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domingo, 31 de mayo de 2020

PISAN EL CALLO


PISAN EL CALLO
JM AIZPURUA
Subir impuestos a “los ricos”, solamente mencionarlo; es pisarles el callo.

Los ricos, el oscuro objeto de deseo de las clases medias, el fin de vida de muchos que ambicionan la riqueza, se ha convertido en algo que PODEMOS tiene entre ceja y ceja, y creo que es un error. Ser rico no es malo y además es un sueño para todos. Unos sueñan con usarlo para envidia de los demás, pero otros para crear ONGs o salvar poblados africanos; hay de todo.
Convencer de que es ilícito enriquecerse mientras halla nichos de pobreza es la labor de las izquierdas, pero déjenles a los ricos su nicho, pues si les pisan el callo; sueltan coces y volvemos al pasado. Les pisas y dan una patada al culo del obrero y encima le bajan el sueldo.
Los nichos de pobreza son el fracaso social.  En este siglo XXI europeo, la pobreza debió de ser erradicada pero la ambición desmedida de la casta y la ocultación de beneficios en paraísos fiscales han impedido que el Estado de Bienestar, horizonte más bien nórdico que mesetario, se haya impuesto en el Estado que lleva 500 años tratando de ser España.

¿Dos meses de cierre “hunden” la hostelería? ¿Y los 40 años de beneficios no dejaron remanente? Si es así, será seguramente porque se sacaron al exterior ocultos en valijas que dieron lugar a cadenas hoteleras de otros lares.
Romper esas cadenas de corrupción es el primer deber de la izquierda; no el heredarlas. Porque hay dos izquierdas: una transformadora y otra que piensa en quítate tu para ponerme yo, con siglas diversas, pero con mentalidades militantes de objetivos contradictorios a la sigla.
Geldi, geldi, (despasito), tratemos de orientar la labor zurda, la auténtica, la que tras una legislatura acaba con el nicho de pobreza, no con el de la riqueza.
Esa será la transformación, el avance social al siglo XXI que tiene pendiente la sociedad encuadrada, manu militari, en el Estado español. Ello daría la credibilidad necesaria para emprender reformas de más calado.
Pero hoy seguimos teniendo dos Españas y ninguna es verdadera; vaya kilombo. Y mientras no exista un proyecto de Estado, republicano y plurinacional, seguiremos en la Historia haciendo lo que en los últimos doscientos años: descomponernos en pedazos creando naciones, ante las arrogantes derrotas de los tradicionales apellidos de la casta.
El Estado y su Constitución 1978, fueron la concesión máxima, y única, que los Poderes Fácticos franquistas permitieron a la oposición, que no consiguió la Ruptura y hubo de conformarse con la Reforma. Esto es Historia, pero también que aquel camino no era la llegada; era la salida.
40 años después, se pretende la involución, y para ello intentan dulcificar la dictadura de Franco y llamar “terroristas” a los que se opusieron a él y ella. Eran demócratas a los que el Régimen, perseguía, torturaba y mataba, y no dejaba alternativa política. Algunos pocos utilizaron la lucha armada como método para derribar la dictadura, y eso es en mi manera de pensar legítimo hasta el 78, aunque es un tema controvertido que tiene reservas de conciencia en algunas personas, lo mismo que las tienen en el uso de armas en la guerra, o de la violencia represiva del Estado.
 Gracias Fco. Javier Iglesias. Yo también tiraba octavillas como tú, pero a mí no me cogieron.
Lo mejor es no volver a mirar atrás, y emprender sin esta derecha trasnochada un camino de resolución de eternos problemas abandonados, territoriales, sociales, coloniales, pues al final, arrieros somos y por el camino nos encontraremos.




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