HÉROES ANÓNIMOS
Rafael ZAMORA MÉNDEZ.-**
Merecen monumentos,
millones de seres humanos,
diligentes, silenciosos,
que en momentos angustiosos,
DONAN SANGRE a sus
hermanos.
Pocos saben dónde viven,
estas almas escondidas,
que con sus gestos reviven,
y ni siquiera reciben,
unas gracias merecidas.
Legionarios extendidos,
hasta la muerte integrados,
que por ellos conseguidos,
los eslabones perdidos,
El tesoro de la vida,
anda en la sangre corriendo,
y, a veces, se nos olvida,
que en alguna vena escondida,
mucho se altera sufriendo.
Dios les bendiga amoroso,
otorgándoles SALUD,
porque en ademán clamoroso,
ponen mimo primoroso,
aplacando la inquietud.
Beneméritos de culto,
incógnitos personajes,
trajinando en un asunto,
que administra en este mundo,
un pasaporte de viajes.
En el campo de batalla,
por un combate especial,
nadie tira la toalla,
y se aferra a la medalla,
de una sangre celestial.
Los DOCTORES y ENFERMERAS,
nunca frenan de bregar,
y entre líneas de primeras,
usan la Ciencia certera,
para podernos salvar.
No hay palabras adecuadas,
para encomiar beneficios.
¡No figuran en portada,
ni se jactan para nada,
ocultando sacrificios!
Abierta fraternidad,
de segura prevención,
porque, sin ser amistad,
irrumpe en SANIDAD,
para prestarte atención.
¡HAY UNA ESTRELLA PERDIDA,
EN HORIZONTES DISTANTES,
Y ALGUNA VELA ESCONDIDA,
PERENNEMENTE ENCENDIDA,
POR LOS COLOSOS DONANTES!
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