PRESENTACIÓN DEL LIBRO “LOS PEQUEÑOS DEL
MARIANNE” DE CARMEN GONZÁLEZ (MICA)
RAMÓN ACIEGO DE MENDOZA LUGO
[13 de julio de
2018 a las 19 horas en la Mutua de Accidentes de Canarias (MAC), ubicada en la
calle Robayna nº 2 (esquina Castillo) en Santa Cruz de Tenerife]
Palabras de
presentación
- Saludos y agradecimiento:
o Buenas tardes.
o Es un placer acompañarles en la presentación del libro Los pequeños del Marianne, de nuestra
compañera Carmen González (Mica)
o Su lectura me ha sugerido una serie de ideas o reflexiones, que
me van a permitir compartir con todos ustedes intercalándolas con algunos
extractos del propio cuento.
La necesidad de comunicación; el interés
como motivación y logro; el superar los miedos; el rigor en las tareas; la
escucha; la felicidad que emana de la naturaleza; la Comunidad soberana;
superar la intolerancia; el arte de enseñar; el prodigio del amor. Todos estos
valores Mica, la autora, nos invita a compartir mediante el placer por la lectura.
Mica
es “maestra”. Y maestra como solo se puede ejercer de verdad ese maravilloso
oficio: con vocación, curiosidad y pasión.
En
su “Cuento”, genera situaciones de aprendizaje:
Esther,
Nico y Juan se sintieron descargados del enorme peso que llevaban soportando
durante días y salieron del aula entusiasmados, dispuestos a realizar tan
gratos deberes.
Aunque
era viernes por la tarde, los tres se afanaban en realizar el trabajo marcado
en clase (…)
No
soltaban el cuaderno ni para comer. Asombrados y felices, los padres se sentían
hipnotizados con la aplicación que mostraban sus hijos.
El
encargo de la profesora había sido presentar un trabajo en equipo. De ese modo,
los animaba a pensar sobre lo sucedido, a debatir en torno a ello y, en
definitiva, a expulsar el miedo que, había notado, se albergaba en la mente de
sus queridos alumnos (...)
El
domingo por la tarde, los tres muchachos se juntaron y cada cual, con una
excitación inusual, mostraban a los otros sus avances (…) No sólo se trababa de
elegir qué adivinanzas presentar en clase al día siguiente sino, lo más
importante, las que llevarían al Marianne para continuar su aventura.
De
la mano de los chicos Nico, Esther y Juan. Con el empuje de Doña Aurora, “la
Seño”. La ayuda de la maestra en prácticas Flor, especialista en música, y del
abuelo de Nico. En un entorno familiar, el pueblo de Bajamar. Se nos invita a
internarnos en el “secreto mundo” del cangrejo rojo, rojo; del tímido erizo,
enorme con las púas abiertas; y de la linda estrellita de mar.
Sin,
ni siquiera en esta ocasión, permitirse la licencia de abandonar “el obligado
rigor académico”:
Hola amigos les voy a mostrar mi mundo (nos hable el cangrejo rojo, rojo):
Los cangrejos somos llamados de varias
formas:
Crustáceos porque estamos provistos de una
superficie dura que es nuestro esqueleto externo.
Artrópodos que significa invertebrados con
apéndices articulados (patas).
Decápodos porque tenemos cinco pares de
patas; además estamos dotados de un complejo bucal, cabeza y tórax que están
unidos; guardando dentro las branquias, que es nuestro aparato respiratorio.
Braquiuros, pues contamos con una cola pequeña […]
Pero,
sin perder la oportunidad de conectar con el contexto en el que se mueven
nuestros niños, niñas y adolescentes:
Algunos de nosotros – sigue hablando nuestro amigo el
cangrejo - nos hemos adaptado a vivir sobre organismos y objetos
flotantes, podríamos decir que somos algo parecido a los windsurfistas.
Como,
tampoco, el sentido del humor o la capacidad de fantasear:
Si observáis con atención – nos habla en esta ocasión la linda estrellita
de mar - veréis que podemos mostrarnos de muchos colores. Desde los más
oscuros, como el gris o marrón. A los vivos, naranjas o rojos. También, azules
o verdosos. La piel está cubierta con placas óseas, colocadas unas encimas de
las otras, lisa, espinosa o granulada. Ciertos erizos dicen que somos así para
protegernos de los depredadores. Pero yo pienso que es para que cuando movamos
nuestros brazos, que pueden ser desde cinco a cincuenta, nos sintamos las
bailarinas del mar. Si no fuese así ¿para qué íbamos a tener un esqueleto
interno con placas que pueden articularse? Evidentemente es para que podamos
bailar mejor.
Gracias
Mica. Ha sido un placer compartir tu lectura. Y animo a todos a que se sumen y
compartan este placer.
¡Su
lectura sería una magnífica “tarea” para el verano! … Además de darse un buen
chapuzón en El Marianne y observar, ahora con una mirada nueva, a cangrejos,
erizos, estrellas de mar y burgados.
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