DESIGUALDAD Y EXPLOTACIÓN
POR MICHAEL ROBERTS
Recientemente
me encontré con un interesante artículo de Ian Wright, de la Open University,
Reino Unido. Escrito en noviembre de 2016, Wright considera la causa del
aumento de la desigualdad económica, tan evidente en los últimos 30 años o más
en la mayoría de las grandes y pequeñas economías. Wright rechaza las causas
atribuidas por la teoría económica
Recientemente
me encontré con un interesante artículo de Ian Wright, de la Open University,
Reino Unido. Escrito en noviembre de 2016, Wright considera la causa del
aumento de la desigualdad económica, tan evidente en los últimos 30 años o más
en la mayoría de las grandes y pequeñas economías. Wright rechaza las causas
atribuidas por la teoría económica convencional a la creciente desigualdad: es
decir, la distribución desigual de los beneficios y los salarios o la reducción
de impuestos a los ricos; o la automatización que habría reducido relativamente
los salarios de aquellos que no trabajan en
las industrias ‘basadas en el conocimiento’. En cambio, las causas del
aumento de la desigualdad deben encontrarse en la naturaleza misma del modo de
producción capitalista. Como Wright escribe, “el capitalismo es un sistema en
el cual una clase económica explota de forma sistemática a otra. Y su
explotación económica – no la vivienda, las políticas fiscales o los bajos
salarios – son la causa fundamental de la desigualdad económica que vemos a
nuestro alrededor”.
El
original análisis matemático desarrollado por Wright describe al capitalismo
como un sistema anárquico que genera lo que la física llama entropía: “la
actividad de intercambio del mercado actúa igual que una coctelera: todo lo
mezcla, asignando las cosas al azar, maximizando la entropía del sistema”. Como
resultado, “podríamos pensar que las diferencias de riqueza deben ser
consecuencia de las circunstancias de nacimiento o de la virtud personal. Pero
el principio de maximización de la entropía nos dice que hay un factor causal
mucho más importante. Rápidamente obtenemos una desigualdad extrema de ingresos,
incluso en una economía con individuos idénticos con dotaciones iniciales
idénticas de dinero”.
Wright
desarrolla un modelo de capitalismo que se basa en este principio de entropía
en una economía de mercado, pero ademas, “al maximizar la entropía con la única
limitación de conservar el dinero se obtiene una distribución exponencial de la
riqueza que es bastante desigual. Así que la primera causa de la desigualdad es
lo que Adam Smith llamó el regateo del mercado. Dado que las personas son
libres de comerciar, la entropía aumenta y la distribución del dinero se hace
desigual”. Pero Wright sostiene que “no encontramos una distribución
exponencial en las economías capitalistas reales. Encontramos algo más
complejo. Esto se debe a que las economías capitalistas obedecen a
restricciones adicionales sobre cómo el dinero se mueve entre los individuos.
Los mercados no son la única causa de la desigualdad que vemos en el
capitalismo”.
El
otro aspecto es la explotación de mano de obra para obtener un beneficio. Los
capitalistas acumulan beneficios como capital. “Las empresas siguen una ley
potencial de distribución por su tamaño. Y el capital se concentra de la misma
forma. Un gran número de pequeños capitales explota a un pequeño grupo de
trabajadores, y un pequeño número de grandes capitales explota a un gran grupo
de trabajadores. Los beneficios son más o menos proporcionales al número de
trabajadores empleados. Por lo tanto, el ingreso capitalista también sigue una
ley potencial. Cuantos más trabajadores explotan mayor ganancias obtienen.
Cuanto mayores son las ganancia que obtienen, mayor el el número de
trabajadores que pueden explotar”. Esta es la razón de la creciente desigualdad
cuando no hay control de la acumulación de capital. Como Wright resume: “la arquitectura
social fundamental del capitalismo es la causa principal de la desigualdad
económica. No hay capitalismo sin
desigualdad: es una consecuencia ineludible y necesaria de las reglas del juego
económico”.
