EL GENERALÍSIMO FRANCISCO FRANCO AÚN ESTÁ MUERTO
DAVID TORRES
Dos años y pico
después de la muerte de Francisco Franco, el cómico Chevy Chase todavía
anunciaba cada semana en el boletín de noticias de Saturday Night Live la
muerte de Francisco Franco. Transformado en alfiletero médico para mantenerlo
con vida artificialmente, el agonizante dictador se había ido asomando
puntualmente a los telediarios españoles día a día, como un reloj de cuco
averiado, con el fin de tranquilizar a las masas y asegurar que el tinglado
continuaba en pie. Los mamporreros del régimen temían que, una vez desaparecido
el Invicto, las hordas comunistas y ateas entraran a saco en la península
violando mujeres y secuestrando niños, algo lógico teniendo en cuenta que dos
de las ocupaciones favoritas de los mamporreros del régimen durante cuatro
décadas fueron violar mujeres y secuestrar niños.
Podían estar
tranquilos, no obstante. Todo estaba -como dijo el propio Franco en su mensaje
navideño de 1969- atado y bien atado. Cuenta Indro Montanelli en sus Memorias
que, mientras le estaba entrevistando en la primavera de 1945, un secretario
llegó al despacho con una foto de Mussolini colgado junto a su amante, Clara
Petacci, y varios de sus correligionarios. Franco pidió una lupa y examinó la
foto con curiosidad de entomólogo mientras Montanelli se preguntaba qué estaría
pensando el Generalísimo frente a aquel macabro memento mori que le mostraba
cómo había terminado sus días el tirano italiano que tanto le había ayudado a
ganar la guerra. Montanelli se quedó de piedra cuando Franco dejó a un lado la
lupa y la foto y exclamó con su voz de pito: “Lo han ahorcado mal”. En efecto,
si de algo sabía aquel hombre era de nudos.
Las ataduras del
régimen han aguantado bien al cabo de los años, tanto que la propia Fundación
Francisco Franco se atreve a alzar la voz y amenazar al gobierno con un conato
de rebelión armada. Al menos, a eso es a lo que suena el ultimátum redactado en
esa prosa de campaña con el que responden al anuncio de la exhumación de los
restos mortales del dictador prevista para el próximo 10 de junio: “Francisco
Franco seguirá en el Valle de los Caídos o el destino de la actual democracia
volverá a transitar por los albañales de nuestra peor historia”. Podía haber
sido la ETA, podía haber sido el GRAPO, pero no, la que rebuzna con este tono
chulesco de agresión verbal ha sido la Fundación Francisco Franco, una reserva
nacional fascista que no sólo no está ilegalizada sino subvencionada con dinero
público. En algo tienen razón, y es que los cuarenta años de franquismo fueron,
con diferencia, los peores desde Atapuerca.
Chevy Chase repetía
una y otra vez el chiste negro de la muerte de Franco porque durante meses y
meses los telediarios de medio mundo habían dado la tabarra con la noticia de
aquella agonía obscena, insufrible, interminable. Daba gusto oír su
introducción en inglés, “Generalísimo Francisco Franco is still dead“, más que
nada porque muchos españoles no acababan de creérselo. Tal vez tuvieran razón
en su escepticismo porque da la impresión de que este genocida que se pirraba
por los superlativos nunca va a terminar de morirse. Lo oyes ahora y parece que
estuviéramos en 1977.
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