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sábado, 10 de febrero de 2018

ESTUDIOS SOBRE FETASA, parte 3 Final


ESTUDIOS SOBRE FETASA
Estudios sobre Fetasa
por Estefanía G. Cruz
(un trabajo dirigido por Anna Caballé Masforroll.
 Universidad de Barcelona) parte 3 Final

Fetasa camina por Femés.

En primer lugar, destacar que alguno de los críticos con los que me he puesto en contacto considera que Mararía no es en absoluto fetasiana; ¿Por qué?, según él porque cuando tuvo el placer de entrevistar a Rafael, el autor dijo que solo considera como fetasiana su obra Cerveza de grano rojo, en esa misma entrevista Arozarena comenta que "fetasa es más que Dios", lo incomprensible, y que en ese sentido Mararía no se atiene a lo que luego sería Fetasa. Este crítico cree que Mararía formalmente no es una gran novela, que es un texto primerizo y literariamente muy pobre comparado con la gran altura que luego alcanzaría Rafael. Lo que ocurre es que la fuerza de la historia que cuenta es tanta que pasa por encima de imperfecciones formales e incluso lingüísticas. Pone como ejemplo algunas novelas de Pío Baroja, escritas con poco cuidado pero imposibles de soslayar porque su historia es muy potente. Sostiene que cuando cuentas a alguien la historia de Mararía alucina, porque es alucinante, pero leerla es otra cosa. Es un texto extraño, que siendo endeble literariamente es tan poderoso argumentalmente que ha sido capaz de crear el mayor mito literario de Canarias.  Por lo tanto, su opinión es que Mararía no es fetasiana, y tampoco lo son muchos de los textos que son tenidos por tales. Para él, esto del fetasianismo es una nueva moda que tratan de rescatar en algunos círculos laguneros (En la ciudad de San Cristóbal de La Laguna, Tenerife).

Mi opinión es otra muy distinta, como he comentado, Rafael Arozarena, en la década de los 50', comienza a convertirse en un hombre fetasiano, esto quiere decir, que separar su literatura de su actitud vital, como lo es al fin y al cabo el fetasianismo, es inconcebible. Ahora bien, estoy de acuerdo que quizás no es su mejor obra si nos atenemos a los aspectos formales, pero sigue siendo intensa desde las primeras páginas. Esa extrañeza que produce al lector Mararía, lo atribuye a lo potente que es la historia en sí, sin embargo, haciendo un estudio detallado de Mararía podemos encontrar argumentos para identificarla como una obra fetasiana. Algunos de los elementos claves para el fetasianismo son el viaje, el paisaje, la insularidad, la muerte simbólica y la búsqueda de lo eterno.
El viaje, para los fetasianos, cobra importancia en dos niveles, por una parte el viaje real, el viaje con mochila y desplazamiento, que nos permite conocer todo lo que nos rodea y por otra parte, en un nivel más simbólico, el viaje interior, el viaje introspectivo que nos permite conocernos mucho mejor a nosotros mismos. Rafael Arozarena e Isaac Vega emprenden un viaje real, un viaje que comienza en Santa Cruz de Tenerife y que acaba en las Cañadas del Teide, un viaje que a fin de cuentas recorre la isla. Durante ese viaje, Rafael Arozarena mitifica la figura de Isaac Vega y ambos lo emprenden con el fin de conocer gente y lugares, descubrir los elementos naturales que están por encima del hombre. Funcionó a modo de escape, de entretenimiento. Isaac Vega comentó “Hoy no daría la vuelta a la isla porque no encontraría nada que me agradara” y Rafael “Dentro de la ilusión del viaje estaba el paisaje y ya no es paisaje”. Este viaje real aparece cobrando un gran protagonismo en la obra, la novela aparece a raíz de que un forastero (Rafael) llega a Femés, es partir de este momento en el que Mararía cobra sentido. Este forastero se dedicará a investigar sobre ella hasta conocer su historia. Por otra parte, vemos como el forastero sufre una transformación, ese escepticismo inicial desaparece hasta que acaba dejándose llevar por los vaivenes del propio pueblo y de su gente. El viaje es clave en la novela, sin él no podríamos concebir la estructura formal y tampoco escuchar las voces de los diferentes personajes ya que el forastero es el encargado de exprimirlos hasta conocer la verdad a partir de la multiplicidad de experiencias que tienen cuando la conocen. 

