B R E T E
José Rivero Vivas
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Presentación
de LLIURE
de
Armando Rivero
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Ediciones Aguere – IDEA
ISBN.
978-84-16404-25-4
Depósito
Legal: TF-199-2015
Foto en
portada: Armando Rivero
Octubre de
2015
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BRETE
José Rivero Vivas
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En San Andrés ha existido siempre una inclinación por la escritura, aunque esta dedicación no ha tenido fruto verazmente reconocido. Tengo referencia de Alfredo Vivas Cabrera -abuelo mío, fallecido antes de mi nacimiento-, quien además de enseñar a leer y escribir, oficiar de escribano y otros asuntos relacionados con el tema, actuaba y dirigía obras de teatro, mayormente de autores clásicos, aunque montaba también alguna de su propia autoría. Es de suponer que habría más gente entonces, como actualmente, aparte los que conocemos por sus publicaciones. Está Anselmo Franquis, autor de canciones y del romance al Naufragio del María Luisa, hacia 1950. Carmelo Melo, que ha publicado en prensa; Ireneo Fernández Núñez, que escribe cuentos y novelas para regalar a sus hijos y sus amigos. Hay algunas personas más, que tal vez publiquen, además de gente joven que escribe poesía y la guarda. Ello nos lleva a conjeturar que, en una época de apertura a estudios superiores, mucho escritor tiene que haber en espera de oportunidad.
Pero nos vamos a referir a quienes
han tenido la posibilidad de ver parte de su obra publicada, como Juan Curbelo,
casi al inicio, con sus canciones y sus poemas. Continuamos con Orlando Cova -que
nuestra observación, a quienes yacen más allá, sea homenaje a su memoria-.Su
sobrino Marcos Cova -con obra publicada, analizada en Dakar-, director de la
revista La Higuera y promotor del Grupo Juvenil Ibaute. Están además los grupos
folclóricos, que escriben sus letras, y los conjuntos musicales, de amplia
valoración y estima. Cabe igualmente señalar los profesionales de docencia, así
como doctos investigadores, con estudios y tesis de otro tenor.
Como no se trata de hacer un listado,
en el que habría involuntaria omisión, tal vez por incuria, nos limitamos a
mencionar a Jesús Rodríguez Castellano, Berta Rodríguez, Armando Rivero y yo
mismo, con obras publicadas en diversas editoriales de las Islas.
Apadrinados hoy por Ánghel Morales, que nos ha puesto en
contacto con Ediciones IDEA,
disfrutamos de su efectividad en cuanto diana de sus continuas publicaciones,
multiplicadas en coedición con Ediciones
Aguere, lo que ha ofrecido suprema oportunidad a tanto autor, ignorado y
novel.
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Escribir un libro supone un esfuerzo
que merece al menos manifestar cierto respeto hacia su autor. Es lo que
intentamos esta noche en la presentación de LLIURE, de Armando Rivero,
de quien se podría decir mucho, así como de este volumen; pero dejamos el caso
para los expertos, que son quienes deben comentar en las aulas, en salas de
conferencia, en revistas especializadas, en páginas culturales de prensa
escrita, en radio y televisión. No sucede de esta suerte, y, sin distraernos en
analizar las causas, pasamos adelante en este sucinto comentario.
La lectura del libro nos sugiere que
su autor persigue un como dejar las cosas en el aire, cual si tratara de
finalizar cada fragmento en acorde de jazz, y, siguiendo en ello, más adelante
nos induce a pensar que se está a la espera de algo, que el poema por sí mismo
no parece suscitar.
Dentro del hacer actual, donde la
poesía parece escrita en prosa interrumpida, a criterio del poeta, hallamos a
lo largo del texto algunas líneas con calidad de verso, en su compacta
aliteración…
“y mentiras desmintiendo otras
mentiras mayores…”
Que nos evoca aquello de “la
razón de la sinrazón...” No recuerdo si es de Cervantes o si lo tomó de
Feliciano de Silva…
Tendrá sin duda fundamento la cita
que hace de Alicia, porque las drogas pueden ser de disímil naturaleza. Claro
es que, lo que dice el rezo no atañe a su verdad; aun así, la exhortación lo
impregna de cierto halo de realismo, y al cabo resulta un tanto hiperbólico.
Descubrimos fácilmente que prima su
estímulo por dedicar su preferencia a lo foráneo, especialmente si procede de
América, acaso por huir de costumbrismo y pasar de lo local a lo universal.
Aunque también puede tomarse como lógica influencia del tono imperante en plurales
facetas de la actividad cultural y aun más allá.
Él mismo se refleja como viajero
empedernido, que puede ser de imaginación y fábula, lo que da doble sentido a
su expresión.
Las cantidades obscenas, según franca
insinuación esquiva, se vuelven de inmediato reales al trocar el término
matemáticos en economistas.
Encontramos algún verso roto, por parecer
que es el incendio quien espera a la lluvia. Pero el poeta lo ha dispuesto de
ese modo y así hay que apreciarlo. Sin embargo, lo marginal a veces trunca el
intento de innovación o sorpresa.
En página 43 aparece un canto,
repetido en página 81, cuyo motivo ignoro.
El poemario está ahí, de pie, mostrando
su existencia en su íntegra concreción. Si en su lectura encontramos lo que
pudiéramos catalogar de ambigüedad, insinuación tremuleciente, tras referencia
a lo exótico, no deja de ser pura mimosería y mera trivialidad. No obstante, la
libertad de opinión debe prevalecer por encima de temor, tanto a error cuanto a
consiguiente deslealtad.
El libro ha sido cuidadosamente
editado por Ediciones Aguere – IDEA,
y exhibe, en contraportada, unas frases, concisas y sugerentes, del profesor David Roberts, nuestro entrañable David, ausente ya de sus paseos, que
redundaban en gratos encuentros con todos nosotros en San Andrés.
Resta, pues, presentar nuestra
sincera felicitación al Autor y su Editor, por esta excelente aportación a
las Letras Canarias.
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José Rivero Vivas
San Andrés de
Abicor
Tenerife –
Islas Canarias
Octubre de
2015
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Tenerife
Islas Canarias
Marzo de 2021
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