DESDE EL MERIDIANO CERO… HACIA EL PUTO MUNDO (III)
ALGUNAS
PINCELADAS PERIODÍSTICAS
ÁNGHEL MORALES GARCÍA
El periodismo fue
mi gran pasión, aunque gané más dinero en las Artes Graficas. Reparar una Grafo
Press o una Linotipia o componer una Base de Lámpara no traía ningún peligro,
pero escribir ciertos artículos solía traerme serias consecuencias con los
censores del régimen, que acababan siempre mal o con el despido o en los
juzgados. Esa mierda de censores que no sabían leer. Eso me hizo muchas veces
abandonar las islas y buscar fortuna en muchos lugares, pero siempre me
empeñaba en estar Contra Todo Poder y tampoco en otros lugares entendían mis
maravillosos textos. Malditos analfabetos de mierda. No sé ni en cuántos sitios
estuve, ni a cuántas profesiones me dediqué: canté en los metros de media
Europa, jugué al fútbol e incluso me apunté a revolucionario en algunos lugares
como el Sahara. Mejor no hablar mucho por si acaso tenga alguna causa pendiente
con esa cosa que llaman justicia.
Muerto el perro se
acabo la rabia… y yo volví a casa, y me puse a escribir en Diario de Avisos,
más bien cosas metafísicas para evitar problemas, pero un tal Palarea siempre
me metía en problemas sindicales y al final echaron a muchos compañeros y yo
terminé en La Tarde, sin lugar a dudas uno de los mejores periódicos de
Canarias de todos los tiempos, gracias al apoyo de un gran periodista llamado
Enrique García Ramos. Paralelamente llevaba la información político sindical en
Radio Club Tenerife, bajo la dirección de Juan Rolo, a quien siempre estaré
agradecido por confiar en mí en plena Transición. Aposté fuerte y durante mucho
tiempo aguanté los envites y las presiones, pero denuncias de ciertas
injusticias en la Casa de Cunas y en el Hogar del Pensionista de Ofra, fueron
atenuantes más que suficientes para que me pusieran de patitas en la calle. En
La Tarde duré algo más, con páginas realmente emblemáticas como Divagaciones de
un Loco o la Mano K´apreta, aunque en más de tres años escribí de todo, ya que
el personal no era mucho. Tuvieron miles de razones para echarme, si partimos
de sus ideas cerebro tónico apapanatadas, pero me fueron a echar por desvelar
ciertas cosas acerca de la vida del pintor surrealista Óscar Domínguez. Dos
décadas después, esas cosas que yo conté fueron utilizadas para la película
acerca de la vida del pintor: Oscar. Muy mala por cierto y muy cara. De ahí
salté a Radio Cadena Española, con un equipo de profesionales muy bueno, y
logramos convertir nuestros informativos en los más oídos de las islas. En esas
estábamos cuando por primera y última vez, la AudienciaNacional viene a las
islas a juzgar a cuatro independentistas canarios, y otra vez… ¡Coño! Mi amigo
Palarea me hace una crónica desde los juzgados y el servil director me manda a
paseo. Después sigue mi actividad periodística, aunque está por medio el
proyecto Yurena, uno de los que más orgulloso me siento, aunque decir que
paralelo a mis trabajos anteriores fui durante años corresponsal de la Agencia
Mencheta en las islas, que aunque su especialidad era el deporte, me dio la
posibilidad de dar noticias al exterior de cosas que ocurrían en Canarias y que
nadie se atrevía a publicar. No es ser un héroe el no callar las verdades.
También durante muchos años me encargué de distribuir en los medios de las
islas las noticias que ocurrían en la Unión Soviética a través de la Agencia de
Prensa Novosti. Pasaron muchas cosas raras e injustas, como el que expulsaran
de las islas a mi amigo Yuri, gerente de la empresa hispano soviética Sovispan.
Creo que la puta OTAN tuvo la culpa y aquel González, que confundía el no con
el sí y que si por mayoría absoluta entramos, por mayoría absoluta salimos.
¡Mentiroso de mierda! ¡Que te den!
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