URBANISMO RARO
JM AIZPURUA
Nuestra capital
isleña, parece diseñada por un cíclope y un poco lelo pues no acertó ni una. La
que debió ser capital turística, no es ni lo uno ni lo otro. Hubo muy poca
vista.
Y ahora que una
gran porción de terreno se pone a tiro de la urbe; la abuela fuma.
El proceso
urbanístico correcto, sería un Plan Parcial especial en que los terrenos
refinados y agotados fueran puestos a disposición de la Corporación Municipal
para que esta estudiase su recalificación por cese de actividad y la
calificación de la nueva parcela en orden a complementar las necesidades
urbanísticas ciudadanas y no forzada por las necesidades económicas directrices
de la propiedad. Todas las grandes ciudades mantienen tiras y aflojas con las
grandes parcelas y en negociación transparente, la gente va viendo como avanza
lo suyo o como se estrella en un mar de corrupciones.
He visto a uno que
dice ser alcalde por la TV (no lo creo pues carece de conocimientos) y que dice
que ya negoció todo y que no nos preocupemos. Aquí todo es distinto. ¡Qué bien
nos colonizaron!
Esa parcela
refinera, es la salvación de esta urbe, su última posibilidad de crear una
ciudad equilibrada, ciudadana y turística, capaz de mantener a sus residentes
con empleos dignos, a sus niños en sus colegios y a sus ancianos en sus
centros, dentro de una vida ciudadana del momento histórico actual, pero “viéndolas
venir”. Las ocurrencias del de la TV se suman al carro de las ya hechas y nos convertirán
en un monstruo urbano mezcla sin sentido de terreras y rascacielos, sin criterio,
frías y anacrónicas como el pajarraco de las Ramblas que se sentirá a gusto en
ese escenario de mediocridad.
Este parece un
asunto de comisiones; no de las obreras ni de las de estudio.
En cualquier lugar avanzado,
la ciudad estaría en pie, atenta a la modificación de la parcela. Con sus
fuerzas vivas planificando, ideando, soñando, y sus artistas y arquitectos
haciendo realidad todos esos sueños ciudadanos. Los estudiantes chicharreros estarían
ante su oportunidad de dar con la idea feliz que los catapultase en la
profesión.
El Guggenheim
resucitó Bilbao y la refinería tiene aún mas potencial. Pero estamos aquí, y
aquí las cosas son diferentes, más al gusto del señorito cacique y con el
permiso del amo metropolitano. ¡Qué pena de isla!
Son ya mas de 50
años veraneando en la isla y mas de 10 residiendo en ella, siempre esperando
que, ya que el godo no hizo nada, al menos el alemán o el británico tomaran las
riendas de un desarrollo urbano sostenible y de calidad. Pero nada está siendo
así. El urbanismo más absurdo y la sistemática destrucción del aire colonial de
la urbe, de su esencia criolla, van conformando una deshilvanada ciudad de
edificios de burbuja, ocultada del mar, petrolera sin serlo, sucia y
empobrecida, camuflada de españolidad, alejada del estándar de la ciudad que el
visitante crucerista esperaba, que en cuanto llega, regresa al barco donde
tiene mas calidad y diversión que en la triste vida social santacrucera.
Llegar por aire o
mar a Santa Cruz, es de peor calidad que llegar a muchos lugares de Marruecos.
Aeropuertos y puertos no son de la calidad que la naturaleza y su supuesto
europeísmo le dio a esta tierra: si pueden viajen y si no vean reportajes de TV
y verán de lo que les estoy hablando. Y esos lugares que hoy se esfuerzan para
mejorar conservando su esencia, serán los que acaben con el liderazgo
chicharrero y se quedarán con la gallina de los huevos de oro, si es que antes,
el señorito no se la comió con papas.
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