“Y LA PELOTA COMENZÓ A RODAR”
ESCRITO POR EDUARDO SANGUINETTI,
FILÓSOFO
El futuro
de Argentina, pareciera ya está trazado de manera concreta, espantosa y real,
por el FMI, aliado incondicional del gobierno del “veleidoso” Mauricio Macri,
“mercader del invierno polar”… Macri, quien ve apuntalada su horrible gestión
por una infernal caterva de periodistuchos ridículos, que desde los hegemónicos
medios de información fabulada, elevan a deidad la imagen del “Midas argento”…
aprovechando, sin dudas, hasta cansar, la tan promocionada corrupción de
gobiernos populares, donde abrevó la Alianza PRO y supo hacerse de un caudal de
votos sin pertenencia a ideología alguna, de la infecta y tilinga burguesía
fascista a la “carte” argentina, el “medio pelo” en acto de consumir tendencias
de cambio, sin cambiar nada… los “sin tierra”… y la pelota comenzó a rodar en
el Mundial de Rusia 2018.
El
destino de una humanidad esclava, temerosa y sojuzgada, anestesiada y
paralizada, fue anunciada hace décadas por visionarios como: Orwell, Huxley,
Nietzsche, Benjamin, Antonioni, Bioy Casares, Welles, Scott, entre otros, que
desde la literatura, la filosofía y el cine, han anticipado este tiempo de
realidades obstinadas.
En el
siglo pasado en Argentina el proyecto de nación indicaba el futuro. Ese
proyecto se apoyaba en algunas instituciones y algunos principios basados en
una Constitución (hoy en decadencia y olvido) respetada y legitimado ese
respeto en el cumplimiento fiel a lo por ella manifestado: las bases que
conforman la estructura de una nación.
Como sea,
había nación. Los argentinos se identificaban con una serie de proposiciones
que tenían mucho de mitológico pero también eficacia aglutinadora. Este era el
país de la abundancia, el país de la clase obrera industrial, de las capas
medias cultas, del consumo más alto de diarios y libros, de la plena
alfabetización y el pleno empleo.
A
mediados del siglo pasado comenzó el deterioro de este paquete de creencias.
Dejamos de ser el país más industrializado de América Latina, las dictaduras
militares carcomieron los derechos de ciudadanía con el aval de políticos,
empresarios, intelectuales y periodistas, hoy en plena vigencia, cómplices en
silencio de muertes, desapariciones, torturas y exilios de toda una generación.
El vaho neoliberal de los noventa remató a la Argentina.
He aquí,
el instante culminante, en el que debo advertir “la sumisión de lo evidente”,
con una sonrisa dibujada. Sumisión, que deviene en un “pensamiento libre”, al
que no le interesa mucho influir en las masas cobardes, hipnotizadas y
prostituidas, que no se atreven a ser pueblo… y la pelota comenzó a rodar en el
Mundial de Rusia 2018.
Sumisión
en estado de rebeldía, ante toda la basura no biodegradable, que accionan en
las redes sociales y medios de publicidad corporacionistas, que hacen nido en
el inconsciente colectivo, que se disparó en un instante y por siempre, hacia
un porvenir difuso, ahistórico, como el poder político fascistoide neoliberal,
lo imaginó e hizo efectivo… una realidad anunciada, cual relato alucinógeno,
hace unos años… una lástima, no hayan caído en la cuenta que los neoinvasores
estaban llegando a nuestro nuevo-viejo mundo, para instalar la matrix tan
mentada… ¿o no es así?… y la pelota comenzó a rodar en el Mundial de Rusia
2018, el mundo congela su devenir por unas semanas, nada por debajo del éxtasis
de una humanidad sensibilizada hasta el hueso, esperando el gol de su selección
de gladiadores rentados del tercer milenio.
La vida
se ha asimilado a una proyección de secuencias en eterno retorno, pareciera
nada se modificará en el derrotero de rutina espectral de la existencia del
pueblo argentino… incluso se profundizará el modelo de explotación, que deviene
en hambre, indigencia, represión, censura y eliminación de las libertades
individuales de quienes pueden ser referentes de libertad y verdad, de
conocimiento y pluralismo, hoy dados a la fuga en este país… cultura fugitiva
en clave metafísica, eliminada de academias y centros de estudio… metafísica la
primera filosofía, se pregunta, ¿Qué es ser?, ¿Qué es lo que hay?, ¿Por qué hay
algo, y no más bien nada?, les parece que algún político, empresariucho,
farandulero, hoy se plantea estos interrogantes, que transitan más allá de las
prácticas bidimensionales de estos simios involucionados… recuerden siempre,
que la metafísica trata nociones esenciales de nuestro ser y estar en este
mundo: ser, entidad, objeto, relación, causalidad, tiempo y espacio, los
interrogantes… y la pelota comenzó a rodar en el Mundial de Rusia 2018.
