JM AIZPURUA
Seguimos en la
búsqueda del concepto que sustituya a “canariedad”. El “hecho diferencial
canario” es una buena alternativa, pero tiene una referencia que no me gusta.
Diferencial lo es frente a una supuesta “igualdad” como estar contenido.
Canarias, su
archipiélago, no necesita hechos diferenciales y menos de la lejana Península a
la que se une por conquista bélica, genocidio, y dominación colonial. Este es
su hecho diferencial, y no necesita más explicaciones.
¿Pero cómo llamamos
a esa sociedad que habita hoy sobre las islas y a sus derechos universales? En
eso estoy.
Hoy que compartimos
DNI español (también lo tienen los saharauis y de nada les vale) es fácil caer
en la tentación de adoptar el relato godo y errar de bulto con la Comunidad
Autónoma, con una raya por el medio para hacer “dos provincias” y meterlo en
una cajita para que salga en la TV junto a Portugal. Una hora menos y a correr
en el vagón de cola: sin puertos, aeropuertos, autopistas, ni futuro. Cuatro mercenarios
y economía caciquil obsoleta; y la península ya se olvidó de Canarias.
Mis concepciones
vascas y mi experiencia en la caída (¿seguro?) del franquismo y el renacer de
la causa vasca, no me sirven de nada pues son dos realidades nacionales diferentes
cuyos caminos no se parecen. Pero hay un enemigo, si enemigo, común que nos
hace tener necesidad de unirnos para plantar batalla a quien nos subyuga
nuestras esencias nacionales y nos explota en su exclusivo beneficio.
Los que no quieran
ser los esclavos felices, deberán seguir pensando y trabajando, y los otros:
con su pan se lo coman.
Me convencen mis
amigos isleños que, sin un proceso de descolonización y un referéndum canario
para definir su estatus, nada es legal y legítimo. Conforme, pero ¿Qué hacer
entretanto? La TF1 sigue atascada, ¡claro; si se hizo en 1970!, los jóvenes sin
futuro, los viejos mendigando, el paro y la precariedad mas altos que el Teide.
¿Qué hacer? La parranda no es la solución y la Coalición un dislate. La imagen sumisa
mercantil, de voto en alquiler que ofrece la representación canaria en Cortes
es una de las causas de la desestima peninsular hacia las islas y causa
profunda de su estancamiento nacional que con Cubillo argelino tuvo su momento
álgido.
Diferentes,
extraños, alejados, los canarios, vascos, gallegos y catalanes deben comenzar a
comprenderse para unir votos y hacer ver a los castellanos-unionistas
españolistas, que su pretensión supremacista no tiene futuro en el
siglo XXI. Sus naciones son tan dignas unas como otras y el derecho de
conquista prescribió y hoy solo un democrático referéndum puede dar sentido a
un Estado, previamente consentido y consensuado. En esto es fundamental la
palabra de los castellanos españolistas y hay que hacer un tributo a Pablo
Iglesias Turrión que fue el primer líder español que pronunció la palabra
plurinacionalidad con ánimo de concordia.
Los canarios hacia
dentro, con ¿“cuál es el concepto”? que una y no divida, y hacia fuera con la
aceptación de que es con vascos, gallegos y catalanes con los que debemos unir
fuerzas y con los castellanos modernos y democráticos, para alcanzar la
dignidad nacional que se refleje en futuro digno que se mide en: paro,
pensiones, puestos de trabajo europeos, autopistas y caminos rurales, ecología
y turismo, puertos y aeropuertos. Lo demás es parafernalia inútil. Las banderas
y la Historia no dan de comer; lo da el trabajo digno.
Vamos, canario/as,
a recobrar el futuro que arrebataron a nuestra tierra, empezando con el voto.
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