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sábado, 16 de noviembre de 2019

AMPUAN...(NARRATIVA) 1 PARTE


AMPUAN...(NARRATIVA) 1 PARTE
DUNIA SÁNCHEZ
 ¡OH, el otoño¡ ráfagas de un aliento metálico cuando la noche habla a solas ¡Oh , el otoño¡ belleza sin fin que va esculpiendo cada paso, cada palabra cuando todos callan. Sí, decía ella, Delfina una chica corpulenta donde la veintena de las estaciones sobresalía en sus mejillas sonrosadas.  Se nos ha hecho tarde para llegar a la residencia, creo que mi reloj da más allá de las diez, las monjas se enojarán y crearan alguna pena de aviso. Se hallaban en la densidad del bosque, un bosque aun no devastado en pleno siglo XiX. Ellas, estudiantes, aburridas de la rigidez de la educación que habían enhebrado para ella sus familias. Se habían perdido en el boscaje, un boscaje inmenso, un boscaje virgen, un boscaje espeso, un boscaje de hojas amarillas en la plenitud de la noche. Noche larga donde sus huellas quedaban tras la débil llovizna.
Una a otras se animaban, se arropaban ya hartas de tanta y tanta estrechez. Aunque lo gélido se incrustaba en sus huesos ellas seguían y seguían caminando ¡Oh, el otoño¡ nocturno de misterios, de hechizos insospechados atravesando sus almas, ya, pesadas. Tenían que regresar y bien rápidas, muy rápidas. La noche convoca efectos extraños, invoca condiciones del inframundo por lo que eran temblor. Un temblor favorecido por un cielo cerrado, un firmamento invisible ante las plomizas nubes. Cuando creyeron encontrar el sendero hasta la residencia se desilusionaron, en una boca abierta del boscaje había una casa de estilo medieval entendían ellas.  Los ojos engañan, nuestras piernas cansadas nos retraen y nos llevan a un lugar insospechado ¿Cómo puede a ver vida aquí¿, se preguntaba otra de ellas. En medio de este infierno helado, donde nuestras manos padecen morir ante el dolor, donde nuestra motivación cae y cae en las profundidades de un pozo desconocido. Tiene luz, tiene vida, tiene personas ¿Quién serán¿ ¿ Quien serán? Es muy tarde y no hallamos el camino de la residencia, nos estarán buscando ¡qué horror¡ tengo ganas de llorar, pero hemos de ser valientes. Vamos, chicas, toquemos. Que nuestro Dios nos proteja, que los ángeles caigan del cielo y con sus alas podamos regresar ¡ Oh, el otoño¡ reflejos de gotas que van discurriendo a ras de la hojarasca, a ras de esos rostros consumidos por el temor. Sí, el temor de la tardanza, de la desesperación. Ralentizan su andar dirigiéndose a la puerta. Con la esperanza puestas en sus hombros tocan y tocan. Nadie habré pero hay luz en su interior...CONTINUARÁ

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