GOLPISMO Y OPERACIÓN
DESCARO
PABLO JOFRE LEAL
En general se
define el descaro como aquella actitud de una persona o un grupo de ellas, que
realizan acciones abiertamente inadecuadas, sin disimulo alguno, en forma
desvergonzada y con absoluta falta de respeto al otro.
En política
internacional, tal definición es absolutamente consignable a la conducta
llevada a cabo por personas y gobiernos, que sin pantalla alguna, en forma
descarada y con ausencia de decoro y deferencia al pueblo de Venezuela y a su gobierno,
se han encargado de generar una situación de desestabilización, bloqueos,
sanciones, amenazas de intervención militar e incluso intentos de magnicidio
con tal de llevar adelante sus objetivos políticos. Propósitos cuyos hilos son
manejados desde Washington y con ramificaciones en España, Colombia y
secundados por gobiernos de países comparsa como Chile, Guatemala, Brasil,
Paraguay, Honduras y Argentina entre otros.
Una Operación
Golpista Multimillonaria
Una realidad donde
además, instituciones de triste andar, como es el caso de la Organización de
Estados Americanos (OEA), dirigida por el uruguayo Luis Almagro,se dedican a
denigrar la labor que dicha organización regional debe cumplir en aras de
lograr la armonía entre nuestras naciones y no acompañar el sonido de los
tambores de guerra. Una OEA acompañada de un fiel escudero: el denominado Grupo
de Lima, conjunto de países que se conformaron como tal tras una reunión de 14
gobiernos de derecha en la ciudad de Lima, capital de Perú en agosto del año
2017, con el firme propósito de derrocar a Maduro. El trasiego político de este
grupo, cuyos fondos financieros no parecen tener límites, se ha sometido en
condición de servidumbre a lo que diga y ordene Washington.
Un Grupo de Lima
que además vive en su seno una esquizofrenia política ya que al mismo tiempo
que interviene en los asuntos internos de Venezuela, llama a la
desestabilización y el golpismo declarando que “la transición debe ser
conducida por los propios venezolanos, pacíficamente, sin uso de la fuerza,
junto con llamar a todos los miembros de las fuerzas armadas a reconocer al
presidente encargado Juan Guaidó como su comandante en jefe” además de alienado
refleja un desdoblamiento que debe ser tratado clínicamente.
El Grupo de Lima no
ha escatimado en gastos, tomando en cuenta la cantidad de veces que se han
reunido y se han autoconvocado, además de tener como invitados permanentes al
mundo opositor venezolano, incluyendo el último mes al diputado suplente,
autoproclamado Presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, quien viaja en
el avión presidencial colombiano, tiene acceso a una abundante billetera
proporcionada por el gobierno estadounidense y cuyo “cuerpo diplomático” ha
sido contratado por los gobiernos de los países, donde ha nombrado ilegalmente
a estos personajes como representantes diplomáticos de un gobierno de fantasía.
Tal es el caso de la Sra. Guarequena Gutiérrez en Chile y la Sra. Elisa Trotta,
ambas contratadas en dependencias del gobierno de Sebastián Piñera y de Mauricio
Macri, respectivamente. Tales hechos hacen indispensable que se transparente,
vía parlamentos y contralorías, cuánto dinero público se ha destinado en el
proceso de desestabilización y golpismo contra el gobierno venezolano.
El descaro, en
materia de poseer fondos ilimitados para acosar a Venezuela, se expresó el día
sábado 23 de febrero pasado cuando el multimillonario Richard Branson – dueño
de la empresa Virgin - organizó con la complicidad del gobierno de ultraderecha
colombiano dirigido por Iván Duque y el beneplácito de la administración Trump,
el llamado festival de Música “Venezuela Aid Live”. Fachada de una operación
política, que a un costo de 70 millones de dólares estuvo destinada a generar el marco propicio para
una asonada, un golpe de Estado, que fuera impulsado por un llamado al
levantamiento y sedición de las Fuerzas Armadas Bolivarianas. El objetivo,
explicó Branson, era recaudar decenas de millones de dólares a través de
donaciones y enviarlas a Venezuela, aunque no está claro cómo, señaló la BBC de
Londres.
