AMAZON CONTRA LOS TRABAJADORES
Los piquetes antisindicatos del gigante norteamericano emprenden
una guerra psicológica contra sus empleados y les acosan incluso cuando van al
baño
STUART APPELBAUM
Decir que Amazon, posiblemente la empresa más poderosa del mundo, tiene una relación conflictiva con los sindicatos sería un eufemismo. Los trabajadores españoles lo saben muy bien. Al fin y al cabo, miles de ellos en lugares como San Fernando de Henares o El Prat han estado en conflicto exigiendo que la empresa estadounidense respete derechos laborales básicos.
Lo que la mayor parte de los españoles no sabe es que en Estados Unidos, donde Amazon emplea a más de 800.000 trabajadores, casi 6.000 empleados de almacenes en Bessemer, Alabama, están votando por correo para formar lo que podría ser el primer sindicato de Amazon en Estados Unidos. Esta elección es importante. Para muchos trabajadores es, junto con las recientes elecciones presidenciales de Estados Unidos, una de las votaciones más importantes de su vida.
Como sindicalistas
estadounidenses con muchos años de trabajo internacional, sabemos lo difícil
que es transmitir a nuestros colegas europeos las brutales campañas
antisindicales de las empresas estadounidenses. Las amenazas, las mentiras, la
coacción y las tácticas destructivas basadas en perfiles individuales son algo
habitual. Este actividad antisindical (consultoras que se dedican a asesorar a
las multinacionales a evitar la creación de sindicatos) genera ya alrededor de
340 millones de dólares anuales, según el Economic Policy Institute, y está
siendo puesta en práctica por verdaderos especialistas en una guerra
psicológica que roza la ilegalidad.
Y, como no podía
ser de otra manera, Amazon ya está utilizando sus recursos ilimitados para pagar
a algunos de los más tristemente célebres y despiadados rompesindicatos, con el
único fin de evitar tener que sentarse a la mesa de negociación con los
trabajadores de Bessemer.
Porque, en caso de
que la mayoría de estos trabajadores vote “sí”, Amazon estará obligado por ley
a reconocer al sindicato y a participar en la negociación colectiva, algo que
Amazon intenta evitar por todos los medios, incluso en muchos países
europeos.
La buena noticia es
que en Bessemer, la mayoría de los trabajadores, más de 3.000, ya ha firmado
las tarjetas presentadas al gobierno estadounidense en las que declaran que
quieren formar un sindicato. Para
conseguir una elección sindical dirigida por el gobierno, al menos un tercio de
los trabajadores tiene que manifestar este apoyo.
Esto es una señal
clara de que estos trabajadores de Amazon quieren un cambio, tener voz en el
trabajo para negociar sus condiciones laborales. La pandemia ha puesto aún más de manifiesto la injusticia de una
empresa que se beneficia de unas ventas sin precedentes mientras los
trabajadores tienen que soportar unas exigencias de producción cada vez
mayores. Nada impide que Amazon reconozca al sindicato en base al amplio apoyo
mostrado por estas tarjetas
Pero
desgraciadamente, Amazon ha optado por emprender una agresiva campaña de
intimidación y desinformación que se ha colado en todos los espacios de
trabajo, incluso en los cuartos de baño... Además, los directivos de Amazon
están celebrando reuniones con gran presión para influir en el voto de los
trabajadores. Según nuestra experiencia, estos discursos intensos y
antisindicales pueden infundir miedo a perder el empleo, a ser relegados o a
otros tipos de represalias. A menudo presentan vídeos intimidatorios de huelgas
y dicen que los sindicatos son una apuesta, sin garantía de un futuro mejor.
La empresa también
ha enviado un aluvión de mensajes antisindicales y ha creado un sitio web con
mucha información engañosa. Los trabajadores son recibidos en su puesto de
trabajo por dos grandes pancartas publicitarias en las que se puede leer “DO IT
WITHOUT DUES”. (HAZLO SIN CUOTAS).
Y tal vez lo más
grave es que Amazon ha invocado el hecho de que el voto se realiza por correo. Al igual que en el caso de la campaña de Trump,
Amazon argumenta erróneamente que los votos por correo son fraudulentos. Pero
en realidad, el voto por correo da a la gente la oportunidad de votar en la
intimidad de sus hogares, lejos de la mirada de la dirección, y sin el mayor
riesgo de exposición a la covid-19. Y también con menos tiempo para que Amazon les bombardee con mensajes
hasta el momento de la votación.
En Estados Unidos,
hay esperanza de que el nuevo presidente, Joe Biden, dé paso a una nueva
oportunidad para prohibir estas prácticas antidemocráticas.
Aunque, mientras
tanto, los intentos actuales de Amazon de socavar la democracia en el lugar de
trabajo deberían exponerse al mundo como lo que son: un retroceso duro y al
estilo feudal del siglo XIX.
La única manera de
vencer esta forma tan brutal y tan americana de actuar es teniendo la audacia
de mantenerse unidos, la voluntad de organizarse para conseguir el poder y el
compromiso de desafiar las dificultades. Esto es precisamente lo que los trabajadores
de Amazon están haciendo hoy en Bessemer, Alabama, y por lo que los
trabajadores de todo el mundo, incluidos los de España, los animan.
Una empresa que
tiene tanto poder sobre el futuro del comercio y el trabajo debe ceñirse a
normas más elevadas, no a las peores prácticas del pasado. La empresa tecno más grande del
mundo debería fomentar la democracia en el lugar de trabajo, no tratar de
destruirla.
---------------
Stuart Appelbaum es presidente del
Retail, Wholesale and Department Store Union (RWDSU). Christy Hoffman es s ecretaria General de UNI Global Union
No hay comentarios:
Publicar un comentario