LA ARTESANÍA OFICIALISTA

LA ARTESANÍA OFICIALISTA

ANGHEL MORALES

Esto de la artesanía cada vez lo veo mas confuso, por una parte la artesanía de toda la vida, la verdadera artesanía esta totalmente abandonada y apunto de desaparecer, porque no se fomenta su continuidad el Cabildo de Tenerife nos sigue presentando nuevos artesanos o repartiendo carnet, al igual que cierta universidad reparte títulos de máster. Hace unos días se repartían 19 carnet para mujeres y 19 carnet para hombres, la paridad efrainana supera con creces a la de los sociatas. Yo no se si hay ayudas europeas para este tipo de titulitis, no se donde se imparten estos cursos ni quienes son los maestros que lo imparten, pero todo esto me suena a charanga propagandística, porque cada vez vemos como decae la auténtica artesanía. Los artesanos se quejan y con razón, que no tienen espacios para vender sus mercancías, que las ferias están controladas por los de siempre y que los baremos que se siguen para puntuar y seleccionar a los que participan en las ferias, es cuanto menos discutible, porque prima mas tener una página wed, tener tarjeteo u otras cosas ajenas a la artesanía, que la calidad del producto, los años de antigüedad u otros condicionantes que si tienen que ver con la artesanía.

No se trata de fabricar artesanos por arte de magia, no se puede confundir trabajos manuales con artesanía, estas diferencias las vamos viendo cada año en las ferias, cada vez echamos de menos a los auténticos artesanos, no lo decimos ahora, lo llevamos diciendo hace mucho tiempo. ¿Dónde están los verdaderos artesanos que han dado prestigio a este sector? ¿Por qué no se les ve por las ferias? También nos gustaría saber como se llega a obtener el carné de artesano, ¿quién imparte estos cursos? ¿quién examina? ¿son autodidactas? Porque nos consta que personas dedicadas a la artesanía durante muchos años y con destacada solvencia se han presentado a estos cursos y han suspendido. Nos hablan de examinadores que desconocen la materia de la que van a examinar.

El señor Efraim Medina nos habló hace unas semanas de que habían seiscientos y pico artesanos o personas con el dichoso carné a estos hay que sumarles los 38 que juramentaron la semana pasada. Son casi 700 y visto así parece todo muy bonito. ¿dónde están estos artesanos? ¿son autónomos? ¿dónde vende sus productos? Porque ya los han echado de los espacios públicos, mercados artesanales como el de la Plaza de Europa de Puerto de Cruz desapareció hace algunos años y otros similares también, por lo tanto no vemos espacios donde vendan sus productos, tampoco vemos que se abran tiendas de artesanía, por lo tanto no entendemos como funciona este mercado. Hay cuatro cagadas ferias al año y siempre van los mismos, la selección esta bajo sospecha, los artesanos se quejan con la boca chica, si hablan saben que habrán represalias, muchos que pretenden hacer de esto su profesión se quejan de las pocas oportunidades para la venta de sus productos. El otro día en una reunión en el Cabildo escuche como algunos denunciaban de que la Administración poco menos los empuja para convertirse en meros diseñadores y fabricar sus productos en China. ¿Qué clase de artesanía se quiere?

Llevamos demandando hace tiempo la necesidad de crear una Casa del Artesano y no una, sino mas de una, por zonas o por pueblos, donde los viejos artesanos puedan impartir sus conocimientos y sabiduría, donde incluso puedan vender directamente sus productos, se trata pura y llanamente de dignificar la artesanía, creo que se lo merecen, no se puede hacer una artesanía para la galería, para el lucimiento de un consejero o para los intereses de un partido político, la artesanía es otra cosa, hay que respetar su esencia no se puede adulterar.

Algunos artesanos han buscado su refugio en los Mercadillos preferentemente agrícolas que se han abierto en algunos pueblos, pero esto es solamente un respiro, este tipo de lugares solo abren los fines de semana y algunos solamente un día y hasta el mediodía, poco tiempo y espacio para mostrar su trabajo.

La verdadera artesanía desaparece mientras nuestras instituciones lo tapan con una cortina de humo populista, con elementos que nada tienen que ver con la artesanía.