EL JUICIO FARSA Y LAS
DEFENSAS TRAMPAS
POR GUILLERMO FERRARI
Esta semana hemos
visto el primer paso de la defensa del Mayor José Luis Trapero. Teniendo en
cuenta las otras defensas, hay que abrir la polémica al respecto.
No es la primera
vez, seguro que no la última, en que el poder judicial de algún país juzga a
dirigentes de masas por realizar acciones reivindicativas masivas ante un
régimen opresor y antidemocrático. Hace varias semanas que el Régimen del 78
está juzgando a los dirigentes políticos catalanes y se dispone a aplicar penas
de hasta 25 años.
Estamos asistiendo
a un juicio pleno de irregularidades. Son tantas que solo mencionaré algunas.
La instrucción se ha hecho sobre la base de atestados de la Guardia Civil y
casi sin pruebas. Se llega al ridículo de hablar de malversación de fondos,
cuando las arcas públicas catalanas estaban controladas directamente de Madrid
y el entonces ministro de hacienda, Cristóbal Montoro había asegurado que no
salió ni un euro para el 1-O.
En la etapa de instrucción
se separó irregularmente a los integrantes del Govern que están en el exilio y
también a la cúpula de los Mossos. Sin embargo, todos son juzgados por los
mismos hechos y, obviamente, por los mismos cargos. La Justicia española, llegó
al ridículo de anular la euroorden de detención a Puigdemont, porque solo lo
entregaban para que sea juzgado por malversación.
Las defensas han
sido privadas de una multitud de testigos y de pruebas. Se da la situación
irregular de que primero den testimonio los testigos de la defensa, quedando
para el final muchos policías que fueron solicitados por las acusaciones. La
actuación de Marchena poniendo límites a las defensas ha levantado quejas entre
observadores internacionales
Marchena tuvo que
aceptar que la Fiscalía no pueda hacer algunas preguntas al Major Trapero,
puesto que no había citado a declarar por el tema de referencia. Esto lo hizo
por la protesta realizada por un abogado de las defensas. Sin embargo, la
“solución” que encontró Marchena fue hacer esa pregunta suya. Queda claro quién
corre con el caballo de comisario.
Con defensas así,
mejor me defiendo solo
Al principio de
éste Juicio Farsa se dio un falso debate entre las defensas jurídicas y las
defensas políticas. Las primeras hacen hincapié en los hechos juzgados y las
segundas hacen hincapié en el alegato político. Esta disociación de hechos y
discursos no tiene sentido. Los hechos juzgados son hechos relativos a
fenómenos políticas de masas como fue el referéndum del 1-O y las
manifestaciones que se dieron en esos días.
Las diferencias más
importantes entre las defensas consistieron sobre todo en la decisión de si se
contesta exclusivamente a su propio abogado, o si se contesta también a la
fiscalía y la abogacía del Estado. Nadie contesto a la anomalía de acusación
popular realizada por los ultraderechistas de Vox. Sin embargo, las defensas
coincidieron en la interpretación de los hechos.
El Exconseller
d’Interior, Joaquim Form aseguraba que “La DUI no se votó, solo se leyó” para
concluir que no tenía importancia jurídica. Lo mismo que Josep Rull que destacó
que era una “declaración de voluntad política”. O Turull: “expresión de una
voluntad política que refleja el sentir mayoritario del pueblo de Catalunya”. Y
Dolors Bassa: El referéndum nunca se llevó a cabo “como un acto concluyente
para la independencia”. O el mismo Romeva que entendió el 1-O como “un mandato
político que teníamos que gestionar”.
El caso más
controvertido ha sido el de la Presidenta del Parlament, Carme Forcadell. Ella
también sostuvo que el 27-O se hizo “una declaración política sin trascendencia
jurídica”. Ya se había olvidado cuando gritaba a Artur Mas en las
manifestaciones “Presidente, ponga las urnas”.
Todos quitaron
fuego a la importancia del 1-O. Se movilizaron más de dos millones para votar
en un referéndum que JxCat y ERC dijeron iba a ser vinculante. Decenas de miles
fueron a las escuelas para garantizar el lugar de votación. Centenares de
personas burlaron la Inteligencia española trayendo las urnas que se usaron para
votar y desarrollando un software que especial para el 1-O. Miles y miles
pusieron el cuerpo ante la brutal represión policial y todo ello fue
sencillamente para presionar al gobierno español.
Los dirigentes de
JxCat y ERC se están burlando de sus votantes y de un importante sector de la
población catalana. No saben cómo llegaron las urnas, cómo se pagó tal o cual
gasto, incluso Forn llegó a decir que una cosa son sus convicciones políticas y
otra la acción de él como Conseller del Govern. Pero, ¿para qué queremos un
Govern que no desobedece, ni quiere mandar? JxCat y ERC quieren, como máximo,
una república consentida por el Régimen del 78.
La exconseller
Dolors Bassa lo decía: “no queríamos desobedecer” y “nunca hice nada para
incumplir ninguna resolución del TC. No hicimos nada desde el momento que
recibimos la resolución del TC sobre el referéndum.” El problema es que estos
dirigentes “iban de farol” como dijo Clara Ponsatí, la Exconsellera
d’Ensenyament y que no tenían ninguna estructura de estado, ni apoyos políticos
internacionales. Un engaño en toda regla.
El Major José Luis
Trapero ha explicado que tenían planificado desde el 25-O cómo detener al
Govern de Puigdemont en caso de recibir órdenes del Estado. También ha
explicado que los Mossos han sido más efectivos que la Policía y la Guardia
Civil a la hora de cerrar escuelas (igual que Joaquim Forn). Trapero demostró
claramente que los Mossos siempre han obedecido a los requerimientos de la
(in)justicia y el Régimen del 78.
Los dirigentes
políticos de Junts per Catalunya y de Esquerra Republicana se están defendiendo
para evitar unas acusaciones completamente irreales de rebelión o sedición.
Acusaciones graves pero completamente falsas. Pero lo están haciendo de acuerdo
a su estrategia política: no desobedecer al Régimen del 78.
Nunca
desobedecieron. Yo lo dijo Artur Mas “yo no desobedecí”. Y eso es lo que la
gran mayoría de exconsellers explicaron a la Fiscalía y la Abogacía. Cada uno
de ellos ha rendido pleitesía al Régimen del 78 a ver si de esa manera logran
reducir la condena. Sin embargo, esta pleitesía demuestra que nunca quisieron
organizar un referéndum vinculante, nunca se jugaron de verdad a desafiar éste
régimen decrépito y reaccionario.
Este juicio está
señalando el final del “procés” y posiblemente sea el prolegómeno de un nuevo
momento político en la lucha del pueblo catalán por la autodeterminación
nacional. Un momento en el cual quede claro que no se puede ejercer sin luchar
contra el Régimen del 78. Régimen con el cual están comprometidos los partidos
de la gran burguesía catalana, Junts x Catalunya/PDeCAT y ERC.
Cada vez se hace
cada vez más necesario romper con la burguesía catalana para buscar una lucha
unitaria de los trabajadores y el pueblo por autodeterminación nacial, la
defensa de los derechos democráticos y los derechos sociales que nos han
quitado con recortes sociales, paro y precariedad.
http://www.izquierdadiario.es/El-Juicio-Farsa-y-las-defensas-trampas
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