El paisaje y la insularidad también cobran gran importancia en Mararía. Rafael Arozarena habla de la naturaleza insular como una naturaleza fetasiana porque, precisamente, es una naturaleza que se fija en los detalles, en el hecho casi milagroso de que un verode o una retama crezca y verde sobre un erial, sobre tierra baldía, sobre lavas. Esa esencialización del paisaje que va al detalle, a lo minúsculo, concentra la filosofía fetasiana, que huye del barroco de las selvas tropicales, que se sostiene en ese detalle. Esa naturaleza inhóspita, arrasada por las lavas del volcán, es evidente en Mararía, donde el paisaje cobra importancia simbólica también, ya que hay una conexión entre María la mujer y la isla, la mujer isla, como decía Rafael. No olvidemos que Mararía acaba consumida por las llamas, quemada, a imagen y semejanza de los paisajes volcánicos que la circundan, incendiados por el volcán. Otra característica fetasiana evidente en Mararía es el propio concepto de la insularidad, como ocurre en Fetasa, de Isaac de Vega. La insularidad no es solo geográfica, sino espiritual, casi mística también. La insularidad no se deriva sólo de vivir en un pedazo de tierra que llamamos isla y que está rodeado de océano, sino que ese hecho geográfico determinante tiene otro resultado que es la insularidad hacia dentro, hacia la introspección, de ahí que los personajes de estas novelas, los personajes fetasianos, estén signados por una singularidad extraña, especial, porque llevan la isla dentro, son islas en su océano de soledad. Esto a veces es llevado a extremos casi surrealistas (como ocurre en Cerveza de grano rojo), pero en Mararía, el propio personaje central sobre el que todo gira, es un personaje aparte, rodeado de soledad, es un personaje digamos insular.

Los fetasianos, a pesar que se basan en lugares geográficos concretos, en el fondo están creando un espacio literario, inventan un pueblo y un lugar a partir de su narración. La propia isla de Lanzarote funciona como correlato de María, una isla con cicatrices y quemada, como acabará el propio personaje. El paisaje alimenta la historia, la nutre de elementos que potencian la magia y la sensación de extrañeza. La aridez de la isla coincide con la rudeza de la historia, el paisaje no es solo un telón donde los personajes se desenvuelven, sirve de metáfora que describe la condición  de algunos de ellos, por ejemplo: “Ahora estaba en Lanzarote, la más oriental de las Islas Canarias y era como si estuviese sobre el lomo de aquel perro flaco, aquel perro de cal y de arena”   (C.I, pp. 14);“Mararía es larga y seca como la isla de Lanzarote” (C.III, pp. 35);; “Por eso me ha entrado en el alma esta isla de Lanzarote. Es una isla sola, desamparada, como yo mismo, como un barco abandonado” (C.IV, pp. 46); “Llegábame entonces la sensación de hallarme en un mar fosilizado, flotando sobre una barca fantasma y navegadora sobre las singladuras del infinito” (C.VII, pp.73). Estos son algunos de los muchos ejemplos donde Rafael utiliza el paisaje como correlato del personaje, un correlato que funciona para expresar una sensación o un estado anímico. Muchos afirman que este tratamiento es poesía, pero otros, con los que estoy de acuerdo, consideran que es Fetasa.
La concepción de la muerte por parte de los fetasianos es fundamental. Para ellos, parte del proceso que pretende alcanzar lo absoluto parte de la muerte, de una muerte simbólica que transforma al individuo y le permite alcanzar la trascendencia a partir de eliminar las excentricidades y las banalidades con las que convive el individuo. Más allá de esta vida temporal hay algo que se acerca al espíritu y solo el ejercicio de encontrarlo ya aviva el alma, nos eterniza. María, después de sufrir una vida desgraciada consecuencia de su belleza, decide quemar su piel.
Este acto que la acerca a la locura, realmente supone un renacer del personaje. Como el ave fénix renace de sus propias cenizas, quizás no para convertirse en algo mejor, pero sí en algo diferente, porque el fin no es la perfección, sino el proceso de metamorfosis.
El siguiente punto clave, que confirma que Mararía es una novela fetasiana, es el concepto de lo eterno. Los fetasianos buscan alcanzar lo abstracto, pero como comenté con anterioridad este proceso los eterniza. Esto sucede con María en la obra, después de quemarse se convierte en mito e incluso tras su muerte su recuerdo permanece en los habitantes de Femés. Al final de la novela un grupo de niñas, mientras observan cómo los niños juegan comentan:
“-¿Las brujas de verdad vuelan? -preguntó una.
-¡Claro que sí! -exclamó otra -¡Por eso son brujas!
-¿Y las brujas muertas?
-No sé.
-Pues a mí me gustaría ser bruja y volar siempre, viva y muerta.
Las otras niñas rieron y la señalaron.
-¡También tú te llamas María!
-Sí -dijo la niña sin darse cuenta.
Entonces, entre todas formaron una rueda y dejaron a la niña-bruja en el centro y cantaron.
Habían cambiado un poco la canción de siempre:


