EN MENOS QUE CANTA UN GALLO

EN MENOS QUE CANTA UN GALLO

Rafael ZAMORA MÉNDEZ.-**

Personalidad: “Es un conjunto de características que diferencia a las personas, o estabilidad en el comportamiento de una persona ante diversas situaciones. La personalidad es nuestro ser global lo que somos y podemos ser, el carácter es una expresión externa en la persona en el medio ambiente”.

La definición, no puede ser más precisa, completa  y concisa.

Es una linea constante de criterios y de gustos.

Algunos nacen con esta humana cualidad, otros no la encuentran y, muchos, procuran tener la enorme suerte de poder  descubrirla.

Admiro sobremanera a cuantos dan buena fe, práctico ejemplo y patentes claras lecciones de ello.

La pasada semana, con motivo de haberse ya celebrado la tradicional fecha cristiana de TODOS LOS SANTOS, en compañía de allegados familiares, acudimos a nuestro bien cuidado Cementerio de SANTA LASTENIA, dispuestos  a cumplir con la sociable y patente muestra de públicamente evidenciar que... por nada de este mundo, olvidamos a nuestros muy  amados fieles difuntos.

Llegados a este reflexivo  punto, recuerdo la  impresionante locución que un curtido buen colega me dijera:

-.- RAFAEL: !LOS MUERTOS NO COMEN FLORES!

A lo que añado:

-.- ¡MUY CIERTO! TODO ES UN PRÓSPERO NEGOCIO ANUAL DE EMBALSAMADOS RESULTADOS ECONÓMICOS!

Creo que nunca jamás, hay que esperar a que llegue este enlutado aniversario, para traer a la memoria a los muchos que se nos ha ido.

Lo mismito sucede con el llamado “DÍA DEL PADRE”, “DE LA MADRE”-, ”NAVIDADES”,  que en vez de ser estrechos hogareños jolgorios, se han convertido en impertinentes bicocas comerciales.

Anclándonos en el argumento de la presente agenda, resulta que después de soportar una espeluznante cola de peticionarios, en uno de las copiosas abacerías ubicadas en los alrededores del Campo Santo, se consiguieron unos costoso  ramilletes de claveles, lluvias y jazmines que, totalmente bien camuflados, aparentaban ser  de primera calidad,

Al ir a acoplarlos en sus respectivas tumbas, notamos que uno de ellos, se encontraba totalmente en deficiente estado de católica presentación, casi descompuesto.

RAFA, mi dispuesto junior, con una especial PERSONALIDAD  DEFINIDA, sin más ni más, regresó al atestado punto  en donde se adquiriera, protestándole  al suministrador el cambalache que quiso meternos, dándonos gato por liebre y, el tipo, más que  alzado, despidiendo como fuego por la boca, dragón de siete girantes cabezas...empeñado en qué “por nada de este mundo”, iba a hacerle cambiar en el sucio acto de tan obcecada e incorregible ladina actitud.

-.- ¡ÓIGAME BIEN:¿USTED QUIERE SEGUIR VENDIENDO EN ESTE  PUESTO?

¡Para  qué fue éso! EN MENOS QUE CANTA UN GALLO, la acibarada hiel, se convirtió en todo un rico panal de dulcísima  miel!

.- . USTED PERDONE! ES QUE CON TANTO EMBULLO, PRISAS Y VULGO, UNO NO SE DA CUENTA DE LO QUE HACE!

Y, penetrando en un resguardado, casi oculto rincón, recogiendo el putrefacto ramo, le adjudica otro, como recién cortado, cuyo delicado aroma se fue desparramando por el embarullado ambiente de los incontables incrédulos  y sorprendidos compradores, en la agobiante espera de su correspondiente turno.

ESTO SÍ  HA SIDO VERDADERO,

DE ADMIRABLE ESPECIALIDAD.

¡NUESTRA ADQUISICIÓN, CON ACIERTO,

 LLEGÓ DIGNAMENTE A SU PUESTO,

POR DOCTA PERSONALIDAD!

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