¿CUÁNTOS MUERTOS PALESTINOS PUEDE ACEPTAR EL MUNDO SIN INMUTARSE?
POR GERMAN GORRAIZ LÓPEZ
“El miedo y no la
banalidad del mal, hace que el hombre renuncie a su voluntad crítica pero es
importante no perder de vista que en ese acto el sujeto sigue siendo éticamente
responsable de su renuncia” (Maximiliano Korstanje).
El ex-Presidente
Jimmy Carter que pasó a la Historia al lograr el histórico acuerdo de Camp
David entre Israel y Egipto en 1979, se habría distanciado de la política de
los sucesivos Gobiernos de Netanyahu y en su libro ‘Palestina, Paz no
Apartheid’, Carter denuncia el “sistema de apartheid que Israel aplica sobre
los palestinos”. Asimismo, en el citado libro denuncia “el incumplimiento por
parte de Israel de los compromisos adquiridos en el 2003 bajo los auspicios de
George W. Bush”, que incluían las exigencias de la congelación total y
permanente de los asentamientos de colonos judíos en Cisjordania así como el
Derecho al retorno de los cerca de 800.00 palestinos que se vieron forzados a
abandonar Israel tras su constitución como Estado en 1.948 (nakba). Dicha hoja
de ruta fue aceptada inicialmente por Israel y ratificada posteriormente por
Olmert y Abbas en la Cumbre de Annapolis( 2007) con la exigencia de “finiquitar
la política de construcción de asentamientos en Cisjordania y flexibilizar los
controles militares que constriñen hasta el paroxismo la vida diaria de los
palestinos”.
Netanyahu y la
manipulación del miedo
El estadounidense
Harold Lasswell (uno de los pioneros de la “mass comunicación research”),
estudió después de la Primera Guerra Mundial las técnicas de propaganda e
identificó una forma de manipular a las masas ( teoría de “la aguja hipodérmica
o bala mágica”), teoría plasmada en su libro “Técnicas de propaganda en la
guerra mundial (1.927) y basada en “inyectar en la población una idea concreta
con ayuda de los medios de comunicación de masas para dirigir la opinión
pública en beneficio propio y que permite conseguir la adhesión de los
individuos a su ideario político sin tener que recurrir a la
violencia”.(defensa de la sacrosanta seguridad de Israel).
Por su parte,Edward
L. Bernays, sobrino de Sigmund Freud y uno de pioneros en el estudio de la
psicología de masas, en su libro “Cristalizando la opinión pública”, desentraña
los mecanismos cerebrales del grupo y la influencia de la propaganda como
método para unificar su pensamiento. Así,según sus palabras “la mente del grupo
no piensa, en el sentido estricto de la palabra. En lugar de pensamientos tiene
impulsos, hábitos y emociones. A la hora de decidir su primer impulso es
normalmente seguir el ejemplo de un líder en quien confía ”, por lo que la
propaganda del Gobierno de Netanyahu será dirigida no al sujeto individual sino
al Grupo en el que la personalidad del individuo unidimensional se diluye y
queda envuelta en retazos de falsas expectativas creadas y anhelos comunes que
lo sustentan, sirviéndose de la dictadura invisible del temor al Tercer
Holocausto, proceda de Hamás, de Hezbolá o de Irán.
Según el “Informe
anual de los abusos contra los Derechos Humanos” realizado por el Departamento
de Estado de Estados Unidos, con el Gobierno de Netanyahu se habría iniciado
una peligrosa vulneración de los DD.HH. por parte del Tzáhal o Ejército israelí
“ fruto del uso excesivo de la fuerza contra los palestinos en los territorios
ocupados. Así, 149 palestinos habrían muerto a manos de las fuerzas israelíes
en el 2015 de los cuales sólo 77 de los fallecidos fueron muertos en ataques
lanzados y el resto habría sido injustamente asesinados en manifestaciones o
por daños colaterales durante las operaciones de rutina” al tiempo que critica
“la política de detención arbitraria, la tortura y el abuso asociado a menudo
con la impunidad para los militares israelíes”.
Dicho extremo
estaría refrendado por las declaraciones del subcomandante de las Fuerzas
Armadas israelíes, Yair Golan , quien en un discurso pronunciado el Día del
Recuerdo del Holocausto afirmó que “hay vestigios de las espeluznantes
tendencias de la Alemania nazi en el Israel actual” y que “no todo lo que
hacemos es correcto” haciendo referencia al incidente ocurrido en Hebrón en el
que un soldado israelí remató a un palestino herido y tumbado en el suelo,
siendo posteriormente condenado a 18 meses de prisión y puesto en libertad. Sin
embargo,la teórica política judío-alemana Hannah Arendt en su libro “Eichmann
en Jerusalén”, subtitulado “Un informe sobre la banalidad del mal”, nos ayudó a
comprender las razones de la renuncia del individuo a su capacidad crítica
(libertad) al tiempo que nos alerta de la necesidad de estar siempre vigilante
ante la previsible repetición de la “banalización de la maldad” por parte de
los gobernantes de cualquier sistema político, incluida la sui-genéris
democracia judía, pues según Maximiliano Korstanje “el miedo y no la banalidad
del mal, hace que el hombre renuncie a su voluntad crítica pero es importante
no perder de vista que en ese acto el sujeto sigue siendo éticamente
responsable de su renuncia” (más de 1.500 niños palestinos muertos por las
fuerzas israelíes desde la Intifada del 2.000).
Jerusalem y la
nueva masacre de Gaza
Theodor Herzl es
considerado el Padre del actual Estado de Israel y fundador del sionismo y en
su libro “El Estado judío: ensayo de una solución moderna de la cuestión
judía”, propuso la creación de un Estado judío independiente y soberano para
todos los judíos del mundo al tiempo que promovió la creación de la OSM
(Organización Sionista Mundial) y en su obra “La vieja Nueva Tierra”(1902),
sienta las bases del actual Estado judío como una utopía de nación moderna,
democrática y próspera en la que se proyectaba al pueblo judío dentro del
contexto de la búsqueda de derechos para las minorías nacionales de la época
que carecían de estado, como los armenios y los árabes.
El Gobierno de
Netanyahu aspira a resucitar el endemismo del Gran Israel (Eretz Israel), ente
que intentaría aunar los conceptos antitéticos del atavismo del Gran Israel
(Eretz Israel), que bebería de las fuentes de Génesis 15:18, que señala que “
hace 4.000 años, el título de propiedad de toda la tierra existente entre el
Río Nilo de Egipto y el Río Eúfrates fue legado al patriarca hebreo Abraham y
trasferida posteriormente a sus descendientes”, doctrina que tendría como
principal adalid a Isaac Shamir al defender que “Judea y Samaria (términos
bíblicos de la actual Cisjordania) son parte integral de la tierra de Israel.
No han sido capturadas ni van a ser devueltas a nadie”. En dicha doctrina se
basarían los postulados actuales del partido Likud liderado por Netanyahu quien
aspira a convertir a Jerusalén en la “capital indivisible del nuevo Israel”,
tras la invasión de su parte oriental tras la Guerra de los Seis Días (1.967)
por lo que la Administración Trump va a trasladar en breve la Embajada
Estadounidense a Jerusalem, lo que se ha traducido en una nueva masacre en Gaza
(más de 50 muertos en la celebración del 70º Aniversario de la Nakba) y el
repudio hipócrita de la comunidad internacional.
GERMÁN GORRAIZ
LÓPEZ-Analista
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