LA MUJER DE ARENA(NARRATIVA,
CONTINUACIÓN) 3
DUNIA S
Y la noche
retornaba con su caparazón de astros difusos. Y ella se guardaba en sus cajas
de cartón mirando al firmamento.
- Quien …quien está ahí- dijo en voz
alta cuando sintió el viento fuerte.
- Vamos- fue la respuesta
- ¿Vamos? ¿quién eres tu?
Se sentía extraña.
No veía quien expulsaba esas sutiles palabras, solo sentía el viento, el
viento…
- Soy yo el viento, ¡es que no me
sientes¡ Ando danzando sobre ti en esta
noche donde tu dormir se hace vago, gastado, eterno. Escúchame, levántate y
ven. Este no es lugar para ti, para tus derrumbados sueños, para tu olvido.
- No sé. No sé. Creo que la locura me está absorbiendo. El
viento me llama…me llama. Yo aquí acurrucada en la desgana, en este suelo frío, en este lado de la urbe que
me esconde de las miradas. Y el viento me llama…no comprendo, no entiendo el
por qué.
La incesante
llamada la hizo levantar, despojarse de todos de esos cartones y mirar a su
derredor. Se sentida eclipsada, rara. Una sensación que en sus recuerdos no
cabía. La ciudad callaba. La ciudad se desalojaba. La ciudad trotante en el
nocturno. Solo la voz del viento la
recorría incesantemente. La pesadez de la nada en sus días no asumía en un
oleaje remoto que la alborotaba, que la revolvía en esa insistencia benigna o maligna del viento. Se yergue con sus ojos atizados por aliento
del alcohol. Se tambalea, una fuerza fresca acaricia su rostro y la noche sigue
ahí. Ahora no lo escucha. Piensa que es una mala broma de alguien ¿De quién?
Alguna mala alma soplando desconcierto
en su descanso. Sin embargo hay viento…
Publicado
por DUNIA para DUNIA SÁNCHEZ PADRÓN
ÁNCHEZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario