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martes, 29 de octubre de 2019

AHORA O NUNCA


AHORA O NUNCA
JM AIZPURUA
Presidente del Gobierno, Presidente Autonómico, Presidente del Cabildo y Alcaldesa: todos y todas del PSOE.

Y pese a ello, la estatua franco-fascista de Las Ramblas-Roche, esa que ellos llamaron “De La Victoria” y yo denomino “el pajarraco” (igual da el de arriba que el de abajo), sigue oronda y provocadora ante el estupor de los que saben su significado. Es un Fraude de Ley, una prevaricación inasumible y merecedora de castigo ejemplar.
Ese pajarraco infecto que quiere ser el avión que, desde Gando, no desde Tenerife, llevó a Marruecos al general Franco quien, desertando de su puesto en Capitanía General de Tenerife traicionó a su Jefe del Estado Manuel Azaña al que había jurado lealtad, y que en el monumento se representa sobre el pajarraco y con una espada. La espada con la que mató y ordenó matar a quien no pensara como él y con la que meses antes de su muerte asesinó con falsa legalidad a cinco jóvenes militantes antifascistas; los vascos Txiki y Otaegi (ETAp.m.) y los (FRAP) José Humberto Baena, José Luis Sánchez Bravo y Ramón García Sanz, sin siquiera dejar a sus familias el ver los cadáveres e insultados por los policías que los fusilaron. Txiki cayó fusilado mientras cantaba el Euzko Gudariak (canto de los guerreros vascos).

Oír las “ofensas” a los nietisímos en la salida del Valle: abren las carnes.
Este militar sin méritos, que quedó el 251 entre los 312 aspirantes en la Academia militar, y que sus ascensos lo fueron en base a su crueldad ante su tropa y enemigo en el Riff de África, y por la sanguinaria represión ante los obreros asturianos en 1934, es al que protegen nuestras autoridades del PSOE mientras sacan pecho por retirar su momia con papel de fumar.
Ingenuamente pensé que al asumir el PSOE las poltronas chicharreras, correrían a poner un velo sobre el monumento mientras comenzaban las gestiones para su desmantelamiento y reurbanización del lugar. Nada más lejos: todo sigue igual.
Nada hay que negociar, consultar, sopesar, etc. la Ley es clara y el respaldo institucional del PSOE extraordinario: saquen ya esa reliquia fascista del lugar preeminente del suelo urbano de la ciudad capital de Tenerife.
No piensen en hoy y la repercusión electoral; sean consecuentes con su historia, con la Democracia, con la UE, y con los jóvenes que tienen derecho a que su futuro no se vea manchado por el fascismo. Cuatro caciques que llenaron de sangre la isla, sin haber en ella guerra, solo su golpe de Estado, no pueden quebrantar la Historia y dignificar con monumentos el más horrible acontecimiento bélico que rompió la Ley, la suplantó con una Dictadura de 40 años, destrozó la vida de generaciones malformadas en valores anacrónicos y sectarios; y a su máximo responsable pretenden glorificarlo en las calles de su capital.
¡Basta ya!
La capital, la isla, Canarias, no merecen la situación que siglos de colonización mezquina y 20 años de usurpación nacionalista le han proporcionado. Los chalaneos en Madrid para alquilar el voto congresual deben dejar el paso a una nueva política de elevar Canarias a la Europa del siglo XXI. Ese es al menos el sentido de la socialdemocracia PSOE y este año 2019 es adecuado para ello: Ahora o nunca.
Acabar con el caciquismo, fomentar verdaderos empresarios y empresas de futuro sostenible, sentar las bases para encontrar progreso dentro de las islas sin migrar, es algo en lo que el PSOE se debe encontrar cómodo y ello le proporcionará el apoyo ciudadano. El pactismo para que todo quede igual acabará por hundirlo y dejará paso a los grupos fomentados por los caciques.
Hay que acabar con la inconstitucionalidad de Canarias, eliminando sus símbolos fascistas, máxime en colegios, y el monumento de Las Ramblas que no puede perdurar victorioso cuando la Democracia terminó venciendo desde 1977 y aún, en la alcaldía de la capital: no se han enterado.
En la península recurren a los piolines para cumplir la Ley, en la colonia esta brilla por su ausencia. ¿Dónde está Marchena? ¿Dónde las FyC dSdelE?
Ya se sabe; las Leyes en Canarias: una menos.



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