JM AIZPURUA
Este post, va
destinado a mis compatriotas vascos, los sabinianos sobre todo y esos maketos
residentes en Bilbao que cuando veranean en sus pueblos españoles sacan pecho “de
vasco” para dar envidia a sus vecinos. En muchos pueblos; terminan por
prohibirles la entrada. Igualmente, catalanes y gallegos deben darse por
enterados, y ¡como no! a los supremacistas mesetarios, godos, que llevan tantos
años haciéndonos hablar en cristiano.
Todos ellos en cojera
del mismo pie, menosprecian la existencia de Canarias y la huella wanche que
sobre su sociedad se refleja. Sobre ellos, estos fantoches de su raza han
creado un estereotipo de africanidad que recae en los isleños como seres
flojos, aplatanados, salvados del tribalismo por las nobles Cortes de Castilla
que los condujeron a la modernidad.
Pues bien, colegas
de DNI, quiero daros la noticia que en las islas que un día fueron afortunadas,
sobrevive un noble pueblo, de origen wanche y hoy mestizado, al que le arrancaron
su idioma y sus esencias, castellanizando a sus menores y esclavizando o
matando a los que se oponían al dominio invasor, que con cruces y armas
continúa hasta el presente, en forma pseudo autonómica.
Y con ellos tenemos
una gran deuda, unos de orden mayor por su colonización indigna, pero todos por
la falta de solidaridad con las islas y por el consentimiento a que sus
habitantes vivan en situaciones de penuria y su historia esté plagada de
migraciones por hambrunas y de viajes paternos sin retorno en los que las
familias canarias quedaban destruidas para siempre. No era ese el destino que
la naturaleza fijó para las islas, que en el tiempo del turismo debieron
encontrar su despegue económico y la acumulación monetaria necesaria para
asentar su futuro.
Sin embargo, los
“nacionalistas” de todo cuño, cortos mentales e interesados varios, despojaron
a Canarias de su nacionalidad, ignorándola o camuflándola de cola peninsular.
Cambiar poquito es
la necesidad para mantener el estado de las cosas: a eso se juega en Canarias.
Echar la culpa de ello a “los godos” es la fórmula políticamente correcta,
válida para que no te empapelen o amenacen, pero inválida para resolver la
cuestión. Hay culpables de que Canarias hoy sea un fraude nacional camuflado de
autonómico y con ello, no estamos ante una cuestión semántica si no ante una
disminución de recursos para enfrentarse al devenir europeo y mundial.
Vascos,
castellanos, gallegos, andaluces, y co-DNIs varios, que no estén abducidos por
la españolidad fascio-unitaria de Mariano, deben enfrentarse al marrón
histórico que, Sahara, Canarias, Ceuta y Melilla, dejan en una ciudadanía que
se pretende democrática y europeísta, superadora del esclavismo y el
imperialismo hispano castellano.
Con Canarias hay
deuda histórica, de dignidad al no reparar su afrenta conquistadora y colonizadora,
económica, por no dotarla de los recursos suficientes en toda su historia para
homologarse a la península o a Europa, y nacional, por no reconocer su esencia
nacional y ultraperiférica europea, que le confiere un estatus diferenciado a
las Comunidades Autónomas, con derecho a atribuciones exclusivas para defender
su tierra, su mar y su gente que nunca se hará desde una legislación estatal
peninsular. ¿Y quién puede negar a Canarias el Derecho de Autodeterminación? La
ONU no lo hizo, y el Borbonato carece de legitimidad para ello.
Nacionalistas
españolistas y nacionalistas periféricos varios: estáis obsoletos.
Abusáis del
desamparo en que queda el rebelde wanche ante el cacique isleño y su
resignación obligada, y no queréis abordar la problemática real canaria. Un
Estado que se desangra tiene en Canarias la vena principal, el desgarro
principal que es su problema colonial cuya resolución sería el primer paso para
comenzar a diseñar un Estado justo y respetable.
¿Quién le pone el
cascabel al gato? ¡Huff! deja, deja, que vienen las municipales y me sacan de
la lista.
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