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sábado, 15 de junio de 2019

MUNDO SIN FUTURO


MUNDO SIN FUTURO
JM AIZPURUA
Ya en este siglo XXI llegamos a poseer capacidad productiva para eliminar el hambre, recursos médicos para paliar la enfermedad, y ciencia social para armonizar la convivencia humana y respetar el planeta que nos cobija; la Tierra Madre.

Entonces ¿por qué el mundo sigue siendo un valle de lágrimas?
Sencillamente porque el sistema capitalista permite la distribución de la riqueza para unos pocos, muy pocos, los conservadores quieren mantenerlo así y los liberales dejan a la humanidad en una desigual carrera a favor de los poderosos: laissez faire.
La social democracia y el comunismo revolucionario han intentado aportar fórmulas para redimir al género humano en base a valores, pero estos han chocado con el dinero como nuevo dios al que se pliegan los valores, la solidaridad y la conciencia.
Y nos encontramos ante la nueva forma de capitalismo basada en la especulación que se apresta a reducir la necesidad de producción humana para realizarla con tecnología y eliminar la clase obrera como motor de la producción y gran peligro para el capitalista. El Mundo está a punto de cambiar y en forma que la casta pretende crear un foso indestructible entre los poseedores y desposeídos. El Sistema y su Ley serán su garantía.
Canarias en este nuevo mundo carece de recursos pues ya su posición de puerto entre el comercio de esclavos y el saqueo americano pasó a la historia y su condición turística no tiene ya atractivo en la hoja de ruta del neocapitalismo. Quizás nos den la independencia tipo Sahara.
Pero dependientes o independientes, los canarios dignos, aquellos que no quieren ir a otro sitio que no sean sus islas y luchan por ellas, deben comprender que el futuro que godos y sus siervos coaligados nos plantean es incapaz de procurar un bienestar sostenible para su pueblo.
Tremendo dilema guanche para encontrar el camino nuevo.
Y como se hace camino al andar; caminemos. Caminemos aún sin saber muy bien a donde vamos, pero sabiendo de dónde venimos es claro que sabemos adónde no queremos ir: nacer en las islas canarias no debe ser un estigma, histórico, social, o límite, para que una supuesta europeidad UE no se desarrolle en igualdad en este territorio nacional canario que como Comunidad Autónoma o R.U.P. definen los poderosos sin haber oído el relato y la voluntad de los nativos canarios, que, por otra parte: aún está por consensuar. No son lo mismo la voz del colonizador que la del colonizado.
El insólito poder de los mass-media, hoy aparatos del Sistema hacen muy difícil la rebeldía creativa y la posición de la patria canaria en el s. XXI: lo es. Mentira, ridiculización y ostracismo ya están puestas en su contra, además de la represión en todos sus aspectos. No importa pues solo conseguirán retrasar el camino de la verdad.
Pero un deber del hijo de madre canaria se alza ante el isleño y pensando en su prole debe asumirlo y responder con valor, como lo hicieron en su tiempo Beneharo o los republicanos del 36. El ejemplo es simiente.
Encontrar un camino de progreso sostenible en Canarias es algo transversal, sin alternativa ideológica. Acaba el turismo fácil, la banana se comerá al plátano, y el Brexit cambiará el turismo residencial. ¿No lo ven?
Los coaligados si lo ven y tratan de llevarse los últimos botines antes de quedar al descubierto entre sus gentes.
La insularidad obliga a sus habitantes a encontrar pronto el nuevo camino, pues ya no hay dónde ir, ni carretera de esperanza que como hace el pobre andaluz te lleve al norte, aquí te quedas varado entre las rocas, con tu miseria y tus sueños rebotando entre marea y marea.

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