¡GRAN ESTRENO MUNDIAL! ¡BIENVENIDOS
AL APOCALIPSIS!
AGUSTIN GAJATE
Del aclamado
director T. Party y de los productores de algunos de los mayores éxitos de la
historia del espectáculo, Mano Invisible Films Ltd y Neoliberal Corp Inc, con
títulos tan taquilleros como “En busca de las armas de destrucción masiva de
Irak” y “El bueno, el feo y Gadafi”, llega ahora la mayor superproducción
mundial nunca antes creada, que no se va a proyectar en cines o interpretar en
teatros como los musicales más aplaudidos, sino que directamente podrá verse
gratis, sin necesidad de abonarse a ninguna plataforma de pago, en las
pantallas de los hogares, tabletas, ordenadores y teléfonos móviles que acepten
publicidad ilimitada, pero que también se escenificará en calles y espacios
públicos de todos los países del planeta, para que puedan disfrutarlo quienes
no dispongan de los recursos económicos y tecnológicos necesarios para apreciar
la complejidad de esta magna obra en toda su plenitud.
“¡Bienvenidos
al Apocalipsis!” es una nueva experiencia multimedia basada en una
telerrealidad pluricanal, donde se mezclan de tal manera realidad y ficción que
los espectadores, que intervienen e interactúan a su vez como extras y hacen de
bultos sospechosos en los escenarios exteriores donde se desarrolla la acción,
nunca van a saber que parte de la trama es cierta y cual imaginada.
Para
garantizar el éxito de esta megaproducción, los responsables no han reparado en
gastos y han reunido a un impresionante elenco de estrellas, junto a famosos
que hacen cameos, encabezados por un veterano actor y uno de los personajes más
significados en redes sociales, D. J. Trump, que si bien se le había
encasillado en papeles de gran empresario timador, racista, misógino, homófobo
y acosador, ahora causa furor en su interpretación de superhéroe americano
elegido sin trampa ni cartón y muy a su pesar para ocupar la presidencia de su
país, que se bebe un vaso de lejía en ayunas para purificar su cuerpo y
reforzar sus superpoderes y que va incrementando a lo largo del día gracias a
una frugal dieta basada exclusivamente en la ingesta masiva de hamburguesas,
pizzas y papas fritas, acompañadas por litros y litros de burbujeantes
refrescos de cola.
El
superhéroe protagonista de la historia es un personaje complejo y lleno de
matices, que tan pronto abraza a un dictador comunista de un pequeño país
asiático y a un soberano medieval de la Península Arábiga que niega los más
elementales derechos a sus súbditos, como somete a implacable bloqueo y amenaza
con atacar a otras naciones a cuyos dirigentes acusa de comunistas y
antidemocráticos.
El argumento
central gira en torno a un virus que se detecta por primera vez en una ciudad
oriental y se propaga por todo el planeta, afectando a millones de habitantes y
matando a centenares de miles durante los primeros meses. A partir de ahí se
paraliza la actividad económica mundial y la gente queda confinada en casa,
aunque no en todos los territorios. La nueva situación provoca el descenso de
la contaminación y la recuperación de mucho ecosistemas, pero también la falta
de alimento y de artículos de primera necesidad para millones de personas, a
los que rara vez se les ve, pero se intuye su presencia invisible.
No se conoce
el origen del virus, por lo que surgen diferentes teorías, entre las cuales los
espectadores deben acertar la correcta, aunque si eligen la equivocada tampoco
van a saber hasta el último momento si es auténtica o inventada, manteniendo
así la intriga hasta el final, que tampoco se sabe cuándo y dónde va a ser, si
va a estar localizado en un lugar concreto o si será global, en muchos sitios a
la vez.
La mayor
parte de la comunidad científica cree que el virus pudo mutar desde los
murciélagos, que se lo pasaron a los pangolines, quienes, a su vez, pasaron el
virus a los humanos. Esta hipótesis es muy complicada y, por tanto, no tiene
muchos seguidores y prácticamente ha sido descartada salvo por frikis empollones
y enterados de universidad, que son una minoría que se cree muy lista pero que
no tiene ni idea de la vida, por lo que la más aceptada, sobre todo entre los
influyentes colectivos de cuñados sabelotodo, tuiteros, 'youtubers' e
'instagramers', es la teoría de la conspiración: el virus se creó en un
laboratorio y se expandió para colapsar los sistemas sanitarios de potencias e
impotencias enemigas, pero a quienes lo fabricaron se le fue de las manos y
ahora se expande por todas partes sin control, aunque se va a relajar durante
el verano para disfrutar del sol y la playa y poder volver con nuevos bríos en
otoño.
