**** L O L O ****

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**Rafael ZAMORA MÉNDEZ**

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Tan pronto como pudo ir pronunciando sus primeras palabras, una inesperada buena tarde, después de abrir de par en par los adormilados ojos, en el cochecito donde  tranquilamente descansaba la zagas ardilla de mi muy aventajada nietecilla, VALENTINA, así, confundida, pero resuelta, apenas, casi balbuceando y aprendiendo a charlar, me soltó de repente aquello de... “¡LOLO!”.

 Fue un simbólico bautizo como para para darme a vislumbrar de que, en realidad,  yo era su asignado abuelo.

 En la actualidad, ya con 9 años sobre su transformada y avispada personita, no meramente prosigue apuntalando lo mismo, sino que ha tenido el especial y exclusivo don de ir, sin más,“pegándoselo”, por entero a toda la concertada parentela en peso.

Poseedora de una inconcebible memoria, para su restringidos años encima, lo mismo lleva a cabo llamativos juegos de magia, como es capaz de recitar prolongados poemas, o, artísticamente, cantar con aires de melódica alondra, imitando a su muy contemplada Rosalía y... ¡hasta en inglés!, doblar las difíciles tonadas que se le permiten poder ser captadas por radio o televisión!

Sus rebosantes y angelicales evidencias tendría ella para utilizar el tan ignorado término que, no solamente a mi me dejó en gramaticales dudas, sino que a copiosos de  nuestros admirables lectores de fijo, que también.

Lo fundamental no es tener razones:Es tener razón.

En eso de “ BUSCA y ENCONTRARÁS”, ponen en agitada galopada, ubérrimos y sorpresivos factores.

 

Se coincide de que, en Chile, motejan el tal nombre- que también puede ser adjetivo- como...”Persona que está en el período de la vida, entre la niñez y la edad madura”.

 

La docta pluma salesiana de Josan  Montull, nos dejó escritos estos líricos regalos:

 “Los abuelos, espolvorean polvo de estrellas sobre la vida de sus nietos.

 Un mundo, sin ellos, no tiene corazón!

Existen los abuelos.

Los  encontramos en muchas casas, familias, ambientes.

Han acumulado años de historia, vida, sinsabores,  y esperanzas aguantando el tipo con dignidad.”

¡Un mundo, sin LOLOS, no tiene corazón!

¡Por lo pronto, el mío, se encuentra, a Dios gracias, esparcidos entre tres adorables nietos y dos principescas  nietas!

 ¡Todos ellos, en conjunto, a manos  llenas,  me dispensan el más anhelado rayito de amoroso sol, irradiando por entero el intenso acaloramiento de mi más ambiciosa y exaltada ternura!

Valentina, Valentina,

que en Bolivia fue a nacer.

¡Se ocultas tras la cortina,

para que LOLO consiga,

no encontrarla de una vez!

 

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