por ejemplo y quedan muchos,
Mi docta prudencia aceptaría
Un amo sin amor, o algún filibustero
Nacido de urna, perjurio, o injusticia,
Pero pueden esperar a que las piedras canten.
II
Convencidos están de su derecho,
Magistrados y notables, señorías,
Gentes de altos vuelos y bajas felonías,
A enviar mensajeros de la muerte
A violar cada día lo inviolable
De toda nación cogida por
sorpresa,
-Y de paso a las niñas y a sus
madres
Iraquíes, afganas, sudanesas, angoleñas,
Bosnias, albanesas, chechenas,
haitianas,
Yemeníes, palestinas, somalíes,
mejicanas,
Libias, sirias, yemeníes, y sumando….
Al Este de la codicia
desmedida,
Y al Oeste de cualquier
moral
Soñada o conocida, señorías,
Galopan sus caballos de la muerte
Por tierra, mar o aire y sin clemencia.
Y luego
Corresponde a sus códigos de Infierno,
Absolver al verdugo uniformado,
Encumbrar a usureros y tiranos
Y al general con más cadáveres ganados.
¿Razones de cruzados? No:
Razones del Averno.
III
Si fuese un seducido, callaría
Ante el grito de tortura en las
mazmorras
Del crimen universal y sin
testigos
Donde el diablo oficia sin medida
Y no alcanza a consentir
otro derecho,
Que el derecho del reo a respirar
(Sin garantía,
Claro está).
IV
Si fuese un ciudadano seducido
Diría, para ser bien considerado,
Que el mundo está bien ajustado,
Que las cosas como son, son adecuadas;
Que no hay que tirarse de los pelos,
Que cada uno a lo suyo
Y a lo de todos, nada,
Faltaría…
Pero una mañana temprano dije:
este juego
Ya está de sobras jugado.
V
¿Dónde está el principio de este fiasco?
La emisión del veneno cotidiano
Que vierten altos estrados
Asombra por igual al sabio
Que a la niña que juega con
muñecas.
La sangre del pobre son impuestos
Que mantienen al rico en pie de guerra
Y aumentan al pueblo su pobreza
Así gane batallas o las pierda.
Y el hijo del pobre marcha, qué dislate,
Empujando su miseria, a ser soldado
De una de esas guerras, qué ironía,
A matar niños con la edad de sus
hermanos,
A destruir a corazón vacío y manos
llenas
Lo que hicieron los siglos y las penas
De otros pobres como él y sus parientes
Con otro uniforme y distinta bandera
VI
¿Quién proclama el amor,
Quién lleva la paz como bandera,
Quién libertad proclama
Y abomina de las guerras?…
¿Quién habla de cerrar los
arsenales
O destruir los candados
De cárceles, bancos y fronteras?
-Los que saltan las vallas del cercado,
¿Cabe, tal vez, otra respuesta?
¿Quién proclama que su voto solo sirve
Para enterrar sus sueños en las urnas?
¿Quién niega el derecho de la vida
A circular libre y sin barreras?
Los que saltan las vallas del cercado,
Los hijos de la luz y sus esferas.
(Y si hay alguien más que diga el santo
y seña).
VII
Que no hay bando sin bandera
Ni bandera sin amo y sin vasallos
A no ser la blanca bandera
De los que saltan cercados,
proclamo en alta voz y en carne viva.
Y díjome el más viejo del lugar,
aparte,
“A poeta libre, silencio reservado”.
Y acierta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario