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viernes, 22 de noviembre de 2019

EN EL TIEMPO DE "LOS SIETE MAGNÍFICOS"


EN EL TIEMPO DE "LOS SIETE
 MAGNÍFICOS"
Rafael ZAMORA MÉNDEZ.-.**
Cuando la música suena,
nos satura de contento,
nos alivia alguna pena,
y nos quita la condena,
de la congoja en tormento.
¡DÍA DE SANTA CECILIA!
Solemne y universalmente nominada Excelsa Patrona de todos los armónicos pentagramas.
Más real que los veinticinco céntimos  de las tristemente desaparecidas y echadas  de menos lloriqueadas pesetas; más cierto que los más de CUATRO MILLONES Y MEDIO de amigables Lectores que siguen a este esparcido BLOG de Anghel Morales García,  es el relato que de inmediato, me atrevo a registrarles.
Porque, se da el trillado caso de que, después de que alguien  célebre desaparece, salen a relucir unas íntimas y falsas relaciones que de verdad, en absoluto, carecen de probadas existencias.
¡No ha llovido desde entonces!
Para mí: Interinos diluvios esparcidos.
En pleno fratricidio conflicto, allá, por el año de 1937, viviendo en Las Palmas de Gran Canaria, mis padres, me incorporaron en el acreditado colegio,” CORAZÓN DE MARÍA, por aquel entonces, ubicado en la calle"Obispo Rabadán" y, en cuyo cercano santuario, efectuara mi Primera Comunión.
Allí contacté con  el más íntimo aliado de la  niñez, JACOBO SCHAMANN , cuya familia ostentaba altas aptitudes comerciales, con un acreditado negocio mobiliario, instalado con toda prosperidad en la plena y bulliciosa calle de TRIANA.
Despierto chavea que me facilitaba a montones costosas golosinas, repetidas entradas de cine, de fútbol,  novelas del oeste, sendos folletos de amenas obras teatrales, a las que les cogí asaz gustillo y agradable satisfacción  literaria.
Junto a él, forjamos la más exótica y novedosa  “CUADRILLA” del Centro:
ANTONIO RIVERO, que luego se convirtiera en todo un competente  experto miembro de la  Abogacía; BLÁS ARTILES,  cuya parentela derrochaba  sólida liquidez, merced al apabullante puesto que en propiedad tenían en el Mercado Municipal; CARMELO NARANJO, evidenciando la riqueza de sus progenitores, con más plataneras que el propio cantado “Intermediario”; EMILIO  CASTRO, porteando a cuesta todo el peso del mejor molino de gofio existente en la cultural población de Telde y MANUEL PRIMAVERA, cuyo loro, a la entrada  de su Pensión, atraía a los suficientes anfitriones como para, económicamente,  salir adelante sin ocurrirles serias y conflictivas dificultades.
¡LOS SIETE MAGNÍFICOS!

Un simpático religioso claretiano, de nombre, MANUEL RUBIO, maestro de canto, de grado en grado, nos iba llamando a los colegiales para formar parte del Coro Parroquial, y ante el piano, nos hacía dilatar la voz, para llevar a  sonoro cabo toda la escala musical, separando los adecuados tonos pertinentes y asignándome  a mí como el de ... “barítono”.
Ahora, ya, que me encuentro matusalén, es que me quedo más que ensimismado, plenamente anonadado, al darme plena cuenta de que en el formado Coro de aquella distante época, pude verosímilmente haberme tropezado, frente a frente, con un rubio y prestigioso solista:  Un acicalado muchachito, de nombre ALFREDO.
KRAUS, un grande de la canción, mítico lírico tenor canario, nacido un 24 de noviembre del año 1927, en el renombrado Barrio de Vegueta, nos abandonó en 1999, dejándonos  con su partida un musical espacio que difícilmente podrá ser asimismo sustituido, con idéntica equivalencia, en el penetrante cosmos de la aclamada ópera.
Quien compartiera resonantes aplausos  con ingentes figuras del belcanto, con   María Callas, por ejemplo, también nos dejó para la gloria sus receptivas  interpretaciones en notorias zarzuelas, en la biográfica película del internacional tenor navarro, GAYARRE y en la musical cinta de "EL VAGABUNDO Y LA ESTRELLA," en vibrantes jotas, romanzas, pasodobles , boleros...  así como en la expansión de comunes tonadas rítmicas y en recantados bordoneos que muchos de nosotros, todavía, seguimos tarareando con satisfechas albricias.
Fue uno de los tenores que más salvas de bisados aplausos, sin detención, ha recibido del público, ¡nada más y nada menos que 48 holgados extensos minutos continuos!

Y, yo, personalmente, con el pensamiento y emotividad, de ningún modo, me podría cansar de  actuar de la misma guisa para, donde quiera que ahora se encuentre, los reciba de alguien que por el florecido sendero de su existencia, como diría el poeta... pasó...¡sin saber que pasaba!

Fue un deleite verdadero,
un antojo del Destino,
un homenaje postrero,
al secreto compañero,
que Dios puso en mi camino.

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