EN LA ESCALA MUSICAL
Rafael
ZAMORA MÉNDEZ
Mirar hacia atrás
es como morir y, a pesar de ello, conscientemente, nos solazamos rememorando
remotos hechos que alguna que otra vez, a lo dilatado de la existencia, tuvimos
la pertinente coyuntura de haberlos podido vivir.
No perder de vista
al futuro, debería ser una estricta manera de procurar coexistir ya que,
cualquier época cercana, no es capaz de sobrellevar como es debido, las
alarmantes incertidumbres del reinante presente.
Entre los muchos
papeles y apuntes que acostumbramos a tener encasillados en la revuelta gaveta
de las bien reservadas memorias, de vez en cuando, sin ni siquiera proyectarlo,
solemos tropezarnos con algunas de las más inusitadas e insospechadas
agradables sorpresas.
Tal le ha sucedido
a un servidor, habiendo conseguido obtener al alcance de la ávida mano y de la
curiosa vista, el sencillo guion de una lejana intervención radiofónica, que,
allá por el año del 2005, efectuara, mencionando con relevante orgullo, algunos
de los muy celebrados valores primorosos humanos que la isla, artísticamente,
ha tenido y aún, por fortuna, todavía posee y celosamente conserva.
¡Y, es así, como,
floreciendo desde una legítima tromba triunfal, a borbotones, prorrumpen a
relucir todo un ingente séquito de acreditados nombres, de espléndidas figuras,
dignas todas ellas de ser noblemente aclamadas, para irlas colocando en la
memorable plataforma de los más penetrantes meritorios y prestigiosos niveles!
Encabeza a todos
estos genuinos valores del rebasado pasado, la muy difundida, atrayente y
sugestiva silueta señora de la gran VALENTINA, LA DE SABINOSA, occisa en su
idolatrado pueblo natal, un 13 de junio, festividad de San Antonio, de 1976, a
los 87 años de edad, habiendo sido la legítima representante y la más fiel
divulgadora de nuestro ancestral folclore, tanto en celebradas actuaciones,
como a través de sus contados y consignatarios discos grabados.
Teniendo en cuenta
su bien conquistada reputación, traspasadora de confines, en 1974, el CABILDO
INSULAR DE EL HIERRO, asume el acierto, tino y sobresaliente buen tacto, de
distinguirla en vida concediéndole el justo título de “HIJA PREDILECTA DE LA
ISLA.”
Se dice que, su
venerada instructora en la culta y difícil expresión musical, lo fue, la otra
no menos admirada hábil experta, MARÍA MORALES, aquella espléndida “CURRA DE EL
PINAR”, considerada por muchos como la más sobresaliente danzarina de todos los
tiempos, a pesar de que fuera superada por su tan aplicada discípula, como
improvisada poetisa y en la enfocada aplicación de un dilatado repertorio, teniendo
asimismo el mérito DOÑA VALENTINA, de haber hecho posible unos cantos y danzas
que ya se encontraban casi totalmente perdidos en los vetustos anales del
tiempo, recopilando con ejemplar celo, el rico legado de anteriores
generaciones para que no se disiparan , inculcándoles a sus comedidos
discípulos hacia la subsistencia de los mismos, tales como “El Tango”,El Vivo,”
“ El Santo,” El Baile de la Virgen” y los Cantos de Trabajo, como, “Arando”,
“Moliendo”, “Trillando” y “Segando”.-
El autorizado pedagogo,
García Matos, en una interesante y minuciosa antología del folclore canario,
reseña de sobresaliente manera, “La Meda” y, su sin par “Arrorró” que ya vienen
a formar parte activa del más arcaico y artístico patrimonio insular.
¿Cómo no mencionar
aquí también, en este específico apartado, al prototipo de bailarín herreño,
don MELANIO CASAÑAS, al rítmico compás de las sonoras chácaras y resonantes
tambores, en la mente y corazón de muchos de nosotros?
