PALABRAS DE PRESENTACION DE “NOSTALGIA DEL OLVIDO”DE MANUEL DIAZ
GARCIA
JUAN FRANCISCO SANTANA DOMÍNGUEZ
Conocí a Manuel siendo un reconocido empresario de la panadería,
oficio que le viene en los genes, que hacía poemas y que recitaba de manera muy
personal. El roce dicen que hace el cariño, siempre lo hemos oído y fue así
como hemos llegado a este hoy, día 7 de diciembre de 2018, fecha en la que
Manuel Díaz García sigue siendo aquel empresario pero presentándosenos como un
poeta maduro que va haciendo realidad algunos de sus sueños, los de aquellos
momentos en los que nos encontramos por primera vez y es que en este caso los
sueños no sólo se quedaron en sueños sino que los ha hecho realidad porque como
podemos leer en Las Mil y Una Noches ¡La rosa de la dicha no florece en el
sueño! ¡No dejes pasar sin quemarlos los instantes de esta vida! ¡Siglos
tendrás para dormir! Manuel lo ha tenido muy claro pues ha vencido, en días,
semanas, meses y años, al sueño y ha aprovechado la intensidad de la luz que le
ha iluminado.
Nos decía José Luis Sampedro que “quien lee, no hace algo, se
hace alguien” y es lo que, en gran medida, ha hecho que Manuel Díaz García, en
un deseo de formación inconmensurable ha logrado ir superándose y llegar a lo
que hoy es, un poeta capaz de escribir una obra de la calidad de Nostalgia del olvido,
su ópera prima, un poemario a tener muy en cuenta.
Ha sido el ser humano constante, el compañero de proyectos, el amigo
que se preocupa por mejorar, al que he visto, día sí y el siguiente también,
superarse, con lecturas que ha elegido y le han llevado a ir, con el paso de
los años, de la mano de la Superación, siéndole fiel y saciándose de sus
beneficios y, lo que es aún más importante, ser capaz de transmitirlo a los demás
con su personal toque, porque, entre otras razones, “Los libros hacen libre al
que los quiere bien.” como nos decía el escritor del Siglo de Oro Vicente Espinel
y Manuel está enamorado de sus libros por el mucho bien que le han aportado.
He de volver a la amistad, algo que hemos compartido desde hace
muchos años, desde el momento en que nos conocimos en un grupo poético, el
primero que compartimos, para más tarde ponernos de acuerdo y entrar a formar
parte de otro colectivo, Palabra y Verso, y al que seguimos unidos actualmente
porque parece que hubiéramos leído y compartido, que no ha sido así, lo que el
escritor escocés del siglo XVIII James Boswell dejara escrito en su Life of
Johnson: “Ninguna cualidad procurará a un ser humano más amigos que la buena
disposición para admirar las cualidades de los demás.”
Ya el Premio Canarias de Literatura 2018, Ángel Sánchez, nos ha
introducido, con su prólogo, en la Nostalgia del Olvido pero he querido,
tomando como base el encargo de sinopsis que Manuel me pidió que hiciera a esta
obra para elaborar estas palabras que estoy compartiendo con todos los
asistentes a este evento. Como su título indica, esta obra compuesta de cien
poemas y caligramas, es un continuo lamento, una añoranza; la magua del canario,
en suma, la nostalgia de perder valores como la amistad, las tradiciones, la
memoria histórica, la lengua que fue patrimonio ancestral de los canarios, el
amazigh; también es el dolor que nos aprieta y nos ahoga a través de un
continuo y reivindicado recuerdo.
Estás ante un poemario maduro, diferente a lo que su autor ha
hecho hasta ahora, atrevido y valiente y, por ende, altamente comprometido. Es
un mensaje duro que invita a la reflexión profunda y es por ello que nos
encontramos ante una obra compleja y de lectura no fácil, una invitación a
valorar la canariedad y un canto por recuperar la dignidad que produce el
encontrarnos con un otrora que muchos, apenas o nada, tienen presente y, es por
ello que se demanda que el encuentro entre el ayer y el hoy es una necesidad
acuciante, deseando que el Olvido se pierda para siempre en ese mar de dudas a
que nos tiene acostumbrados. El poeta Robert
Penn Warren nos lo dejó muy claro cuando escribía ” En el fondo, un poema no es algo que se
ve, sino la luz que nos permite ver. Y lo que vemos es la vida".
Su vida laboral, tan sacrificada, y tan llena de ausencias de
momentos que ha querido compartir con otros y no ha podido. Como me decían en
casa, de niño, el panadero es el oficio más sacrificado y no se equivocaban
porque mientras los demás descansan los panaderos están activos para que al
resto no les falte el pan del desayuno y el de todo el día pero Manuel no se
queda ahí sino que es capaz de recorrer el bello y enriquecedor entorno en el
que vive, que le ha supuesto ese amor al pasado y a las tradiciones, y
escribir, actividad que le apasiona y que le dará el lugar que se merece en su
municipio, Gáldar, y es que como dejó escrito Horacio “El placer que acompaña
el trabajo pone en olvido la fatiga”. Manuel ha superado la fatiga y ha
demostrado que las dificultades que conllevan sus actividades profesionales se
pueden vencer y él las ha vencido con creces y fruto de ello es este
excepcional trabajo, que he tenido la suerte de disfrutar desde el momento en que
se inició, escuchando, a través del teléfono, sus cien poemas y caligramas y,
con posterioridad, leyéndolos, una vez los había ordenado. Gracias por
permitirme compartir la satisfacción del trabajo bien hecho, constante y de
superación, siendo un modelo a seguir para cualquiera que te lea y te conozca.
Juan Francisco Santana Domínguez
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