Para el logro de
los objetivos de este show mediático, celebrado en las cercanías del Puente las
Tienditas, se poseían todos los ingredientes de las recetas del manual
desestabilizador: camiones cargados de supuesta ayuda humanitaria, que deberían
cruzar desde territorio colombiano a Venezuela. Artistas que clamaban en sus
notas musicales por la “libertad de Venezuela”. Cientos de periodistas con un
libreto aprendido, esperando cual aves carroñeras, que se desatara el
pandemónium, corriera la sangre y el mundo exigiera una intervención militar
para “salvar a Venezuela”. Es tan evidente el despropósito y la hipocresía
estadounidenses y sus aliados, que el mismo gobierno que pretende ampliar un
muro en la frontera con México, cuando se trata Venezuela, exige su gobierno
abra así, sin más, su frontera. Permitierala entrada de camiones sin control
alguno, haciendo humo el derecho soberano que le corresponde. La orden de
Washington y sus acólitos era que los camiones debían entrar a como diera lugar
así se generaran muertes. Sus instrumentos desestabilizadores encabezados por
Guaidó el encargado, diputados de la declarada en rebeldía Asamblea Nacional lo
intentaron, se subieron a los camiones, mostraron su decisión al mundo y al
primer escollo corrieron a guarecerse a sitios menos expuestos ¿Así llaman al
martirio estos héroes de cartón?
La “Operación
Descaro” fue un rotundo fracaso. La Fuerza Armada Nacional Bolivariana, tanto
en la frontera con Brasil, como con Colombia se mantuvo en sus puestos.
Resistieron el embate de elementos paramilitares y sus disparos desde
territorio colombiano. Acosados por guarimberos contratados por la oposición
como se denunció ampliamente. Al margen de medio centenar de soldados que
desertaron, una cifra misérrima para las expectativas opositoras, la soberanía
venezolana mantuvo en alto sus banderas y su determinaciónde “no pasarán” y no
pasaron. Los cantantes españoles, voceros de Repsol y la monarquía corrupta
española: Miguel Bosé, Alejandro Sanz, así como también el grupo mexicano Maná,
el intérprete de temas misóginos Maluma, entre otros (gran parte de ellos
radicados en Miami) tocaron, cobraron y se fueron no sin antes mostrarse
complacientes con una intervención “de cualquier tipo”, que por supuesto no descarta
la militar, contra Venezuela. No se escuchó de estos personajes crítica alguna
al pobreza reinante en Colombia, allí mismo en la región donde tocaron, no hubo
mención a los 266 líderes políticos, gremiales, indígenas colombianos,
asesinados por los paramilitares y la ultraderecha colombiana durante el año
2018. Tampoco hubo mención al narcoestado colombiano. Es más importante
complacer al amo estadounidense, allí donde venden sus discos y viven la
opulencia que la dignidad.
La “Operación
Descaro” contó con la presencia de presidentes sudamericanos, que acompañaron a
Iván Duque de Colombia, como fue el caso del mandatario del régimen chileno,
Sebastián Piñera, fuertemente cuestionado por la oposición chilena por hacerse
presente en un acto claramente cómplice de actividades golpistas. En todo
caso,vista la trayectoria política de Piñera no resulta extraño ese apoyo
intrínseco al golpismo, visto que el multimillonario presidente chileno,fue uno
de los adherentes civiles de la dictadura militar de Pinochet, al que sólo
parece haber abandonado cuando ya la victoria de las fuerzas opositoras era
inminente. Característica que muestra el olfato para los negocios y la política
que suele mover a este polémico empresario devenido presidente de la República
de Chile. Piñera estuvo acompañado por figuras señeras del antichavismo
latinoamericano como es el caso del presidente paraguayo, Mario Abdo, y el
Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis
Almagro. Pero se notó la ausencia de los presidentes de Honduras, Brasil,
Argentina, más hábiles a la hora de apoyar a la oposición ultraderechista
venezolana, pero no mostrarse en un show
de baja estofa.
