JM AIZPURUA
Ayer, en la tarde,
paseaba por la Avda. José Martí con el director de este Blog que me contaba su
reciente homenaje, cosa rara pues este grandísimo canario que practica la
dignidad y la coherencia como guion de conducta está condenado al ostracismo
por la casta canaria a pesar de lo que pasará a la su historia, y tuvimos que
sufrir el bochorno de pasar bajo las placas al padre de la patria cubana,
borradas por manos fachas, que llevan mas de un año así ante la indiferencia
municipal, y aún no repuestos volvimos a pasar bajo el “pollo franquista” con
iluminación ad hoc que preside el colegio.
Y fuimos por esa
acera pues por la otra, la del barranco Tahodio, el alcalde ha vuelto a hacer
una de las suyas y su excavación tercermundista da la impresión de que caerá la
acera ante la primera lluvia torrentera, y ayer amenazaba lluvia.
Pero después del
paseo por Anaga, al llegar a mi casa encendí la TV y me encontré ante cuatro
señoras y dos varones que pretendían representar a la política española ante la
cita electoral.
Lo primero que debo
decir es que el formato “sálvame” se ha asentado en la mentalidad hispana. La
antigua urbanidad, con su educación, respeto y sentido común, ha sido machacada
ante la modernidad en donde el gallinero se impone y el cacareo ruidoso acaba
con toda posibilidad de raciocinio. Se interrumpe y se miente, con voz
estridente para que no pueda oírse el relato del que intente proclamar sus
mensajes molestos. Y en aquel fangal surgió una figura al mejor estilo Millán
Astray, “muera la inteligencia”, con su hierático gesto supremacista de
marquesa imperial, que dictó sus sentencias tratando a los demás de gentuza de
peor condición: patético.
Las Montero
intentaron soltar sus mensajes, pero las marrullerías de la marquesa y la
charnega follonera lo impidieron. Los chicos, prescindibles ante una mayoría
femenina que ponían de manifiesto su superioridad de género que ha acabado con
el macho supremacista dejando a un varón temeroso de opinar ante el riesgo de
ser tachado de machista, ayer quedaron anulados.
¿Cuántas naciones
hay en España? repetía la marquesa dispuesta a morder si contestaban, pero
nadie entraba al trapo. Pues bien, yo se lo voy a contestar: gallega, vasca,
catalana y castellana. Andalucía también constituye una nación naciente y en
este siglo se producirá su asimilación castellana o irrumpirá como una plena nación andaluza. Pero no olvidemos que, además,
existe una colonia canaria de indudable nacionalidad, reprimida, sojuzgada, y
minusvalorada desde una metrópoli y sus caciques.
Esta es la
realidad. Y los chicos no supieron defender su nacionalidad. Pero se agradece a
Irene que mencionara a “las islas”: algo es algo.
Esta marquesa, que
viene de la casa matriz del Federiquismo, y el Aznarismo, tiene otra distinta
opinión, que pretende mantener a como sea menester: la esencia nacional de la
España-Castellana. Para justificarla, miente, engaña y amenaza.
En su proyecto
estatal, no cabemos los de nacionalidades históricas, pero en el nuestro,
moderno y eficaz, no se preocupe que usted tendrá un lugar, pero ya no será el
clasista y supremacista que pretende. Castilla ya tuvo su momento y hoy viene
el nuevo Estado en el que marqueses y nacionalistas unionistas castellanos ya
no tienen protagonismo.
Llegó la Libertad y
la Democracia del siglo XXI, y eso los arrincona y los pone en el desván de la
Historia, con sus mentiras, su Imperio esclavista, su golpismo dictatorial, su
supremacía castellana. De sus garras: ¡sálvanos!
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