JM AIZPURUA
La calle era de
Fraga y la peleamos hasta ganarla, calle a calle, con muertos, porrazos y
pelotazos para arrancar de la sociedad sus ideas fascistas. Nos presentaron una
Constitución 78 que nadie leyó, y la votamos creyendo que era la expresión de
la lucha antifascista que al fin triunfaba en facultades, fábricas y calles.
Pero al parecer nos engañaron y hoy sigue habiendo dueños de la calle distintos
de nosotros. Yo; protesto.
Esos artículos que
nos quitan los derechos sin pasar por referéndum: son una mierda
antidemocrática. Se pongan como se pongan.
Aquí hay una crisis
sanitaria, una pandemia, no hay “alarma”, si no “certezas” con daños de
carácter médico producidos por un virus, que al no poder neutralizarlo, la
cumbre decidió encerrar a la ciudadanía en sus casas sin discriminar a los
infectados de los sanos y aplicar el artículo 116 para evitarse consecuencias.
Y no es así; hay que responder de los hechos.
Y la Ley dice:
“"cuando circunstancias extraordinarias hiciesen imposible el
mantenimiento de la normalidad mediante los poderes ordinarios de las
autoridades competentes". Y es evidente que la anormalidad venía de un
virus, que las autoridades competentes, autonómicas, debían poder perfectamente
controlar con sus medios sanitarios.
Pero no tenían
suficientes respiradores, UCIs, camas y utensilios, para enfrentarse a una
epidemia, y eso tiene responsables que deben conocerse.
Para enfrentarse al
problema y con la población acojonada, aprovecharon el viaje para blanquear al
españolismo centralista y a las policías y militares, dando unas ruedas de
prensa diarias insufribles, y sacándolos a pasear con arrogancia y el poder de
Ley Mordaza, donde hacían de jueces que decidían al momento la culpabilidad del
ciudadano. Usaban como siempre la “treta” de la identificación para sancionar.
No podemos olvidar
a los miembros de “La Manada”, profesionales que pasaron las pruebas de
idoneidad de sus cuerpos y que podían hoy estar patrullando por las calles. No
es grande la preparación necesaria para sentenciar en la calle la acción del
ciudadano, y eso, es un ataque a la democracia disfrazado tras un artículo
inadecuado que le arranca sus derechos.
Además, lógicamente
se enfermaron, y paseando fueron contagiando sin control. Ya en Haití las
fuerzas de la ONU contagiaron a la población de cólera, pero la ministra no
debía saberlo o prefirió españolear por las calles. ¿Por qué no los mandó a
recuperar las aguas que nos quitó el Sultán? Esa si es su auténtica función.
Y en un increíble
error constitucional, se olvidaron de que estamos en un “Estado de las
Autonomías” con las competencias sanitarias en su lugar natural y en una
jacobina maniobra, recentralizaron el Estado. Su pretexto de pandemia se volvió
contra ellos e hicieron el más espantoso ridículo, incapaces de mejorar nada y
dejando sombras de comisiones y negligencia. No compraron nada bueno, ni
rápido, y olvidaron la capacidad productiva de empresas vascas o catalanas que
pudieron haber suministrado respiradores a precios increíbles (Ver Alex
Quintanilla).
Posiblemente yo
tenga todas las papeletas para que el virus se me lleve por delante, pero no
quiero morir como los corderos, viví en pie, salí de ser considerado por el
Sistema como “rojo-separatista” y entrar en “ciudadano” y no renuncio a ello, y
de morir; quiero hacerlo con dignidad, con eutanasia, y con un respirador. Yo:
protesto.
¡AH! Y no han
quitado la estatua de Franco. No se hagan los despistados; farsantes.
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