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viernes, 24 de abril de 2020

DIVAGACIONES DE UN 23 DE ABRIL...


DIVAGACIONES DE UN 23 DE ABRIL...
DUNIA SANCHEZ
Gris. Resaca de lluvias en la tarde, un cielo plomizo cae sobre mis espaldas y me arrincona donde lo gris mueve mis pisadas. Me incorporo , ¿Cuántas semanas han pasado de este encierro? Cinco si no cuento mal, miro a esa gente que con la edad y según de los casos sus vidas han quedado diezmadas, presas de la incomprensión, de lo insólito de los sucesos.  Ellos, con sus memorias retorcidas en el paso del tiempo ven como oscurece de pronto sus días. Embebidos frente a una pantalla donde solo malas noticias son viento.  Cinco si no cuento mal. Cinco semanas donde las jornadas se cosen con el poder de nuestra reconditez, de nuestros pensamientos besando el soñar.  Una pizca de claridad penetra entre la persiana de mi ventana y quizás sea esa luz la cura de esta enfermedad. Son muchos muertos, son muchas almas heridas por una despedida nula, a lo lejos, donde un retrato conservado en algún bolsillo agujereado los guarda, sin irse. 

Vago en esta caída de la tarde con mis esperanzas, con mi lucidez, con mi enojo, con mis contradicciones de lo que será el mañana.   Y miro por esa persiana donde nubarrones borran mi sonrisa. Gris. Sí, es un día gris. Pero hemos de despertar  de alguna manera, de esta mala pesadilla, de esta cobardía atando nuestras piernas, nuestras manos.  No me dejo abandonar, sigo en la verticalidad de los sentidos. Ante mi, una pared, dibujos y dibujos evadiéndote de la realidad. Me escondo y cuando nadie me ve bailo con la música de la alegría. Entre tanto mis ojeras son felices pinceladas de libertad. Sí, de libertad. Gris. Sí, es un día gris. Las olas rondan mar de fondo, los pasos se eclipsan en la sombra de una esquina y puede ser que volemos en los misterios de nuestras profundidades.  Cinco si no cuento mal. Ayer día de la tierra, esta tierra tomando el mando con sus mudos estallidos. Hoy, eclosión de lecturas al gusto de los sueños. Gris. Cierro la persiana de mi ventana y dejo que una lámpara de luz calidad me acoja en la ventura de ser.

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