CONTRA LA POBREZA ENERGÉTICA
VICENTE CLAVERO
Un país que se dice
civilizado, moderno y todo eso no puede permitirse la indecencia de tener
cuatro millones y medio de ciudadanos en situación de pobreza energética. Que
una décima parte de la población española carezca de recursos suficientes para
tener encendida la luz cuando lo necesita o la calefacción cuando el frío
arrecia es, simple y llanamente, una vergüenza. Para paliar esta penosa
situación se creó el llamado “bono social”, que facilita el acceso a la
electricidad; pero beneficiarse de él resulta tan complejo que muchas familias
ni siquiera lo intentan.
Ahora, el Gobierno
de Pedro Sánchez va a poner las cosas más fáciles, en línea con una de las
reivindicaciones más reiteradas de Unidos Podemos, su socio parlamentario
preferente. Eso es, al menos, lo que anunció el miércoles en el Congreso la
ministra para la Transición Tecnológica, Teresa Ribero, junto a otras medidas
encaminadas a abaratar la factura de la luz. Entre ellas, la suspensión del
impuesto del 7% introducido por Mariano Rajoy en 2012 y la supresión de las
penalizaciones al autoconsumo que desincentivan el uso individual de la energía
solar.
Lo primero es de
sentido común en un momento en que el precio de la electricidad está en máximos
históricos; pero tiene efectos muy limitados. Según cálculos oficiales, su
repercusión sobre el recibo rondará el 2,5% en el caso de que las eléctricas lo
apliquen íntegramente, cosa que está por ver. No hay más que recordar lo
sucedido hace poco con la rebaja del 21% al 10% del IVA aplicable al cine, que
sólo uno de cada tres exhibidores ha reflejado en el importe de las entradas, a
pesar de que todos habían dicho por activa y por pasiva que les iba la vida en
ello.
Por lo que respecta
al levantamiento de las penalizaciones al autoconsumo, conocidas popularmente
como “impuesto al sol”, eran una de esas extravagancias que cuesta mucho
entender si no es por la presión del lobby eléctrico. Mantenerlas no tenía ni
pies ni cabeza, salvo para proteger los intereses de un sector que no se
caracteriza precisamente por su generosidad y buen trato a los consumidores, y
el Gobierno hace bien en prescindir de ellas. Es posible que, de momento, su
impacto sea pequeño, pero permitirá seguir avanzando en la sustitución de las
fuentes tradicionales de energía por otras más respetuosas con el medio
ambiente y más baratas.
Puedes seguirme en
Twitter: @vicente_clavero
No hay comentarios:
Publicar un comentario