EN LA FINAL PARADA
Rafael ZAMORA MÉNDEZ.-**
No hay mayor
imperio que el imperio sobre uno mismo.
El trabajo
significa <>.Pero es, además,
<>.
La rectitud corre
más peligro en los éxitos que en los fracasos
Tal vez la crítica
nos lleve cuanto teníamos .¡PERO NOS DEJA LIBRE EL CORAZÓN!
En un abrir y
cerrar de ojos, hemos dado un fuerte
advenimiento a este acuciante adiós
COLABORADOR, en el potentado Digital de , tan
diestramente encauzado por mi conspicuo buen Amigo y mejor Director, ANGHEL
MORALES GARCÍA, el de las célebres acertadas
Han sido unos
distraídos boyantes años en los que, gracias a las antagónicas atenciones por
él consentidas, hemos tenido la inmensa suerte de poder exponer aquí desiguales
vivenciales etapas de toda mi existencia, tanto particularmente familiares como vernáculas y específicas.
¡NUNCA, NI SIQUIERA
UNA MERA VEZ, HA DEJADO DE DIFUNDIR MIS
DIARIOS O SEMANALES “ROLLAZOS “, POR
HOLGADO O SOPORÍFEROS QUE ÉSTOS REALMENTE, FUERAN!
En los hogaños
periquetes, debido a mi avanzadilla
edad, decaída faceta de salud y originario corporal agotamiento físico,
HE CREÍDO RAZONABLE Y PRECISO, EL
ACOGERME AL LLAMADO “ASUETO DEL GUERRERO” , INMUTABLE REFRIGERIO SABÁTICO, Y
DEJAR DE ESCRIBIR EN CUALQUIER OTRO DIVULGATIVO MEDIO, SEA DACTILAR O
PERIODÍSTICO.
¡Mi más inmenso
RECONOCIMIENTO del alma y emotividad, a los incontables respetados y
perseverantes espléndidos babilónicos
pacientes generosos LECTORES, que han sabido soportarme y, mucho más, de
haberme querido leer!
Para descargar este
requerido paso, he tenido en extremo que seriamente reflexionar, afrontar
un fuerte imperio sobre la resuelta
determinación, dejar a un lado todos mis posibles rendimientos intelectuales y
con firme rectitud, dejar libre así al corazón, por duras, fuertes y merecidas
que por todas partes, diluvien los debidos enjuiciamientos razonables!
¡NI QUE DECIRLES
TENGO QUE, A DIARIO, SEGUIRÉ SIENDO UN ACÉRRIMO INCONDICIONAL CONSTANTE LECTOR DE
Alucinamiento
enormemente extraordinario, para todas las entusiastas plumas de acérrima
tradición que aquí, a diario, sin decaimiento alguno, nos van dejando
memorables páginas de entretenido aforo.
APROVECHO LA
GRABADA VOZ QUE EN LOS REPLETOS PASAJEROS DE NUESTROS TRANVÍAS SE ESCUCHA Y,
SUS POCOS LEÍDOS AVISOS, PARA DECIRLES:
-.-”Trasbordo con
andén central!
¡SIN ABONO, MULTA OBLIGADA¡
¡Cuesta Piedra, UNIVERSIDAD!
¡Detención en el Hospital!”
¡HASTA
AQUÍ, MI FINAL PARADA!
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