Este
análisis matemático concuerda muy bien con la evidencia empírica. Por ejemplo,
Simon Mohun, Profesor emérito de Economía, ha publicado un documento que
demuestra que el análisis de clase de Marx, que se basa en la propiedad de los
medios de producción (el propietario de los medios de producción que explota a
los que no poseen más que su fuerza de trabajo), sigue siendo en general
correcto, incluso en las economías capitalistas modernas, como los EEUU.
Encontró que la clase trabajadora – los que solo dependen de salarios para
vivir – todavía constituyen el 84% de la población activa. Los gerentes
constituyen el resto, pero sólo el 2% en realidad pueden vivir solo de sus
rentas, intereses, ganancias de capital y dividendos. Ellos son la clase
capitalista real. Y ese tanto por ciento ha cambiado poco en 100 años.
Por
otra parte, este es el grupo que ha ganado más durante los últimos 30 años de
creciente desigualdad. El ingreso de esta clase capitalista (Qc) ha aumentado
de aproximadamente 9 veces los ingresos promedios de la clase obrera a 22 veces
más, mientras que los gerentes (LPD) han aumentado de 2,5 veces a 3,5 veces los
ingresos de los trabajadores. Por lo tanto el aumento de la desigualdad es
principalmente resultado de una mayor explotación, un aumento de la tasa de
plusvalía, en términos marxistas.
Ya
analicé en 2013 la obra del padre de la investigación sobre la desigualdad, Sir
Anthony Atkinson, tristemente fallecido, que demostró que no eran la nueva
tecnología ni la globalización las causas del aumento de la demanda de
trabajadores cualificados en relación con los no cualificados y de sus mayores
salarios, como defiende la economía convencional. Atkinson desestimó esta
apología neoclásica. Los mayores aumentos en desigualdad tuvieron lugar antes
de la globalización y la revolución dot.com de la década de 1990.
Lo
decisivo para el capitalismo es la plusvalía (ganancia, interés y renta), no
las diferencias en los ingresos salariales o el gasto. La principal
característica de los últimos 100 años de capitalismo no ha sido la creciente
desigualdad de ingresos que como muestra Atkinson, no siempre ha aumentado. La
característica principal ha sido la concentración y centralización de la
creciente riqueza, no de los ingresos. Y
lo ha sido de la riqueza concentrada en los medios de producción y no sólo de
la riqueza de los hogares. Eso ha generado una ley potencial de la desigualdad
en la parte superior.
Un
estudio muestra lo lejos que ha llegado en los últimos tiempos. Tres teóricos
de sistemas en el Instituto Federal Suizo de Tecnología de Zurich han
desarrollado una base de datos de 37 millones de empresas e inversores de todo
el mundo y han analizado todas las 43.060 empresas transnacionales y sociedades
anónimas que las relacionan (147 las controlan). Construyeron un modelo de
quién posee qué y cuáles son sus ingresos, haciendo un mapa de todo el edificio
del poder económico. Descubrieron un núcleo dominante de 147 empresas a través
de participaciones en otras, que controlan el 40% de la riqueza en la red. Un
total de 737 empresas controlan el 80% de todo. Esta es la desigualdad que
importa para el funcionamiento del capitalismo: el poder concentrado del
capital.
La
implicación política de este análisis es evidente. Sí, el aumento de los
impuestos a los más ricos del 2%, en particular sobre las ganancias de capital
y las ‘ganancias’ del capital, supondrían alguna diferencia. Atkinson lo
demostró en un estudio. Sin embargo, los niveles extremos de desigualdad que la
mayoría de las economías capitalistas han alcanzado actualmente sólo disminuirían
un poco. Lo que se requiere es poner fin a la explotación (de la mano de obra)
por su plusvalía. Ahí es donde opera la ley potencial. Y eso significa poner
fin al modo de producción capitalista.
Michael
Roberts es un reconocido economista marxista británico, que ha trabajador 30
años en la City londinense como analista económico y publica el blog The Next
Recession.
Fuente:
https://thenextrecession.wordpress.com/2018/04/11/inequality-and-exploitation/
Traducción:
G. Buster
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