SEMANA FANTÁSTICA EN FISCALÍA
GUILLEM MARTÍNEZ
MINUTO Y RESULTADO.
El juicio se adentra en su décima semana. Ha cruzado algo parecido a su ecuador
y, según los sommeliers, no aportará mucho más a lo aportado, salvo alguna
sorpresa o aspectos no previstos. Desde hace un par de semanas, y hasta la
próxima, Fiscalía vive sus glory days, las jornadas en las que más es ella
misma, y su discurso es más estable y dibujado. Luego vendrán semanas en las
que las defensas primarán más en lo comunicacional. Eso será cuando vengan los
manifestantes aporreados a testificar, también en masa. Pero ahora estamos en
la franja horaria, lo dicho, de fiscalía, semanas en las que vienen GC y PN a
explicar su punto de vista, con el que la acusación está vertebrando algo que
ya no es rebelión, ni sedición, pero si, en la medida de lo que pueden, un
juguete construido a partir de una idea ambiental de violencia. Lo ambiental,
por otra parte, existe. La frase love is in the air es una muestra. Pero da
mucho mal rollo cuando se utiliza para la cosa penal. La sensación es que uno
puede acabar en la cárcel por dar ambiente.
PRESOS. La semana
anterior las defensas pedían la libertad provisional para los defendidos que
concurren a elecciones. Finalmente, el Tribunal ha denegado la petición. Lo que
es un marrón. Por una parte, se asume como normalidad, nuevamente, la rareza
internacional de tener presos preventivos gubernamentales y electos. No mola,
digan lo que digan. Por otra parte, el Tribunal se expone al TEDH –una
exposición limitada; el TEDH afea, ensucia lo sucio; pero no es el VAR/no te
anula goles– y al qué dirán, en tanto se corre el riesgo de conculcar derechos
electorales de los detenidos. Que no está claro quién los gestiona, por otra
parte, si la Junta Electoral o la cosa Prisiones/Interior. Además, y esto es
como feo, el Tribunal ha tenido que tener en cuenta por fuerza, en su decisión,
el caso Demirtas, un cargo electo turco en una situación parecida. Un
indicativo de donde nos encontramos. Nos encontramos en problemas éticos y
estéticos de un Estado como Turquía. Judicalizar la política tiene eso y
comunica eso. Desde un minuto 1. Judicalizar la política tiene, de por sí, algo
postdemocrático. Lo postdemocrático –yo qué sé; cosas como llevar a juicio la
política, pero también suplantar la sociedad por una mayoría nacional electa,
un fenómeno en boga desde el Aznarismo, y la esencia de lo ocurrido,
políticamente, en Cat– empieza a ser una herramienta cada vez más necesaria por
parte de los nuevos y poco formados líderes nacionalistas esp y cat. La
necesitan, al parecer, más que un tonto una tiza. Y tanto va la tiza a la
fuente que etc.
LLARENISMO. Esta
semana se ha archivado la causa de Llarena para Puigde y los conselleres
exiliados. Pero sería mejor señalar que la expresión no es archivar, sino velar
por que no prescriban los delitos señalados en ella. La causa está allí. Tiene
utilidad. Que no caduque es una, y otra puede ser, por ejemplo, complicar la
vida en el extranjero de Puigde y los demás. Y no sólo la causa está ahí, en
una suerte de limbo próximo y latente, sino que en cierta manera, su fracaso
internacional está modulando este juicio. Por lo mismo, puede orientar hacia
donde se encamina este juicio. Parece que no quiere –ni puede; no es
científicamente posible– transcurrir en los escenarios que describía Llarena
–una rebelión del tipo en el Planeta de los Simios–, sino que parece centrarse
en lo que describe la respuesta alemana a la euroorden tramitada por Llarena
por esos delitos. A saber: algo que no afectó al orden constitucional, que
carecía de una violencia fuerte y estructura, que no supuso una amenaza seria.
Y por lo que se podría condenar. Y extraditar.
RUPTURA DE LA
UNIDAD DE LA CAUSA. El Juzgado 13 de BCN ha imputado a 30 cargos
gubernamentales cat. Es importante saber que en el escrito no se pierde un
instante en hablar de rebelión y de sedición, dos cargos que ya está
amortizados –sirvieron para hacer un juicio, y para que ese juicio fuera en el
TS; no se insiste más en ellos porque es muy posible que no existan–. En
contrapartida ofrece una descripción de los acusados en la que se señala, sin
citarla, la figura de la organización criminal, que periódicamente aparece en el
juicio en el TS. Otra novedad son los delitos por violación de datos, que se
describe en el trance de redactar un censo electoral por parte de la Gene. Son
delitos dotados de multas millonarias. E impagables, diría. Si se produjeron,
esos delitos, me temo, no hablan tanto de la voluntad de hacer un referéndum,
como de la inconsciencia legal que hubo, en la parte Cat, durante aquellos
días. En cierta manera, esa inconsciencia perdura. Me dicen que el grueso de
los acusados han optado por defensas facilitadas por la Gene. Optimistas,
luminosas, que defienden que no hubo delito alguno. Me dicen que sólo una
minoría ha optado, por ahora, por defensas técnicas, que son, diría, las que
mejor están funcionando en el juicio en el TS. La historia se repite. Se repetirá
ad eternum. No hay catarsis, no hay ocasión de mirar algo parecido a la verdad,
de cara.
CAMPAÑA. Se ha
iniciado la campaña. En Cat, parece ser que, entre otros descalabros, se
producirá el descalabro del PDeCAT, y una victoria inaudita de ERC. Lo que
importa poco, hasta que la victoria de ERC sea en unas elecciones autonómicas
que aún no tienen fecha, y que Torrra/Waterloo dilatarán todo lo que pueda.
Precisamente, por esa razón. Se supone que una victoria y un Govern ERC sería
el inicio de otra dinámica. Una dinámica en la que se iniciaría un cambio de
velocidad y de lenguaje, y en la que, sin recurrir a la autocrítica –en Esp, no
existe eso en la política–, se evitaría, explícitamente, volver a transitar
viejos caminos, ridículos y derrotas. Es decir, que PDeCAT/Torra va a muerte
esta campaña. Y que aumentará su furor procesista, diría que históricamente
contraproducente para la cosa Procés. Pero también para otras cosas. Nunca
comento declaraciones de políticos, pero no puedo estarme de las que les facilito
a continuación, dado su alto grado lacaniano, que habla de lo contraproducente
que antes les aludía. Esta semana, acusado por un orador de la CUP por el hecho
de que su Govern no realice ninguna actividad gubernamental, Torra, en el
Parlament, ha respondido que no, que lo que pasa es que gobierna
republicanament. Si le gustó federalizante, palabra inexistente en el mundo
mundial, y utilizada aquí abajo para aplazar hablar de federalismo, le gustará
republicanamente, palabra utilizada para aplazar el republicanismo. Los
sistemas propagandísticos, emitidos por derechas e izquierdas, sólo son
peligrosos, sólo pueden laminar los conceptos de izquierdas.
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