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viernes, 8 de mayo de 2020

VÍTORES POR UN LUCHADOR DE LA OPINIÓN PÚBLICA


VÍTORES POR UN LUCHADOR DE 
LA OPINIÓN PÚBLICA
JUAN GARCÍA FALCÓN
(*)13-9-94
Hoy les escribo sobre Víctor Ramírez, un hombre que consume su vida, al margen de otras actividades, en el ejercicio de su buena pluma literaria y en clamar a los cuatro vientos las desgracias que sufre su maltratada Patria Canaria.


Del mundo literario recibe las mayores satisfacciones, puesto que el fruto de su larga contribución a la obra viva de la narrativa canaria actual lo recoge hoy como el evidente reconocimiento social que se le otorga a su labor, aunque éste no se ha convertido en una actividad rentable económicamente que le haya permitido llenar sus bolsillos, sino que por el contrario cada nueva publicación le supone desperrarse casi por completo.


La vida política, por demás, escarnio de muchos, constituye para Víctor la cruz y el calvario de su vida presente. Rebotado de la actividad sindical y política de la extrema izquierda local, se ha atrincherado en los últimos años en sus publicaciones regulares del DIARIO DE LAS PALMAS, para desde allí abordar muchos temas con sus críticas y argumentos en favor de una Canarias independiente del Estado español.

Pero su lucha actual se parece a la de un lobo solitario, quien, teniéndose que valer por sí mismo, ataque tras ataque va quemando sus fuerzas, corriendo muchos riesgos y eludiendo quedar ante todos como si de un anacoreta predicando en el desierto se tratase.

La mayoría de los creadores de opinión, periodistas e intelectuales, hacen caso omiso de sus opiniones y pretenden la indiferencia como actitud de desprecio ante lo que Víctor expone. Ni le aplauden ni le critican; el silencio como respuesta es una vieja y comodona táctica que libera a estos hombres de la responsabilidad de tener que saltar al terrero y bregar con aquellas ideas.

Esta sana lucha ideológica sería una buena medicina para vitalizar nuestra precaria vida política e ideológica si se dejasen de lado las prepotencias y los trascendentalismos que a más de un mantiene levitando a tres cuartas del suelo.

Su lucha tiene al menos dos utilidades: de un lado, animar el debate y la confrontación ideológica en nuestra tierra, y de otro lado alimentar la conciencia de los muchos canarios que han hecho del antigodismo una de las válvulas de escape de las muchas frustraciones que arrastran los isleños.

Sus ideas puede que nos resulten incorrectas, pero no le podemos negar sus contribuciones al debate; y su estilo personal puede que nos disguste, pero no le podemos negar la calidad y el duro trabajo que están detrás de sus artículos.

Víctor Ramírez, juntoa otros pocos intelectuales, constituyen el equipo de luchadores ideológicos que bregan en la opinión pública canaria, un grupo de hombres que con mejor o peor acierto dan vida a la lucha ideológica en la prensa escrita de Canarias.

Cuando se anda tan escaso de luchadores que tengan el coraje y se esfuercen por saltar al terreno de la lucha ideológica regional, no se debería ignorar los desafíos de Víctor Ramírez o simplemente etiquetarlos con mil y un adjetivos para esconderse tras ello cierta cobardía, que adonde único conduce es al debilitamiento progresivo de nuestra fuerzas como nación, como un movimiento ideológico que trata desde diversos ángulos los problemas nacionales canarios y que con el esfuerzo de sus hombres construyen pluralmente las señas de identidad de nuestros pueblo.

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Miembro del Grupo de Opinión Marxista

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