'EL MUNDO' O LA FÁBRICA DE 'CUÑAOS'
ANÍBAL MALVAR
Asistimos hoy a una de las más burdas manipulaciones de nuestra prensa nacional-católica y monárquica. El Mundo abre su portada con un espectacular titular que denuncia que "Pablo Iglesias multiplica su riqueza por seis desde que es político". Ítem más: "Admite tener un patrimonio de 352.000 euros, cuando en 2014 era de poco más de 60.000". El arduo trabajo de investigación periodística ha consistido en mirar la declaración pública de bienes de los miembros del gobierno, que se publicaba ayer. En dicha declaración también consta una deuda de 235.156 euros que el periódico de la bola olvida consignar hasta llegar a sus páginas interiores, editorial mediante, lo que reduce el capital real del peligroso comunista a 120.000 euros. O sea, que el patrimonio acumulado durante estos siete años de Iglesias en el fangal político se reduce a 60.000 €. Menos de diez mil pavos anuales. De lo más que se debe acusar al podemita es de ahorrar poco, como me reprocha a mí mi santa madre.
Siempre ha tenido
mucha querencia nuestra derecha por reprochar ferozmente a la izquierda que no
viva en un tonel diogenésico. Hace unos años, un periódico de tirada nacional
(no quiero recordar ahora cuál) nos brindaba un reportaje sobre el editor
izquierdoso Ramón Akal en el que se destacaba la contradicción de que un
comunista viviera en un chalet de 500 metros. Akal, gallego y retranqueiro,
llamó inmediatamente al periódico para exigir una rectificación: "Mi casa
mide bastante más". A veces, cuando de mujeres se trata, este tipo de
reproches exhalan un alcanforino tufo machista, como cuando el mismo periódico
El Mundo dedicó un reportaje a Yolanda Díaz y a su "sorprendente
elegancia". Es el nivelazo de nuestra prensa tradicionalista, ávida de
ofrecer a todos los cuñaos de España argumentos para que te jodan la cena de
navidad con sandeces de este jaez.
No contentos con
abrir su periódico con esta burda manipulación contable, los gurús del diario
de Francisco Rosell le dedican a la primicia un sabroso editorial titulado
'Todo en Iglesias es demagogia'. "La práctica política exige una
ética", claman dignísimos desde sus nobles páginas los blanqueadores de la
delictiva familia real, de los trincones del PP y de los vividores de Vox. De
las viviendas de estos últimos también hemos tenido noticia en nuestra prensa,
y gracias a ella hemos constatado que los neofascistas no viven en casoplones,
como los rojos parvenús, sino en elegantes mansiones aromadas de glamures y
geranios. Yo me distraigo mucho con estas primicias, buscando en los interiores
fotos decorativas de Franco, Hitler y Mussolini sin encontrarlas nunca. Colijo
que las tienen sobre los cabeceros de las camas para inspirar sus ejercicios
amatorios.
En el país de los
Eme Punto, de los Javier Arenas multiplicados, de las Corinnas envueltas en
millones suizos, de los mercadeos de diputados y de las mamandurrias de la
iglesia, se considera "actitud falsaria" el ahorro de nueve mil
pichardos anuales por parte de un vicepresidente de Gobierno, autor de unos
cuantos libros, por los que cobrará unos derechos, y ya veterano profesor.
"Por muy legítimo que pueda ser el origen de tanto dinero", no les
queda más remedio que apostillar antes de volver a destilar azufre.
Cierta prensa
española se ha convertido en una imparable y chapliniana fábrica de cuñaos.
Pero el caso es que la estrategia enmerdante funciona, por mucho que se
sustente en un contumaz y obsceno insulto a la inteligencia. Y, en este caso,
también a las más básicas reglas de la contabilidad. A ver si el nuevo jefazo
de TVE vuelve a emitir Barrio Sésamo, que es lo que necesita esta prensa de
España para labrarse una cultura crítica y contable. Aunque yo no me hago
muchas ilusiones. Y la rana Gustavo, tampoco.
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