ANGHEL MORALES
Iba el sol derramando su hermosura
en la cima borrosa del ocaso;
quedando en torno. de su luz al paso,
su ambiente de paz y de ternura.
Así es la Vida Que pierde su tersura
de la tarde que llega sin retrazo.
Declinando su luz, bebiendo el vaso
del último licor que se apresura.
Admirando este sol primaveral,
añoramos el áureo caudal
de aquellas juventudes liso0njeras.
Hay rumores de pálidos suspiros
que guarda el pensamiento, con sus giros,
¡recordando las viejas primaveras!
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En esta floración tan admirable
se expande la alegría dulcemente;
como un grato latir de adolescente
que ha llegado del tiempo abominable..
La caricia del sol es mas amable
y el cielo mas azul y esplendente.
Van y vienenlas olasa mansamente
con su eterna canción imperturbable.
Todo renace, se renueva y canta...
Es la lírica voz que se levanta
trayendo el bien y desechando el mal.
Hasta la flor marchita de mi vida
reverdece también. Por verse unida
al triunfo del Amor Primaveral.
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Yo soy el soñador que quiso ahora
bajo este cielo azul de primavera,
que llegara su alma toda entera
hasta el goce triunfal de nuestra aurora.
En esta floración renovadora
queda encerrada mi anhelante espera.
Y en éxtasis de Amor cantar quisiera
la dicha de su gracia encantadora.
He de seguir soñando al contemplarte
con la gloria de oírte y admirarte
otra vez en tu forma tan querida.
Estoy en el umbral que he suspirado.
¡Que la muerte se aleja de mi lado
y el calor de tu nombre me da Vida!
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