DE MIS
INSPIRADOS
COTERRÁNEOS
Rafael ZAMORA
MÉNDEZ
Esta no será esta la naciente, ni
postrera vez, que englosemos el gran apego dominante existente entre los
cuantiosos seguidores residentes en nuestras queridas islas, quienes, desde
hace ya algunas remotas épocas, mantienen y sienten con destacado empaque
particular, por todo lo que se refiera a la desmedida afición hacia la idílica
belleza de la POESÍA, exaltando y practicando sin ninguna clase de señuelos,
sus idílicos contextos.
En EL Hierro, desde las decididas
narrativas “MEDAS”, del gran GELASIO ARMAS MORALES, hasta las múltiples
divulgadas de ANA HERNÁNDEZ MONTERO, a las bien conquistadas épicas de Don
VALENTÍN PADRÓN ESPINOSA, GUMERSINDO PADRÓN PADRÓN, SIMÓN ACOSTA PADILLA, JUAN
PEDRO CASTAÑEDA FEBLES, GREGORIO RODRÍGUEZ PADILLA, MANUEL MÉRIDA CEJAS, ÁLVARO
PADRÓN HERNÁNDEZ, ALVARITA PADRÓN PADRÓN, INOCENCIA DURÁN CASAÑAS, FLORENCIA
DÍAZ FEBLES, LONGINO MORALES PÉREZ, MARIANA AYALA CASAÑAS, JUANA PADRÓN AYALA,
FLORA LILIA BARRERA ÁLAMO, MARÍA PADRÓN, FEDERICO PADRÓN PÉREZ, GUILLERMO
PANIZO ARMAS, BERTA PADRÓN PADRÓN, GENOVEVA FEBLES, JORGE PADRÓN, FRANCISCO
EXPÓSITO FERNÁNDEZ, FERNANDO MACHÍN AYALA
y, bajo mi personal criterio, según lo mucho que he leído ya de mi
estimado Amigo ANGHEL MORALES GARCIA, también, él, adquiere los suficientes
méritos literarios suficientes como para
tener que figurar con espléndido honor, entre los muchos ya mencionados.
Un riguroso punto y aparte, para JOSÉ
AYALA ZAMORA , mi muy bien recordado pariente, quien en vida fuera un
axiomático Cronista de altos vuelos y, el cual, durante toda su laboriosa
existencia, endiosó con brioso aliento y sentido orgullo, las ancestrales cosas
del amado terruño, se nos fue eternamente, no sin haber dejado antes en algunas
imperdonables conciencias, el infranqueable pecado o inmenso error de que en
vida, ni después de su muerte, le hubiesen dedicado el merecido homenaje de la
más bien conquistada gratitud y total reconocimiento.
A este valorado primo militar, dejando a
parte esa tan renombrada falsa modestia tolerante, porque, también a él se lo
debía, ya que en ningún tiempo supe agradecérselo debidamente, perduran en mi
corazón, las llanas frases que una vez en Prensa me dedicara, señalándome
como... “un simbólico poeta de corte hispanoamericano, trasladando a sus
elegías una hechicera y deleitable cadencia de muy peculiar y característica
composición”.
Muy pocos de los que hasta ahora aquí
hemos sugerido, consiguieron trasladar a letras de imprenta sus inculcadas
creatividades.
La mayoría obtuvieron que sus trovas
circulasen a través de boca en boca y, sucedidos los años, hoy subsisten
celosamente recopiladas en ambarinas libretas o escuetas hojas desimanadas,
místicamente reservadas por sus descendientes guardianes, muchos de ellos,
radicalmente inéditos por las vigentes estirpes, siendo una ingente lástima que
las mismas, no sean capaces de facilitarlas para darlas a conocer públicamente.
Otros muchos inspirados paisanos, tal vez, habiendo
habitados en las místicas sombras del más oscuro silencio, por sus
perseverantes descendientes, sabemos, conocemos bien a fondo, de escondidas
producciones literarias de enorme valía lingüística que, si tuvieran al fortuna
de salir a luz pública, placenteramente, nos atraparían.
Tal ha ocurrido con mi preclaro y
desaparecido buen compañero, gomero él,
MANUEL ESCUELA HERRERA, quién, habiendo visto su luz primera en el
encantador pueblecito de Agulo, para ampliar su vocacional horizonte de una
mejor existencia profesional, un buen día, emigrara a Venezuela, territorio y
lugar en donde tuve la feliz oportunidad de haberle conocido y, amistosamente,
tratado.
Vehemente apasionado por el factible uso
la más sugestionada lírica, saturado de desmedida vena inspirativa, nos ha
dejado un sin fin de fascinantes rimas, la mayoría de ellas, reflejadas en las
lanzadas hojas del Diario , en las que dejara estampadas todas sus
infiltradísimas creaciones, ya celebradas.
¡A buen seguro de que su inconsolable
buena esposa y paisana nuestra, PURITA, así como sus afectuosas hijas y
afligidos familiares, deberán de contar con bastantes obras inéditas suyas,
merecedoras de que algún buen día, puedan llegar a plasmarse, con los mayores
honores, en una anhelada y bien conquistada publicación!
No solamente, muchos de nosotros, somos
fervientes seguidores de los artistas que son capaces des elaborar buenos
versos, sino que también, sabemos disfrutar de una manera particular,
escuchando a cualquier entendido rapsoda que, poniendo alma y pasión en la voz,
sepa transferirnos los puros reconcomios del cualquier seleccionado bardo.
Porque, el INGENIO, viene a ser un
impreciso encanto que en personas, en obras de de arte y aún, en organismos de
la Naturaleza Física, halaga, enajena al más lánguido ánimo, infundiéndole una
flexible y jubilosa complacencia.
Es toda una expresión primorosa de la
BELLEZA por medio de la palabra, sujeta a una ya medida cadencia, de la que
resulta el VERSO, con una fuerza de invención, con un fogoso arrebato de
sorprendente conjuro extático, de abierta osadía y de exquisita sensibilidad
que el pensamiento humano, de forma externa, libremente expresa.
Lo dicen, lo que ya tan sobradamente
conocen, aquellos viejos refranes de marras:
“EL POETA NACE, NO SE HACE!
“DE POETAS Y DE LOCOS, TODOS TENEMOS UN
POCO”
“EL DESDICHADO POETA, NO TIENE NI UNA
PESETA!
Como quiera que aquí no hayamos venido a
impartir ninguna clase de poesía, ni soy la persona más adecuada de ello para
hacerlo, bueno será el que ya nos marchemos recortando nuestra hoy extensa
crónica, alabando a cuantos hemos tenido la feliz oportunidad de nombrar y a
todos esos muchos que, por olvido, involuntaria omisión e inocente
desconocimiento, se hayan quedado ocultos en el mismo fondo del tintero.
Algún otro día, si nos lo permiten,
volveremos a tratar sobre este propio asunto, ya que es mucho lo que a todos
debería de interesarnos las sencillas y, hasta casi desconocidas biografías de
estos dotados seres. ¡UNOS SERES QUE HA SABIDO PONER EN ALTO, DE MANIFIESTO,
NUESTROS CUANTIOSOS Y VITALES VALORES INSULARES!
EN MI PUEBLO, TAN PEQUEÑO,
PORQUE ASÍ LO QUISO DIOS.
¡PERO TODO BUEN HERREÑO,
ESPERA QUE SEA EL PRIMERO,
CONQUISTANDO AL CORAZÓN!
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