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martes, 4 de febrero de 2020

TRAS LEER "EL CALLEJÓN SIN SALIDA"


TRAS LEER "EL CALLEJÓN SIN SALIDA" 
POR ALFONSO OSHANAHAN
Tenía yo el compromiso de poner la introducción a una de las recopilaciones de artículos de Víctor Ramírez, querido amigo y compañero en la literatura y el columnismo periodístico. Y ahora es la oportunidad con esta serie que, bajo el título de "Desde el callejón sin salida", se publicaron no hace mucho tiempo en el Diario de Las Palmas.

Y aquí estoy cumpliendo ya este casi viejo compromiso, y me veo recordando aquellos días en que, compartiendo páginas, muchos lectores nos veían, junto a otros colaboradores, "coloreando" el periódico con unas tonalidades que llegaron a ser predominantes -y a la vez preocupantes para los no acostumbrados a esas clases de colores, inusitados en la prensa que por estos lares se estila... Mas todo pasa y fenece; y por ello recuerdo esa etapa como acaso la más vibrante e ilustrativa, por lo ejemplar, del Diario...

         Por supuesto que marcaron una etapa, digo, de manera muy clara: en Canarias existe, más allá de lo que impositivamente predomina en los medios de difusión -sobre todo en los escritos- un pensamiento (reflejo de unos sentimientos, no se olvide nunca) distinto al oficial, al impositivamente predominante.
Sí: existimos unos cuantos canario guiados por una especie de instinto de supervivencia, como el de los animales heridos o en mal trance de persecución, que responden de manera imprevista -¿o inusitada y, sin embargo, previsible?- a los "estímulos" exteriores.

Porque Víctor Ramírez, acompañado siempre del enseñante que hay en él, llevó al periodismo ese instinto de conservación, el más primario de ellos, de la mano de lo pedagógico, de lo ilustrativo, de lo formativo. De manera que, empeñado en mostrar la innecesariedad de arrodillarse ante los atropellos del poder tiranizante y colonizador, ha hecho posible esa suerte de "neoilustración", si me permiten la palabrita: carne de liberalización de las mentes y de las sensibilidades.
         De ahí que, con sus artículos escritos Desde el callejón sin salida, ese callejón en que vive "quietamente" instalada la mayoría de nuestro pueblo -pueblo envenenado y paralizado dialéctica y culturalmente por el poder metropolitano o sus delegados coloniales- digo que, por eso, los artículos periodísticos de Víctor provocan encendidos adeptos o, también, encolerizados rechazos.
         Pero, como en ese "pimpampum" no se puede vivir eternamente, abandonó el callejón y pasó a otra clave de escritura, a la serie que certeramente tituló En la burbuja, donde introdujo -como suele- personajes de su más entrañada ficción, y con el mismo afán agitador de conciencias...

Y aquí tiene el lector, en sus manos, ante sus ojos, esta recopilación de artículos -una más de su ya nutrida serie de colaboraciones en el referido Diario de Las Palmas- dando testimonio de "distintidad" (en relación al llamado "pensamiento único", que yo llamaría "débil" o incluso cobarde, sin comillas) y de rebeldía, lo que no es poco. Tan distinto era, tan rompedor, que muchos de esos artículos ven aquí la luz sin haberlas visto en el periódico para los que fueron creados -lo cual confiere al libro carácter de documento, si no histórico (dejemos las pomposidades para los "unipensadores"), sí espléndido, bellísimo diría, por el orgullo emancipador que delatan...
         Lo que nos demuestra que no hay callejones condenados a estar sin salida cuando hay quienes quieren buscar el resquicio por el que se respire y airee ese espíritu que nos hace, pese a todo, mantenernos en pie -o incluso atorraditos- pero nunca de rodillas... o arrastrados ante el poder colonizador.

(3 de diciembre de 1998)


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