Como corolario del
concierto en el lado colombiano la guinda de la torta era ver cómo la oposición
al gobierno legítimo venezolano entraría lo que ellos llaman “ayuda
humanitaria” sin que degenerara dicha acción en un enfrentamiento que dejara
muertos y heridos, que sirviera para el solaz de las cadenas de información
internacional, que apostados mayoritariamente en el lado colombiano querían ser
testigos predilectos de un baño de sangre. Los camiones avanzaron por el puente
y terminaron incendiados, dos de ellos, por jóvenes contratados por partidarios
de Guaidó, pero en el lado colombiano, sin poder entrar un milímetro en suelo
venezolano. La impotencia de diputados opositores venezolanos era evidente, no
había posibilidad de cambiar la firme determinación del gobierno y se pasó a la
etapa enfrentamiento, que también fue un fracaso pues, al margen de algunos
ataques a puestos militares fronterizos venezolanos, la refriega no pasó de
aquellas clásicas en nuestros países. Bombas lacrimógenas, gritos, atención
médica por gases y fin de la película. Músicos para Miami, asistentes al
concierto tratando de volver a Venezuela en momentos que el presidente Maduro
declaró el rompimiento de relaciones con Colombia. Impotencia de la
ultraderecha venezolana, declaraciones histéricas de la administración Trump
prometiendo más sanciones, más bloqueo y no descartando el uso de fuerza
militar.
El presidente
Piñera, por su parte, con la cola entre las piernas tuvo que devolverse a Chile
para lidiar con los problemas que aquejan a este país sudamericano y que no se
solucionan desestabilizando a países hermanos. El bajo crecimiento económico no
es culpa de Venezuela. La crisis en el sistema sanitario, los incendios
forestales, inundaciones y otros fenómenos naturales deben ser atendidos y
solucionados, al igual que la corrupción de los cuerpos armados que tiene a un
ex Comandante en Jefe del ejército procesado por robos reiterados. Chile y su
casta política, mayoritariamente se ha situado permanentemente contra el
chavismo. El ex Presidente Ricardo Lagos fue el primero en reconocer a Pedro
Carmona “El Breve” cuando dieron el Golpe de Estado contra Chávez el año 2002.
La Democracia Cristiana chilena, una parte del partido Socialista chileno y las
fuerzas de la derecha han sido parte del apoyo a las fuerzas golpistas
venezolanas. Como también ha sido obsequioso el novel Frente Amplio, cruzado
por contradicciones que lo tienen en un segundo plano en el marco político
nacional.
Estados Unidos, que
día a día intensifica las acciones desestabilizadoras contra Venezuela, ha anunciado más sanciones contra el país
sudamericano. El reconocido halcón estadounidense Elliott Abrams,nombrado por Trump como
enviado especial de la Casa Blanca para Venezuela, sostuvo que su país impondrá
sanciones adicionales contra el pueblo venezolano entre esta semana y la
siguiente como medida de presión contra el Gobierno del presidente Nicolás
Maduro. Esta noticia se da en el marco de los deseos de Washington que el
Consejo de Seguridad de la ONU, adopte una resolución que obligue a Venezuela a
permitir la entrada de lo que Washington y la oposición que patrocina llaman
“ayuda humanitaria” y que el gobiernode Maduro califica más acertadamente, como
un caballo de Troya.