A nuestra
equivalente MARÍA MÉRIDA, a estas alturas, todavía siendo celosamente
solicitada para seguir interviniendo con concluyente triunfos, en divulgadas
emisiones televisivas, con su profunda voz, dentro de la privilegiada escala
grave-musical, la primera de su estamento en todo el mundo, dando vehementes
muestras de sus exquisitas dotes originales, para dejar bien en alto, el
primoroso estandarte herreño.
A los “SABANDEÑOS”,
tan solo por el mero hecho de haber sido su muy convincente creador, fundador e
intérprete, autor musical, literato e investigador del puro folclore canario y
sudamericano, abogado, político y periodista, nuestro hondamente evaluado y más
que destacado, ELFIDIO ALONSO QUINTERO, nacido en Valverde y, actualmente,
afincado en la capital de la provincia.
Aún, más cercanos
todavía, el asombroso, melódico y espectacular vínculo de los perseverantes
hermanos, RUPERTO y PACO PADRÓN, capaces de montarnos todo un increíble
espectáculo, en unas chispeantes alas de alargados bailes de prolongadas horas,
sin parar ni un solo instante, luciendo voz, ritmo, contagiosa alegría y
haciendo mover el esqueleto de tal forma y manera, que únicamente, proporcionan
desbordante placer y contagioso regodeo.
Al joven cantautor,
RÓGER, prosista e intérprete de todos
sus relevantes temas, poniendo de manifiesto la enorme valía de sus logradas
creaciones, plenas de hechizados embrujo y proporcionándonos unas juveniles y
grandes esperanzas, dentro de un inacabado y seguro deslumbrante porvenir.
Al aplaudido grupo
o conjunto de “TAROS”, siempre en la palestra, en primera línea, animando gran
variedad de asistidos actos y en los cuales, se destaca sobremanera el afinado
acoplamiento, buen gusto y aplaudido extenso repertorio.
A la reciente y
todavía, no muy conocida sugestiva voz de la apasionada nueva promesa, Carmen
Quintero, quien, con la animosa colaboración de la propia María Mérida, Celi
Hernández Dorta y Roberto Gutiérrez, ya ha lanzado al mercado discográfico un
atrayente CD, conteniendo unos impresionantes viejos boleros, de penetrantes y
sugestivas reminiscencias.
A la impresionante
CLAUDIA ÁLAMO, el actual portento isleño, con una encantadora y adorable voz,
capaz de englobar todos los melódicos matices de la complicada escala musical,
sencillamente cautivadora y originaria.
A todos los
miembros componentes de acompasados BAILARINES que, por doquier, van
desplegando el sentir de todo el pueblo, lamentando que en otras islas, puntos
y rincones, salgan falsos imitadores que, en nada y para nada, nos encumbren y
favorecen.
A la juvenil Banda
Insular, que intenta seguir manteniendo en alto esa remota y deseada tradición
de vocacionales enamorados, mimando mucho y variados instrumentos, a los que
hacen sonar con una enorme buena voluntad y envidiable tesón sin límites.
Un colindante muy
especial, para el sorprendente ELOY PANIZO, autorizado representante herreño
que anda triunfando con distinguidos laureles, en todas partes del orbe, con la
genial destreza de su mágico instrumento, sirviendo de orgullo isleño y
figurando inmerso, dentro de una de las más prestigiosas orquestas filarmónicas
de la distante y atrayente Holanda.
¡TODOS ESTOS
ALUDIDOS ENORMES VALORES MUSICALES
NUESTROS Y ALGUNOS OTROS MUCHOS QUE, POR PERSONAL DESCONOCIMIENTO, SE ME HAYAN QUEDADO SIN MENCIONAR, HOY, HAN SIDO EXPUESTOS COMO
UN MODESTO PARADIGMA, PARA QUE, CON SU BUEN HACER, CONTINÚEN
RECONFORTÁNDONOS, ENORGULLECIÉNDONOS Y ESTIMULÁNDONOS!
HA SIDO FELIZ CUMPLIDO,
DE ADMIRACIÓN Y CONTENTO.
¡DEL PUEBLO HERREÑO HAN
SALIDO,
VALORES QUE HAN MERECIDO,
OCUPAR NUESTRO ARGUMENTO!
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