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domingo, 10 de mayo de 2020

ANTOLOGÍA DE UN RESPONDÓN


ANTOLOGÍA DE UN RESPONDÓN
FEDERICO GONZALEZ RAMIREZ
CANARIAS7 20-10-1993
INDEPENDENTISMO, lucha, prosodia enrabietada y literatura sobre la literatura, en las porciones físicamente acotadas impuestas por la escritura en papel diario.

Víctor Ramírez (San Roque, Las Palmas de Gran Canaria), respondón insigne de la prosa canaria, se ha parapetado tras el manto acogedor de Editorial Benchomo para ofrecer al reconocimiento público un centenar de artículos de prensa, publicados por Diario de Las Palmas entre octubre de 1991 y mayo de 1993 y reunidos ahora ("Respondo", editorial Benchomo, Santa Cruz de T enerife-Las Palmas de Gran Canaria, 1993) en una mudanza clásica desde el guiño raudo del periódico a la propuesta serena del libro.


La literatura que Ramírez ha vertido sobre el medio periodístico se nutre de las mismas esencias que sus más logradas narraciones, sólo que lo que en la ficción son insinuaciones que visten la piel de multitud de personajes, en la opinión es una tensa y continua invitación, a pecho descubierto, a la reflexión desgarrada acerca de sus tesis vitales.
En un paisaje opinativo inundado de dogmas, sorprende que sistemáticamente la literatura periodística de Ramírez se abrigue de interrogantes. Así, y en respuestas a un ¿figurado? alter ego ("Me preguntas, pariente..."), los artículos de Ramírez se encabezan siempre con una pregunta eludiendo la afirmación inmutable y propiciando al lector un motivo seductor para la incursión por los terrenos del análisis y no de la homilía.

Pese a ello, lo tiene claro, clarísimo, lo que no obsta a los disidentes de sus posiciones políticas para sentirse reflejados y acogidos en su palabra. Ramírez defiende sin ambages la existencia de la Patria Canaria, la independencia de su pueblo y la diginidad de los perseguidos. Esa defensa es la que aglutina lectores, «porque los poderosos son una minoría peligrosa, hermano».
Y sobre esos tres soportes (y otros muchos, pero esos fundamentalmente) construye su universo analítico. "Hoy ya sé cuál es mi patria. Mi patria es Canarias, ni patria chica ni patria grande; simplemente la patria (la grande es la Humanidad, si quieres". dice en uno de ellos, en el que se descubre la existencia del poeta antillano Derek Walcott, receptor del Nobel literario del 92.

Pero tanta provocación (los que no siguen los caminos diseñados por el sistema siempre provocan) se tiñe de ternura sobria, intensa, empapada en vida, en las esquinas más inesperadas del tapiz de sus relatos.
Así, un Ramírez rememorativo invoca la presencia de su padre en una entrañable danza de la memoria con el popular Cantinflas, nacidos ya ambos para el recuerdo ("Por eso Mario Moreno se convirtió en algo muy de uno.Porque mi padre sólo se emperchaba para visitarlo en sus películas y ser feliz gracias a él, inocentemente muy feliz (...) Murió Cantinflas hace poco, murió Paquito Ramírez hace casi veinticinco años. Los dos forman parte de mi rica mitología, los dos son raíces de mi ética (...) Creo que, si lo pienso sin soberbia, he sido un hombre de suerte al haber contado con elllos").

Su apuesta es que en esa centuria de artículos, y por primera vez, Ramírez dibuja en tinta impresa su autorretrato con la misma fiereza y sinceridad con la que Rembrandt se empeñaba en verse a sí mismo. Canas ensortijadas y generoso bigote, no es más -ni menos- que el protagonista imposible de una ranchera de José Alfredo Jiménez (El Rey, Que te vaya bonito...), "la única persona a quien quise conocer en persona", juega redundante Ramírez.
Pero no es egoísta, no: el arcoíris de su paleta de escritor se emplea en "Respondo" con igual dedicación a la prospección de sus más personales argumentos como a la divulgación de infinidad de propuestas ajenas, actuales o añejas, tan interesantes como carentes de resquicios en la rutina selectiva de los medios de comunicación (revista Afche, Asociación Deportiva Lomo Blanco, ...). y de fútbol -y la UD, por fortuna.




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