Tampoco se
descarta en redes sociales, donde reside la verdad absoluta de esta obra
maestra que combina intriga, comedia, drama, ciencia ficción, autoayuda y otros
géneros, la teoría de que el planeta se está vengando del ser humano y que el
calentamiento global, el abuso de pesticidas y herbicidas, la contaminación por
plásticos y metales pesados, la deforestación, las pruebas nucleares, el agujero
de la capa de ozono y la pérdida de biodiversidad, entre otros efectos debidos
a la actividad humana, han provocado la aparición del virus, que permanecía
congelado durante decenas de miles de años en un glaciar del Himalaya o en el
permafrost siberiano y que se liberó al evaporarse la capa donde había quedado
atrapado desde épocas inmemoriales.
La acción se
vuelve trepidante cuando los dirigentes mundiales, sin tener ni idea de lo que
están haciendo salvo contadas excepciones, destinan recursos económicos casi
ilimitados para buscar una vacuna, cuando hasta entonces no habían sido capaces
de financiar investigaciones, a pesar de las continuas advertencias de los
científicos, para combatir los virus pertenecientes a la misma familia,
pensando que un avance así se consigue en cuestión de meses y no de años de
estudios y pruebas.
Para
incrementar la audiencia y como la mayoría de los países son bastante
aburridos, los productores del espectáculo han organizado una 'performance' o
improvisación artística para promocionarlo tanto a nivel local como
internacional en SPPAIN (Singular País Plurinacional Afectado In Nombrable), en
cuyas cámaras legislativas una parte de los representantes políticos de la
derecha extrema y de más allá han dejado de utilizar palabras comprensibles
para justificar sus actos, formular interpelaciones y presentar propuestas,
para comenzar a proferir eructos contra los responsables del gobierno, e
incluso lo llegan a hacer en algunas instituciones donde gobiernan y contra los
portavoces de la oposición que le ofrecen apoyo en estas tristes
circunstancias.
El éxito de
esta acción ha sido absoluto y los eructos se han propagado y prorrumpido por
algunos barrios pudientes, donde los vecinos los imitan por las calles,
acompañados por una banda sonora metálica de cacerolas. Hasta organizaron una
procesión de coches por diferentes ciudades ataviados con banderas patrias,
haciendo caso omiso a todas las recomendaciones para evitar ser contagiados por
el virus, ya que estos grupos que viven en la opulencia se creen inmunes al
seguir los consejos médicos del gran superhéroe americano.
En las
últimas jornadas, los guionistas también han querido dar un giro a la trama,
que ha adoptado contenidos cercanos a los telefilmes judiciales y policiales, frente
a los relacionados con las urgencias sanitarias, que ya comienzan a aburrir a
la audiencia. Al contrario de lo que pareciera lógico, que se detuviera y
enjuiciara a los abanderados que incumplen las normas de confinamiento y
distanciamiento social (por lo que se ve eso no da audiencia ni es noticia
salvo que se produzca de forma individual, en un barrio pobre y con violencia
policial), en el ámbito local, son los que instigan a la rebelión quienes
denuncian al gobierno en los tribunales y para ello cuentan con la inestimable
colaboración de varios responsables de un benemérito cuerpo de seguridad del
Estado, que elaboran informes falsos para la judicatura con el objetivo de
perjudicar al gobierno que les mantiene en el cargo, a modo de topos pertenecientes
a una organización ruin y despiadada.
Aquí, en un
giro argumental maquiavélico, el cese de mandos policiales por anteponer su
ideología al juramento por el que accedieron a su función pública y por falso
testimonio, además de filtrar el documento elaborado a periodistas afínes,
provoca una campaña contra el ministro al cargo, que en un alarde de
inconsciencia y temeridad sube el sueldo a todos los integrantes de las fuerzas
y cuerpos de seguridad del Estado para prevenir males mayores, aunque no está claro
que eso vaya a suceder.
Casi al
mismo tiempo, en la gran potencia del otro lado del océano, se producen
disturbios por la muerte de un hombre negro por parte de un policía blanco que
lo asfixió al aplastarle la garganta con la rodilla durante varios minutos sin
que ofreciera la más mínima resistencia y mientras se quejaba de que no podía
respirar. El conflicto se agrava a medida que el policía sigue sin ser
detenido, ni acusado de homicidio o asesinato, ni puesto a disposición
judicial.
La
incertidumbre sobre lo que va a pasar a continuación es máxima y los guionistas
no quieren desvelar detalles sobre cuanto va a durar este espectáculo ni cual
va a ser el final, pero aseguran que no va a dejar indiferente a nadie. Las
fuentes consultadas afirman que el final va a ser ¡la bomba! Pero no han
aclarado si nuclear, química o biológica, ni tampoco si esa bomba ya fue
lanzada y lo que estamos viviendo es un 'flashback'.
(continuará)
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