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sábado, 19 de enero de 2019

MIGRACIÓN Y DESTIERRO


MIGRACIÓN Y DESTIERRO
ADALBERTO SANTANA
En el fenómeno migratorio latinoamericano y el destierro  que de manera colectiva se presenta en países y grupos vulnerables de nuestra América cada vez parece ser una constante en los  inicios del siglo XXI. Especialmente en las condiciones políticas, sociales y culturales que determinan un nuevo éxodo regional hacia regiones de mayor desarrollo, de manera particular hacia los EU.

En efecto, el tema migratorio a nivel mundial es uno de los aspectos más relevantes en nuestros días. Gran parte de los países desarrollados  reciben  cotidianamente una gran cantidad relativa de migrantes, especialmente de los países y regiones periféricas. Se reconoce que en los inicios del siglo XXI se contabilizaban en cerca de 175 millones de personas las que radicaban en un país distinto al que nacieron. Mientras que una década después, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) informaba que el número alcanzaba la cantidad de 214 millones. En tanto que para 2014 se registraron 232 millones de migrantes internacionales. Una de las características más relevantes en el escenario mundial es el constante flujo del fenómeno migratorio mundial.

Especialmente de los países más vulnerables del orbe hacia las economías de mayor desarrollo. En buena medida el destierro es una constante en el desarrollo histórico de diversas sociedades y culturas. Sin embargo, en buena medida se puede identificar que en el momento actual se genera como un producto de la crisis del sistema capitalista, el cual en los países periféricos por su misma de dependencia estructural con los centros económicos mundiales, se ve en la necesidad de expulsar una significativa mano de obra. Esto significaque en la lógica del mercado capitalista mundial él mismo se reproduce generando una dinámica de expulsión y atracción de trabajadores internacionales.  Tal como acontece con al llamada primera Caravana migrante que partió de San Pedro Sula, Honduras,a México en octubre de 2018. Así como la cuarta Caravana centroamericana que tomórumbo a los EU, desde la misma ciudad catracha el 14 de enero de 2019. Este nuevo éxodo agrupa a cerca de 2 mil migrantes internacionales procedentes de la misma Honduras, El Salvador y Guatemala.

Sin embargo, un gran escollo que se les presenta a estos nuevos migrantes o desterrados es la presidencia en Washington de Donald Trump. Un primer elemento que reivindica políticamente el ocupante de la Casa Blanca es lo que se considera una lucha contra los indocumentados en virtud de que en su lectura estos ponen en un alto riesgo la seguridad nacional estadounidense. De hecho en su campaña electoral se comprometió a deportar a 6 millones de migrantes irregulares y de ellos a 2 millones con antecedentes penales. Política que en gran medida también la había iniciadoel presidente Barak Obama cuando deportó de 2009 a 2017, 2.8 millones migrantes indocumentados. Esto es un promedio de 350 mil por año. Incluso a esa cantidad, se sumaron  medio millón de niños nacidos en territorio estadounidense que acompañaban a sus padres deportados. En palabras de Martí esa son: “…las horas frecuentes de desfallecimiento, en que el destierro es más doloroso que la muerte”.

Sin embargo, con Trump, se ubicaron en su lógica anti-migratoria especialmente aquellos identificados como musulmanes que proceden de países como Irán, Somalia, Sudan, Siria, Yemen y Libia. Pero asimismo ubicó a los migrantes del sur de sus fronteras como una grave amenaza. La mayoría son migrantes irregulares latinoamericanos procedentes de México y de otros países de nuestra América, especialmente del llamado triángulo del norte de Centroamérica: Guatemala, Honduras y El Salvador. Los migrantes latinoamericanos en EU suman aproximadamente 57.5 millones de personas.

Otro punto clave de la política anti-inmigrante de Trump, es  la prolongación de la construcción del muro a lo largo de su frontera sur para detener el paso de los migrantes que procedentes de México, Centroamérica y otras regiones del mundo periférico. Así, el mandatario de la Casa Blanca, pretenden a toda costa frenar con ello la entrada de migrantes que tiene como destino a la mayor economía del mundo. A inicios de enero de 2019 ha llevado a semiparalizar las funciones del gobierno federal estadounidense si el Congreso no le financia la contrucción del muro en su frontera sur. Frontera que en gran medida ya se ha visto levantar dicha construcción.

Actualmente la extensión del muro lleva más de 1,200 kilometros y falta construir una cantidad semejante según la pretensión de Trump, para así sellar una frontera que tiene más de tres mil kilómetros de largo. Para Trump lo que pretende con el muro es “proteger” a la mayor potencia del orbe para evitar seguir siendo “invadida” por una población de origen latino y periférica, que a largo plazo podría aspirar a construir una nueva nación latinoamericana. Muy semejante al resto del mundo latinoamericano, pero con caracteristicas, culturales y prácticas políticas y sociales con sus propias particularidades pero muy similares al resto de la región.

Temor que hace años ya esgrimía el ideólogo de la ultraderecha estadounidense, el profesor  Samuel Huntington (1927-2008). Según el censo de los EU de 2010, en su territorio hay más de 55 millones de personas de origen hispano. Desde la lectura del fallecido autor del Choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial, esto representaba una gran amenaza a la civilización occidental (EU, Canadá, Europa y Australia). Lectura que sin duda es parte del discurso  político de Trump, que sirve para ubicar desde la visión del puritanismo conservador del mundo anglosajón  (blancos y protestantes), a los musulmanes y latinos como enemigos que amenazan a la mayor potencia del mundo. Desde esa lógica y con un espíritu racista y xenófobo, se propone por la nueva admistración de la Casa Blanca, desterrar a todos los hispanos que “ilegalmente” viven en EU. Así, se tendría una estrategia fundamental,  el sellar la frontera ante esa “invasión” y desterrar a los que ahí llevan muchos años y varias generaciones trabajando y viviendo. Sin duda, en esa perspectiva no existe la historia como referencia de los EU  al crearse y desarrollarse como una formación económico-social en el siglo XIX. Pretender ignorar que a México le fue robado más de la mitad de su territorio después de la guerra de rapiña entre 1847-1848, es parte del discurso imperialista de nuestros días. Hecho que también implicó,  que del lado ocupado quedaran poblaciones de mexicanos atrapados en la defensa de sus tierras por la nueva potencia imperial emergente del siglo XIX. De igual manera muchas comunidades indígenas fueron despojadas de sus grandes territorios y quedaron también prisioneras en las reservas que las sujetaron hasta nuestros días. A decir de la lectura martiana: “Quien deseé patria segura, que la conquiste. Quien no la conquiste, viva a látigo y destierro, oteado como las fieras, echado de un país a otro, encubriendo con la sonrisa limosnera ante el desdén los hombres libres, la muerte del alma. No hay más suelo firme que aquél en qué nació”.

Finalmente podemos señalar que también existen diversos indicadores que apuntan a comprender mejor esa situación de vulnerabilidad de estos trabajadores internacionales indocumentados. Pero lo común a eso migrantes internacionales es que son desterrados de nuestra América.

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