LINCHADORES DE BALCÓN
BARBIJAPUTA
Estos días de
cuarentena estamos dejando constancia de la capacidad que tenemos para ser
crear y divertirnos en un encierro, y de la solidaridad y empatía que somos
capaces de regalar al resto de personas, conocidas y desconocidas. Pero
lamentablemente también estamos asistiendo a la demostración de las actitudes
más impías de otros muchos.
Una de estas
actitudes se viene repitiendo a diario y cada vez se me hace más indigerible:
personas en sus ventanas insultando a gritos a transeúntes de los que no saben
absolutamente nada. Linchadores de balcón amenazando incluso a vecinas y
vecinos por estar en la calle, tan orgullosos de sus improperios que hasta
graban la escena. Cada día llega a nuestras redes vídeos de instigadores que
graban eufóricos los abusos policiales que están produciéndose delante de sus
narices. Jalean, aplauden y animan a los agentes para que no se corten. Como si
hiciera falta, como si no estuvieran comprobando con sus propios ojos que no
necesitan permiso ni palmeros para tomarse la ley por su cuenta y dar de
hostias a quien ellos juzguen.
Da verdadero pavor
comprobar que los que graban estos vídeos, no para denunciar, sino para
celebrar, tienen sus replicantes en redes. Clones que repiten y cacarean lo
mismo que se escucha en muchos de los vídeos que estamos viendo: Más tendría
que haberle dado. Poco le ha pasado. Seguro que no iba a la farmacia.
Probablemente esa señora estaba más lejos de la cuenta.
Ningún tipo de
abuso de locales, municipales o personal de seguridad les hace llevarse las
manos a la cabeza. Todo está permitido. No necesitan saber cuál es el contexto
de, por ejemplo, esta mujer (ojo al autor del tuit). Hay medios que tampoco
necesitan saberlo.
Hay personas que
tienen permiso médico para salir a la calle, especialmente pacientes con
trastornos psicológicos, otras personas se ven obligadas a ello, como el
personal sanitario, limpiadoras, auxiliares y personal de supermercado. Pero
esta no es la cuestión. El problema es que, aunque haya personas que están en
la calle sin una motivo permitido, no son los cuerpos de seguridad quienes han
de castigarlas. Se llaman Fuerzas de Seguridad porque supuestamente, y según
sus propios y más acérrimos defensores, garantizan la seguridad de la ciudadanía.
Y digo supuestamente no porque yo espere que así sea (soy bastante consciente
de la clase a la que pertenezco y de lo que puedo esperar de ellos), pero sus
fans deberían tener más claro qué tipo de actuaciones están aplaudiendo, porque muchas de ellas están
siendo incluso investigada como delictivas. A no ser, claro, que nos gusten más
unos delitos que otros, y que creamos que algunos tienen más derecho que otros
a imponer su voluntad.
En cuarentena,
igual que en una manifestación, mi mayor preocupación ahora es no encontrarme
con un agente de la ley con ganas de sacar la porra. Cuando salgo para sacar a
mis perros ya no es el coronavirus lo que me da miedo, de eso he aprendido a
protegerme.
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