DESCUBIERTOS, POR FIN, LOS CUATRO JINETES DEL APOCALIPSIS (1 Y 2)
MOVIMIENTO POR LA UNIDAD
DEL PUEBLO
CANARIO
Los Jinetes del Apocalipsis se describen en la
primera parte del capítulo sexto del Apocalipsis.
1. El
caballo blanco: Italia. “Cuando abrió el primer sello, oí al primer ser
viviente, que decía: ‘¡Ven!’. Miré y vi un caballo blanco, y el que montaba
sobre él tenía un arco, y le fue dada una corona, y salió vencedor, y para
vencer” (Ap. 6.2). Los canonizados
y, por lo tanto, santos, Ireneo y Juan Crisóstomo sostienen que el arquero montado sobre
el caballo blanco es la triunfante imposición del Evangelio, una expansión que
triunfa gracias al apoyo político y, sobre todo, de la espada, lo que ratifica
Castellani al interpretar que en la Monarquía Cristiana, la Christianitas,
es el orden romano convertido a la ortodoxia
cristiana. Portar un arco, un arma para matar a distancia, es
representación de lo que hicieron los reinos cristianos, apoyando y llevando la
evangelización, como paso previo a la colonización, a pueblos lejanos. Como
ejemplo de lo predicho aconteció el sometimiento de los pueblos germanos y
eslavos e incluso el genocidio canario-americano. Salió «a vencer», esas
victorias, son las victorias de Constantino, de Teodosio, de Carlos Martel.
Aquellos que afianzaron y construyeron sobre el antiguo imperio romano, la Romanitas, el cristianismo que perduró
desde Constantino hasta el
emperador Carlos V. El milenio que después es narrado en la parte final del
Apocalipsis. Italia participó en la I Guerra Mundial, que enfrentó a la
Triple Alianza, formada por las Potencias
Centrales (el Imperio Alemán y Austria-Hungría) con la Triple Entente.
Italia, que había sido miembro de la Triple
Alianza junto a Alemania y Austria-Hungría, no se unió a las Potencias
Centrales, pues Austria, en contra de los términos pactados, fue la nación
agresora que desencadenó el conflicto. Por otro lado se encontraba la Triple Entente, formada
por el Reino Unido, Francia, y el Imperio Ruso. Ambas alianzas experimentaron
cambios y fueron varias las naciones que acabarían ingresando en las filas de
uno u otro bando según avanzaba la contienda: Italia, el Imperio de Japón y
Estados Unidos se unieron a la
Triple Entente. Italia, presidida por el fascista Mussolini, participó también
en la II Guerra Mundial en alianza con Japón y Alemania bajo el dominio nazi de
Hitler, apoyados, como no, por Franco. Desde hace diez años, siendo presidente de
Italia el no menos fascista Berlusconi, el ejército italiano patrulla las
calles del país con carros de combate blindados, decisión contestada,
ineficazmente hasta el presente, tanto interna como externamente.
2. El caballo bermejo:
Gringolandia. El corcel bermejo o alazán es
montado por el jinete de la guerra. “Cuando
abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente que decía: ‘¡Ven!’. Entonces
salió otro caballo rojo; al que lo montaba se le concedió quitar de la tierra
la paz para que se degollaran unos a otros; se le dio una espada grande” (Ap.
6.3-4). Gringolandia ha estado en guerra desde su génesis a partir del padre
del caballo rojo, el imperio británico (1775-1783), que colonizó Australia,
Canadá, Estados Unidos, India y Nueva Zelanda, es decir, la cuarta parte de la
población mundial y la quinta parte de las tierras emergidas. Entre 1783 y 1815
transcurrieron la guerra contra los nativos americanos y legítimos propietarios
del territorio, que infringieron una severa derrota a los gringos, conocida
como batalla de Wabash, en 1791; la primera guerra berberisca o guerra de
Trípoli (10 de mayo de 1801–10 de junio de 1805), fue una
guerra naval entre los Estados Unidos y
los Estados del Norte de África, conocidos
como los Estados Berberiscos (el
independiente Sultanato de Marruecos y las tres Regencias de Argelia, Túnez y
Trípoli, entidades coloniales pertenecientes al Imperio turco otomano y la guerra anglo-estadounidense de 1812,
que fue un conflicto que enfrentó a los Estados Unidos contra el Reino Unidos y
sus colonias canadienses entre 1812 y 1815 con la intención de apropiarse de
los mismos, en un momento en el que el Reino Unido e Irlanda se enfrentaban a
la Francia de Napoleón. La segunda guerra berberisca (1815), también conocida como guerra Argelina, fue la segunda de las dos guerras berberiscas entre
los Estados Unidos y las colonias turcas del Norte de África. La guerra entre Estados Unidos y México fue
un conflicto bélico que enfrentó a ambos países entre 1846 y 1848. Se inició a
consecuencia de las pretensiones expansionistas de
los Estados Unidos de América.
La feroz guerra
civil, que duró más de cuatro años (1861-1865), enfrentó a los Estados del Sur
con los del Norte. La Guerra de Secesión fue el
origen del reclutamiento masivo, la utilización de ferrocarriles militares, la
excavación de trincheras, el uso de submarinos y buques blindados, el
reconocimiento aéreo y el uso de fusiles de repetición y ametralladoras,
constituyendo el inicio de los horrores de la guerra exportada por los gringos
a todo el mundo a partir de ese momento para defender los intereses del
complejo industrial-militar. Después de la Guerra Civil, varias tribus,
especialmente los Sioux y los Comanches,
se resistieron ferozmente a ser confinados en las reservas. El papel principal
del ejército era mantener a los nativos en las reservas y obligarlos a regresar
si salían de las mismas. En la batalla de Little Big Horn (1876) la población
nativa infringió una monumental derrota a los invasores de su territorio resultando
muertos el coronel George Amstrong y su regimiento. En 1898 los Estados Unidos, mediante una guerra breve,
marcada por las rápidas victorias estadounidenses en el mar y en tierra,
derrotaron a España, que vendió las antiguas colonias españolas del Caribe
y el Pacífico, sobre todo Cuba, Puerto Rico
(todavía colonia estadounidense en forma de Estado Libre Asociado), Guam y
Filipinas. En Filipinas continuaron produciéndose revueltas, continuación de
los ataques filipinos sobre España, que finalizaron en 1901 tras la captura del
líder insurgente. Mediante el término de Guerras bananeras se define la
intervención de Estados Unidos en América Latina desde el final de la Guerra
hispano-estadounidense y que abarcan el periodo 1898-1935 e incluyen la
participación en Cuba, México, Panamá (de interés estratégico debido al Canal
de Panamá), Haiti (1915-1935), República Dominicana (1916-1924) y Nicaragua
(1912-1925 y 1926-1933). Mediante
estas guerras el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos comenzó a
especializarse en la ocupación militar a largo plazo de estos países.
Participación en la I y II Guerras Mundiales. En el verano de 1918, un
millón de soldados estadounidenses, o “doughboys” como se les decía a menudo,
de la autodenominada Fuerza Expedicionaria Estadounidense, estaban en Europa bajo el mando de
John J. Pershing, con 25.000 soldados más que llegaban todas las semanas.
Mediante la llamada Expedición Oso Polar, Estados Unidos
intentó acabar con la revolución soviética de 1917, luchando contra los
bolcheviques en la batalla de Arkhangelsk (Rusia) entre 1918 y 1919. Estados Unidos participó en la II Guerra Mundial que
se desarrolló entre 1939 y 1945, marcada por hechos de enorme repercusión que
incluyeron la muerte masiva de civiles, el Holocausto,
los bombardeos masivos sobre ciudades y
el uso, por única vez, de armas nucleares por parte de Estados Unidos sobre
población civil, el conflicto militar más
mortífero en la historia con un resultado de entre 50 y 70 millones de víctimas.
Mediante la Guerra contra la expansión del comunismo, mal denominada Guerra
Fría (1945-1991), Estados Unidos proporcionó
ayuda militar extranjera y la participación directa en contra de la Unión
Soviética, siendo el responsable de la Guerra de Corea (todavía hay fuerzas
estadounidenses de ocupación en la península de Corea pese a la derrota que le
infringieron los norcoreanos) y responsable, igualmente, de la Guerra de
Vietnam. Las armas nucleares se exhibieron por los Estados Unidos bajo el
concepto de destrucción mutua asegurada con
la Unión Soviética. En 1958 las fuerzas gubernamentales estadounidenses y libanesas ocuparon el
puerto y el aeropuerto internacional de Beirut (Líbano). El 28 de abril de 1965, 42.000 infantes de marina desembarcaron en
Santo Domingo (República Dominicana). A mediados de mayo unos 38 buques de
guerra fueron posicionados en alta mar. Esta guerra resultó traumática para la
sociedad dominicana dejando un balance de más de
3.500 muertos, decenas de heridos, millares de personas humilladas y abusadas
por militares extranjeros y locales, una economía en ruinas, un país invadido,
unas elecciones manipuladas y una guerra clandestina que no se detuvo hasta 10
años después. Enmarcada en la
guerra como parte de su política de contención del comunismo en el sur de Asia, la devastadora Guerra de Vietnam se libró entre 1957 y
1975, casi veinte años, pero las fuerzas estadounidenses se vieron
frustrados por la incapacidad de enfrentarse a los vietnamitas en batallas
decisivas, la corrupción y la incompetencia del ejército. La guerra dejó
Vietnam con muchas minas aún sin
desactivar y muchas partes de la selva destruida por napalm y Agente Naranja,
muriendo cerca de un millón de civiles. La guerra fue una traumática derrota
para Estados Unidos.
En octubre de 1983 Estados Unidos envió paracaidistas, infantes de marina,
los Rangers, y las fuerzas de operaciones especiales a la isla de Granada,
aproximadamente de la extensión de La Gomera. Más de un millar de
estadounidenses se encontraban en la isla. La fuerza invasora se movió
rápidamente para apoderarse de toda la isla, capturando cientos de prisioneros
militares y civiles. Los Marines estadounidenses desembarcaron en agosto de 1982
junto con las fuerzas italianas y francesas en Líbano. El 23 de octubre de
1983, un atacante suicida que conducía un camión con 6 toneladas de
trinitrotolueno (TNT) atravesó una cerca y destruyó el cuartel de los Marines, matando a 241 infantes de marina; segundos
después, un segundo ataque arrasó un cuartel francés, matando a 58 soldados.
Posteriormente, la Armada estadounidense participó en el bombardeo de las
posiciones de las milicias en el Líbano. Si bien el presidente Ronald Reagan se mostró inicialmente desafiante, la
presión política en el país forzó la retirada de los Marines en febrero de
1984. La operación
con nombre clave "El Dorado Canyon" constituyó una serie de ataques
aéreos conjuntos del Cuerpo de Marines, la Armada y
la Fuerza Aérea estadounidenses
contra Libia el 15 de abril de 1986. El 20 de diciembre de 1989, Estados Unidos invadió
Panamá. La guerra
del Golfo Pérsico fue un conflicto entre Irak y una fuerza de coalición de 34 naciones encabezada por los Estados
Unidos para apropiarse de los abundantes combustibles fósiles de la región,
principalmente gas y petróleo. A pesar del reducido número de bajas entre los
atacantes, más de 180.000 veteranos estadounidenses fueron declarados
"discapacitados permanentes" según el Departamento de Asuntos Para
Veteranos de Estados Unidos. Los soldados estadounidenses invadieron Somalia en
1992. En 1993, el número de soldados estadounidenses se incrementó con Rangers
y fuerzas especiales. Durante una incursión en el centro de Mogadiscio, los
soldados estadounidenses quedaron atrapados durante la noche a causa de un
levantamiento general en la Batalla de Mogadiscio. Murieron 18 soldados
estadounidenses. Las guerrillas somalíes pagaron un precio muy alto, estimado
en un total de 1.000-5.000 bajas durante el conflicto. Después de mucha
desaprobación pública, las fuerzas estadounidenses fueron retiradas rápidamente
por el presidente Bill Clinton.
A inicios de la década de 1990, Estados Unidos invadió Bosnia y Herzegovina
en una operación de la OTAN, la criminal estructura militar diseñada
expresamente para impedir tanto la liberación nacional como la emancipación
social de los pueblo oprimidos por la bestia del colonialismo. Estados Unidos
fue uno de los países miembros de la OTAN que bombardearon Yugoslavia entre el
24 de marzo y el 9 de junio de 1999 durante la Guerra de Kosovo, siendo
secretario general de la OTAN Javier Solana, representando al PSOE, el del
famoso eslogan “OTAN, de entrada NO”. La invasión de
Afganistán, para apropiarse de los ingentes recursos minerales del subsuela, se
inició a raíz de la dudosa autoría de los atentados islamo-nazis a las Torres
Gemelas el 11 de septiembre de 2001 (en dramática coincidencia con el
antidemocrático derrocamiento de Salvador Allende como presidente de Chile pero
en 1973 con participación de la CIA) iniciándose paralelamente una intolerable
cadena de secuestros de personas inocentes en todo el mundo utilizando aviones
civiles, cuya operación ha sido documentada en aeropuertos como el de Palma de
Mallorca y Tenerife, considerado un punto caliente al respecto. En enero de 2002, Estados Unidos envió más de 1.200
soldados (posteriormente otros 2.000) a Filipinas, ex-colonia
española-estadounidense que intenta mantener por sus intereses económicos. La invasión de Irak, que ocurrió entre el 20 de marzo y el 1 de mayo de 2003, fue llevada a
cabo por una coalición de países, encabezados por los Estados Unidos, junto con el Reino Unido y el Reino de España, que ha
dejado hasta la fecha más de un millón de víctimas civiles y cuyos principales
responsables, Bus, Blair y Aznar, popularmente conocidos como el trío de Las
Azores, continúan sin ser juzgados por el Tribunal Internacional de La Haya por
genocidio. Actualmente los Estados Unidos continúan ocupando zonas en
Irak y Siria, país en el que han sufrido otra sonora derrota y del que el actual
presidente Donald Trump ha anunciado su retirada, con la oposición del patético
presidente francés Macrón, el virulento represor de los “Chalecos Amarillos”.
Ministerio de Ciencias
Sociales de la República
Democrática Federal Canaria
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