LA HISTORIA FUE LA QUE FUE
ANGHEL
MORALES
En este Blog
respetamos todas las ideas y pensamientos, pero por supuesto no las compartimos
todas, como estoy seguro que no todo el que me lee comparte las mías, pero no
solo en este Blog sino en programas de radio y televisión, en revistas que tuve
el honor di dirigir y donde siempre deje espacio para todas las opiniones, ya
digo aunque a mi no me gustara. Lo digo cuando he sido perseguido por mis
ideas, me he sentado por ellas ante los tribunales, he visto como invadían mi
casa para secuestrar libros, violentando a mi joven esposa, cuyo delito era
estar casada conmigo. Podía llenar el Blog con actos de censura hacia mi
persona y hacia mis creaciones literarias. Hoy mismo comí con un amigo, todo un
líder de audiencia y de creación, rescatador de la memoria de estas islas, con
unas páginas en un periódico donde publicaba la vida de diferentes personas de
esta tierra, Antonio García, El Maestro de Fayffe, José Rivero Vivas, Concha
Mendoza, pues en cuanto anunció que iba a publicar mi biografía lo despidieron.
Quiero decir con esto, que muchos por apoyarme, por darme visibilidad también
fueron perseguidos y censurados.
130.000 muertos en
las cunetas después de 40 años de democracia no es la mejor forma de construir
un país de hermandad y sin rencores, son muchos los que se siguen cagando y
meando sobre estos muertos. Lo primero que hay que decir es que no hubo Guerra
Civil, lo que hubo realmente es un golpe de estado contra un gobierno
legalmente constituido, que podría tener muchos defectos, pero era lo que había
elegido el pueblo y a las fuerzas armas le correspondía respetarlo y
defenderlo. Franco masacró mucha gente injustamente en Asturias y como castigo
lo mandaron a Canarias en vez de meterlo en una prisión que es lo que
correspondía en este caso. Franco se reorganizó en Tenerife, hoy mismo en el
TEA se presentaba un libro sobre este tema, apoyado por fuerzas extranjeras dio
un golpe de estado contra el gobierno legalmente constituido. Esta es la
verdadera historia, lo que vino después es consecuencia de ese golpe de estado.
En Canarias por cierto no hubo Guerra Civil, los muertos, los detenidos eran
siempre del mismo lado, solamente en La Palma hubo una pequeña resistencia que
fue duramente aplastada. Aquí hubieron campos de concentración, un ensayo para los
campos de concentración nazis, miles de personas fueron eliminadas, entre ellas
el último alcalde de Santa Cruz de Tenerife, cuyo paradero se ignora, cientos
de personas fueron arrojadas al mar en sacos con piedras, como el desaparecido
poeta, Domingo López Torres. Las persecuciones fueron duras, en Fayffe, en
Gando, en Fuerteventura, en la Sima de Jinamar, todos caían del mismo lado, era
la simple eliminación del adversario político, quienes cometieron esas
tropelías no pueden tener calles y plazas o monumentos que los recuerden, no
fueron héroes, fueron asesinos, sus actos son injustificables. No voy a
extenderme por todo el estado, porque la historia fue la que fue, miles y miles
de personas salieron huyendo para México, Francia, Argelia, donde fuera con tal
de salvar la vida. Los que perseguían y mataban no pueden ser nunca héroes, a
nadie se le ocurrirá llamar héroes a los nazis a los compinches de Mussolini,
sus monumentos, sus calles fueron borradas automaticamente del mapa, la llegada
de las democracias no permitió estos recuerdos era imposible tolerarlos. La
represión, la eliminación del adversario político no acabó en el 39, siguió
hasta la víspera de la muerte del dictador, aún agonizando se firmaban
sentencias de muerte en su nombre, contra el rechazo de los países civilizados
e incluso del Papa. Vivir en una isla como El Hierro con menos de 10.000
habitantes y ver como se trataban a los que pensaban de otra manera era una
prueba palpable de un régimen que no merece ningún recuerdo. Manuel El Huido,
cuya vida a parte de en un libro de su esposa, la recoge también el escritor
Víctor Álamo en Terramores o el Señor Barbuzano, cuyo libro EL PRECIO DEL
SILENCIO editado después de su muerte, pone los pelos de punta. Tío Anastasio,
que por el mero hecho de negarse a confesarse fue enterrado como un perro en un
huerto colindante al cementerio de Valverde o tío Cirilo Morales, que ya había
estado unos años en Fayffe y que fue detenido múltiples veces por sus ideas,
pues inauguró el cementerio de Erese, eso si en una huerta, al igual que tío
Juan El Latonero, del que se decía era masón, pues este inauguró el cementerio
de Guarasoca, también en un huerto. Estos tres casos fueron en los años
sesenta, ya hacía tiempo que había acabado el conflicto pero la represión
seguía.
Hace años se creó
la Ley de Memoria Histórica para que todos estos muertos fueran dignificados y
se quitaran los reconocimientos a sus verdugos. Las leyes se hacen para
cumplirse y esta no se ha cumplido, la siguen toreando, no se le dota de presupuesto.
Si queremos que haya una verdadera reconciliación hay que rescatar de las
cunetas a esas 30.000 personas y que sus familiares los tengan en un lugar
digno. Preguntenle a Italianos y alemanes como lo hicieron para dignificar su
sociedad, ellos lo consiguieron, en España ni siquiera se ha intentado. La
historia fue la que fue y si alguien merece ser dignificado y recordado son las
víctimas no los verdugos.
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