Guaidó y el
Martirologio
Abrams, ante medios
de prensa señaló el martes 27 de febrero que “Estados Unidos no se encuentra
realizando preparativos de una intervención militar en Venezuela, pero todas
las alternativas son posibles en lo que respecta a cambiar el Gobierno del país
sudamericano.El presidente Trump ha dicho que todas las opciones están sobre la
mesa” esto, en respuesta a la noticia emanada de Moscú, por el secretario del
Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolái Pátrushev, quien afirmó que EE.UU. se
encuentra desplegando sus fuerzas especiales en Puerto Rico como parte de los
movimientos destinados a provocar el derrocamiento de Maduro.El Consejo de
Seguridad se reunió estos días y evidenció la división existente en torno a la situación
venezolana. Estados Unidos y sus incondicionales apoyando al diputado suplente
y autoproclamado presidente encargado Juan Guaidó. China, Rusia, Irán, India,
México entre otros dando cuenta de su rechazo a la política de
desestabilización y golpismo contra el gobierno legítimo de Venezuela.
El canciller
venezolano Jorge Arreaza de Venezuela ha condenado la política de
desestabilización contra su país, los atentados permanentes, el bloqueo,
sanciones y una conducta que ha significado miles de millones de dólares en
pérdidas contra el pueblo venezolano. Arreaza sostuvo con vehemencia que se
debe respetar el derecho internacional. Por su parte, el representante de Rusia
ante el Consejo de Seguridad de la ONU, Vasili Nebenzia, aseguró que “hoy no
deberíamos discutir la situación en Venezuela sino la situación en torno a
Venezuela, y advirtió que “en Latinoamérica ha surgido un impostor, quien dice
ser presidente de un país y unos minutos después fue reconocido por Estados
Unidos, algunos países de Europa y países latinoamericanos que primero dudaron
y luego reconocieron a este individuo como presidente”. Nebenzia precisó que
“ningún jurista que se respete apoyaría esta violación de la ley, esta burla”.
La Operación
Descaro fue un completo fracaso pero ello no debe descuidar al gobierno
venezolano, debe estar más alerta que nunca en sus fronteras, alentando la
lucha diplomática, política, comunicacional. Denunciar el robo al que está
siendo sometido por parte de Estados Unidos, Gran Bretaña, España que han
congelado los activos que le pertenecen al pueblo venezolano. Estamos siendo
testigos de una violación del derecho internacional por parte de Estados Unidos
y sus socios, estamos en presencia de un Golpe de Estado que ha fracasado
porque el pueblo venezolano no acepta que sean los marines o mercenarios
intervengan en los asuntos internos de su país. Somos testigos de una gesta
heroica del pueblo venezolano que resiste los embates de su vecino, entregado
en cuerpo y alma a los deseos de Washington. De un gobierno chileno que desea
ser parte de la banda principal de la asociación delictiva llamada Grupo de
Lima.
El gobierno de
Venezuela debe actuar con cautela, las sombras detrás del proceso de
desestabilización de su gobierno son poderosas. Los intereses por las riquezas
venezolanas han desplegado sus alas y no desean detenerse. Estados Unidos y sus
socios europeos, Colombia, Brasil quieren parte de su tajada en la meta de
fragmentar Venezuela y robar su petróleo, el coltán, el oro, tener acceso a su
importante ubicación geoestratégica, impedir la presencia de inversiones rusas
y chinas, dejarla como lo que ha querido siempre Estados Unidos. Un patio
trasero. Y en ese norte Juan Guaidó es simplemente una pieza más, un títere sin
importancia, desechable.
Y tan prescindible
es que se puede generar una situación tal que posibilite el asesinato de este
diputado suplente, que por definición de Washington y sus amigos pasó al primer
plano autoproclamándose como presidente encargado. No es casual que esta última
semana las informaciones y entrevistas concedidas por el autoproclamado Guaidó
signen la pregunta respecto a un posible
atentado. Guaidó es desechable y ello signa el peligro que pueda ser eliminado
físicamente, en una operación de falsa bandera destinada a culpar al gobierno
venezolano, al presidente maduro o los colectivos chavistas. Sus viajes
clandestinos entre Colombia y Venezuela, sus salidas al extranjero a pesar de
la prohibición pueden generar el marco preciso de su aniquilación, ya que el
llanto y la emoción suelen nublar la razón y el análisis profundo. Para
Washington y los poderes detrás del golpismo contra Venezuela, todo vale y el
martirologio puede llevar apellido Guaidó.
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