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miércoles, 20 de febrero de 2019

EL POZO DE LA MEMORIA...5


EL POZO DE LA MEMORIA...5
DUNIA SÁNCHEZ
Las dos cruces. Avisto la señal donde tendré que tomar la desviación a la derecha y descender a lo largo, en lo tortuoso de este asfalto.  Hasta la planicie me dice esta carta donde las luces de los trajes negros alumbran el pasado. Continúo en el serpentear del descuido, de la dejadez.  Una niebla viene otra vez. ..Sí, otra vez, con la visión devorando mi entereza en este volante. La noche ya llega, distingo a lo lejos con la pesada bruma extinguiéndose los luceros balanceándose en un movimiento circular.
Paro y dejo el coche arrimado, ya es hora de estirarse, se encogerse, de ser pisadas de lo cierto. Me acerco a ellos. Ellos y ellas, con trajes negros, olisqueando un pozo amplio en su diámetro, con sus rostros serios, rígidos, alumbrando el encuentro. Saludo y de sus voces nace lo mismo. Solo me dicen “Te estábamos esperando, ya los hemos sacado.” Bolsas negras que atrapan el ayer en la memoria que se había perdido. Ahora, hallado. Y observo esos hombres y mujeres de trajes negros, de edades confusas, de conductas difusas para lo que esperaba. No, no hay alegría. No, no hay pena. Solo, un río de retorcida venganza se mueve en los ojos   de ellos, de ellas. La muerte, la muerte, la muerte innecesaria por proclamar lo cierto. Los comprendo, pero los años ya han pasado y que hacemos ¿volver atrás?  Estrangularnos, desangrarnos, mortificarnos en el ayer. Ese ayer mezclado de agonía, de injusticia, de inocentes abrazados a las hogueras de las malas lenguas. Aquí están sus huesos, un deseo del quizás, del tal vez si la hubiera conocido me estruja el pecho y siento un vago rencor, igual que ellos. Pero no, me calmo, analizo el devenir de aquellas estaciones encarriladas a la cieguetud nublando la razón. La historia no se puede variar, solo, el hoy. Este presente y futuro  que nos da la amplitud, las notas para que todo no se repita. Mis ojos abrazan el firmamento ¡qué maravilla¡ lo nunca visto. Estrellas fugaces alimentan la sequedad de mis sentidos. Ahí están ellos, hablando, murmurando con sus piquetas y palas que será el  mañana. Me es lo mismo, yo solo quiero sus restos. Qué descanse en donde los cipreses dan sombran a las flores cortadas, flores los pajarillos picotean el dormir eterno.


Publicado por Blogger para DUNIA SÁNCHEZ PADRÓN ©2007-2019 el 2/18/2019 09:01:00 a. m.


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