Promocionados
y publicitados, ridículos politicastros de izquierda, derecha, peronistas y
demás fauna, ignoran que “vivir bien” significa, para los éticos, estar
asimilados a la tierra y no depender de la explotación, de la dominación ni de
la especulación. La historia del presente registra cómo cientos de miles de
pueblos han sobrevivido y se auto-replican, se autodeterminan, sin necesidad de
democracias procedimentales… y la pelota comenzó a rodar en el Mundial de Rusia
2018.
Transitamos
un tiempo, que marca un punto de inflexión en una Argentina fracturada, donde
la incertidumbre creció y la impostura se ha enriquecido… una situación de
bajas defensas, perfecta, para que termine de instalarse el autoritarismo, la
obsesión de diferencia… la puerta abierta a fundamentalismos, racismos y
mesianismos, camuflados de color amarillo, cual rutina en una existencia
degradada de un ejército de sonámbulos, sin una digna oposición que desde su
función de supervisora del atroz gobierno de Macri, pueda resistir tanto
atropello a la Constitución de la Nación Argentina… aprovechando esta
instancia, donde el rencor y resentimiento hacia ideas e ideales, poesía y
arte, hoy exiliados de Argentina… instancia explotada por un astuto especulador
el marketinero Durán Barba, el ‘gurú’ de Macri, que con globitos de colores,
embaucó a millones de enajenados útiles, invitándolos a soñar un sueño
pesadillesco, en su primer acto para llegar a dominar… el segundo acto del
drama argentino, se cristalizará en una confrontación sin precedentes, con los
disidentes, los libres , los verdaderos que abogan por una tierra para todos,
los que no adhieren a la estafa y la mentira… el choque entre argentinos, se
avecina, nada se hizo a destiempo… Macri la precisa con urgencia, para sellar
pactos efectivizados en las sombras con sus jefes imperiales, los que blindan
su accionar impune y artero… y dejar bien sentado en la pobre historia de este
tiempo “el canto de cisne” de la libertad en tiempo de brutalidad y de
ignorancia: “La mediocridad no tiene secretos” diría Jorge Luis Borges.
En el
escenario de la sociedad del espectáculo de la Argentina, en que se debaten las
diferentes representaciones de la “realidad”, ya es poco probable reconocerse
en la misma como actor pues uno se convirtió en espectador del drama de esta
tierra, que presenta la apertura de un abismo entre quienes piensan que viven,
sobreviviendo y quienes dictan sobre el mundo, o piensan actuar sobre él.
Todo lo
que deba ser hecho será efectivizado, sin espacio para la comprobación cierta
de nada… incluso, como lo he anticipado hace cuatro años Tinelli, el “Rey de la
culocracia” podría ser presidente, cumple con el requisito indispensable en
Argentina para verse coronado como primer magistrado: es “Popular” y tiene
apuntalamiento de la “Corpo” política excluyente, los sponsors de la Caída… y
la pelota comenzó a rodar en el Mundial de Rusia 2018.
Hoy en
plena era, donde la tecnología sentó reales al servicio de intereses del poder,
tiempo en donde las corporaciones que marcan el rumbo del deber ser de un
mundo, donde un Mundial acapara la atención de una población en estado de
gradación a cero. Un mundo donde se negocia en forma desenfrenada con todo lo
que tenga que ver con una pelota que se echó a rodar y donde se amalgaman desde
sticker, remeras, marcas de primera línea de lo que sea, desde condones hasta
fastfood ecológico, sin olvidar el comercio sexual con la camiseta que más
venda según se avance en las fechas que lleven a la final, ansiada por todos
pero a contrapelo de lo que fue un deporte.
Queda
bastante poco de lo que Argentina fue como nación. Las instituciones que
producían nacionalidad han perdido todo sentido.
Pasan a
primer plano otras formas de nacionalidad, por cierto provisorias, que hoy
cubren todos los vacíos de creencia. En el estallido de este mundo del
espectáculo mediático, el fútbol opera como aglutinante: es fácil, universal y
televisivo. No es la nación pero sí su supervivencia pulsátil. O quizá, la
forma en que la nación incluye hoy a quienes de otro modo abandona.
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