PROPONGO UNA COMISIÓN DE LA VERDAD SOBRE RUBALCABA
JOSÉ MANUEL MARTÍN MEDEM
¿Son tareas de un
hombre de Estado negar la existencia de los GAL, proteger los negocios del
presidente del Real Madrid y gubernamentalizar RTVE? Los que respondan que sí, pueden
seguir considerando a Alfredo Pérez Rubalcaba un político de Estado. Si decimos
que no, habría que saber cuántos se atreven a organizar una Comisión de la
Verdad que nos explique el supuesto agradecimiento que le debemos según lo que
escribió Anabel Díez en El País: “Su biografía está repleta de acciones de la
máxima trascendencia pero que, en múltiples casos, se mantienen en el capítulo
de la discreción e incluso como información reservada”. Cuéntame la verdad para
saber si las alabanzas tienen fundamento y el elogio puede ser compartido.
Rubalcaba nos lo dijo: “Los españoles no se merecen un gobierno que les
mienta”.
Cuentan Juan Carlos
Escudier, en su libro sobre Florentino Pérez, y Mariano Guindal, en El declive
de los dioses, cómo Alfredo Pérez Rubalcaba, madridista compulsivo, intentó
convencer a Matilde Fernández, entonces concejal del Ayuntamiento de Madrid, de
que no se opusiera al pelotazo de Florentino Pérez en la recalificación de los
terrenos de la Ciudad Deportiva del Real Madrid.
Rubalcaba fue
miembro del Consejo Editorial de El País y el periódico le dedicó un elogioso
editorial en el que dice que “trataron de denigrarle hablando de la existencia
de un oscuro Comando Rubalcaba”. Trabajé durante treinta años como periodista
en RTVE y podría hacer una montaña con las denuncias sobre la
gubernamentalización impuesta por Rubalcaba y su comando en el servicio
público. Pero me voy a quedar sólo con el tremendo capítulo de la Operación
Sancristobal (18 de enero de 1995) en TVE cuando Rubalcaba era el portavoz del
gobierno y negaba la existencia de los GAL. En su libro En el laberinto,
Fernando López Agudín, que fue Director General de Relaciones Informativas y
Sociales del Ministerio de Justicia e Interior (1994/1996), dice lo siguiente:
“La larga entrevista, realizada en la prisión, es un brutal ataque al poder
judicial en general y al magistrado Baltasar Garzón en particular, magnificado
sobre todo por el tratamiento, la amplitud y la relevancia que se da al
entrevistado. Unas declaraciones que pasarán a las páginas más negras y
vergonzosas de la más grosera y burda manipulación política en un medio de
comunicación. Es impensable que esta entrevista haya sido emitida sin la
autorización de Alfredo Pérez Rubalcaba, ministro de la Presidencia”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario