EN EL CAPITALISMO, LA BANCA SIEMPRE GANA
POR TOMÁS MARTÍNEZ PEÑA
El cambio de
criterio del Tribunal Supremo respecto a quién debe abonar los impuestos de
hipotecas obedece a que la banca tendría que desembolsar 4 000 millones de
euros. Ésa es la “enorme repercusión económica y social”. No nos engañemos: la
justicia está del lado de los capitalistas
¿Qué ha pasado con
el impuesto sobre las hipotecas?
El pasado 18 de
octubre se hacía pública una sentencia del Tribunal Supremo con fecha del 16 de
octubre donde se afirmaba que la banca y no el cliente es el que debía asumir
el impuesto de las hipotecas. De ese modo, el Tribunal Supremo cambiaba de
criterio respecto a quién debía abonar los impuestos de la constitución de la
hipoteca modificando así la jurisprudencia anterior.
Esa sentencia
podría conllevar según la agencia de calificación financiera Moody’s un
desembolso de la banca de hasta 4 000 millones de euros ya que se calcula que
una hipoteca media de 150 000 euros supondría un importe próximo a 1 500 euros.
Sin embargo que no cunda el pánico a la banca. En menos de 24 horas de hacerse
pública dicha sentencia, el Tribunal Supremo echa el freno y en una decisión
sin precedentes en los últimos años, anuncia que estudiará si finalmente dicha
sentencia crea jurisprudencia y por ello acuerda paralizar con carácter urgente
todos los recursos planteados al respecto. Ahora, el Tribunal trasladará a un
Pleno de la sala el primer caso que les llegue sobre a quien corresponde pagar
dicho impuesto a fin de decidir si debe o no ser confirmado el giro
jurisprudencial.
¿Qué está en juego
para la banca?
Como ya veníamos
diciendo anteriormente, se estima que la banca podría tener que desembolsar
hasta 4 000 millones de euros en reclamaciones de confirmarse la sentencia. De
ahí que en menos de que canta un gallo se haya paralizado dicha sentencia hasta
nuevo aviso teniendo en cuenta según una nota informativa del presidente de la
Sala de lo Contencioso-Administrativo, Luis María Díez-Picazo, la “enorme
repercusión económica y social” del fallo. Tal y como ya ocurriera en con las
cláusulas suelo, el Tribunal Supremo volvía a dar supuestos argumentos
macroeconómicos para beneficiar los intereses de la banca.
En efecto en 2013,
el Tribunal Supremos ya afirmaba que no se podía recuperar lo defraudado con la
cláusula suelo por “riesgo de trastornos graves con trascendencia al orden
público económico.” Fue entonces el Tribunal de Justicia de la Unión Europea
que tuvo que dictar una resolución que daba la razón a los clientes. En esta
ocasión el Tribunal Supremo vuelve a esgrimir los mismos argumentos. La razón:
la presión de la banca que vio como sus 6 bancos del IBEX 35 perdían en total
más de 5 463 millones de capitalización bursátil en una jornada ocasionando una
caída del 1,2% del IBEX 35.
¿Existe la división
de poderes?
Desde muy chic@s
nos cuentan la cantinela de la división de poderes, de unas instituciones y de
un estado de derecho neutrales. Sin embargo la realidad es bien distinta. La
justicia, las instituciones y el Estado no sólo no son neutrales sino que
responden a unos intereses de clase y patriarcales muy concretos. Lo vimos con
la sentencia de la Manada, lo vemos con las detenciones y las condenas a años
de cárcel contra aquellos que se movilizan como puede ser el caso de Fran
Molero condenado a 5 años por rodear el Congreso en una manifestación en 2013,
lo vemos con el tiempo que llevan los presos políticos catalanes en prisión
preventiva antes incluso de haber sido condenados cuando sin embargo para la
justicia alemana, belga o inglesa no existe ni delito de rebelión.
¿A qué se deben
esos desajustes? Pues a una sencilla razón. La justicia, el gobierno de turno,
el ejército, la policía, la educación, los medios de comunicación etc,
defienden en definitiva y cada uno con sus matices unos mismos intereses
económicos: los de los capitalistas. Por eso, la justicia paraliza sentencias
que van en contra de la banca, se ceba para condenar a l@s que luchan, mientras
se muestra mucho más clemente con los políticos corruptos o la familia real. La
justicia no es igual para tod@s.
Mientras que los bancos se han estado beneficiando de los fondos de
rescate de los estados durante la crisis, los salarios de la gente trabajadora
no han dejado de bajar, mientras que los desahucios, la precariedad y la
pérdida de empleos no dejan de aumentar.
Estas instituciones
y este Estado no son reformables. Hay que cambiar de lógica, de sociedad.
Necesitamos una sociedad dónde los que producimos las riquezas a diario, fruto
de nuestro trabajo, seamos los que decidamos sobre todo. Una sociedad en la que
los bancos estén bajo control de la gente trabajadora y no lo contrario, para
que el dinero sea utilizado para el bien colectivo y no a favor de los
intereses y la especulación de unos pocos. Esa es la única vía para acabar con
un sistema injusto que sólo genera miseria, explotación y todo tipo de
opresiones.
Izquierda
Anticapitalista Revolucionaria IZAR
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