¡Vuela,           vuela,
 Mararía, que ya está
muriendo el día!
La niña-bruja se echó a llorar. Sintió como si se hubiera muerto y volara entre los vilanos que llenaban el cielo de Femés”
Como vemos, la resonancia de la figura de Mararía llena el pueblo, su eco vive a pesar de su muerte. Su transformación la convierte en leyenda y convierte su figura en un personaje inolvidable en el pueblo.
Después de estudiar detenidamente estos cuatro punto que acabo de desarrollar, desde mi punto de vista, es innegable el hecho de que Mararía es una novela fetasiana. Rafael Arozarena, a partir de los años 70' desarrolla mucho más el simbolismo y el surrealismo, por lo tanto, esta novela no podrá ser igual que Cerveza de grano rojo, novela que indudablemente se encuentra dentro del movimiento fetasiano. Igualmente, aunque sea de manera inconsciente, Arozarena dibujó en este libro las conversaciones metafísicas y filosóficas que habían tenido los miembros del grupo fetasiano. Mararía es el parto de una terrible conmoción a raíz de encontrarse con la extraña figura de Mararía durante su estancia en Lanzarote, a partir de este encuentro, comienza a indagar.
Aprovecha la vivencia y desarrolla posibilidades, experimenta con la novela 

En definitiva:

Siendo totalmente honesta, nunca me esperé que el trabajo de grado fuera tan enriquecedor e intelectualmente tan sano. Ha sido una experiencia bellísima, porque me ha permitido acercarme a los grandes escritores de mi isla, escritores que he abandonado durante la educación que he recibido en la carrera. Para mí, este trabajo se ha convertido en un reivindicación de la literatura canaria y también un humilde pasaporte para todos aquellos que quieran aproximarse a ella. A mi manera he querido homenajearlos, porque son símbolos de mi identidad y reflejo de un latir isleño.
Siento, de alguna manera, que mi vocación como investigadora ha crecido hasta el punto de convertirse en un sueño. Sé que este trabajo supone una aproximación muy infantil a lo que en un futuro se pedirá de mí en una tesis doctoral, sin embargo, quiero convertirme en una persona capaz de proporcionar al mundo literario nuevas visiones y nuevas aportaciones que alimenten este universo que me da la vida, el mundo de los libros y sus demiurgos.
Nunca pensé que fuera tan crítica con mi trabajo y tan exigente con el resultado, pero lo cierto es que, a pesar de trabajar, releer y reescribir mil veces sobre un mismo texto, creo que nunca podría quedar satisfecha. Igualmente, ofrezco mi trabajo, en el que he volcado toda mi ilusión. Compaginarlo con siete asignaturas ha resultado una tarea ardua, pero cuando algo te gusta, nace solo.
Y mi agradecimientos a todas las personas que han participado en este trabajo, con una idea o con la paciencia de aguantar durante estos cuatro meses cualquier cosa que tuviera que ver con Fetasa. En primer lugar, quiero agradecer a Lucía Cruz, mi madre, que trabajara codo con codo conmigo. Por mandarme toda la bibliografía que le solicité y que aquí no podía encontrar, por pasarse horas en una biblioteca buscando y escaneando para poder crear esta monografía. Gracias porque nunca has permitido que me rinda.  También quiero agradecer a Carlos Melián, mi novio, la idea de trabajar sobre Mararía, como canario conoce la importancia de este libro y me recomendó darlo a conocer en esta universidad. Gracias también por aguantar con infinito cariño mis miedos, mi alegría y las sorpresas que me fui encontrando a medida que investigaba sobre el tema. Gracias por compartir mi ilusión.
Por otra parte, mi eterno agradecimiento a Sabas Martín, Emilio Déniz, Roberto Cabrera, Víctor Álamo de la Rosa y Juan José Delgado. A Sabas Martín por solucionar cada una de mis dudas con infinita paciencia y dedicación; A Emilio Déniz por no solo aportar su granito de arena a la monografía, sino también por ser tan cercano y amable; A Roberto Cabrera por proporcionarme material continuamente y de manera incansable, gracias porque cada día tenía en el correo nuevo material que leer; A Víctor Álamo de la Rosa, porque desde el primer día me ofreció un teléfono al que llamar siempre que necesitara resolver mis dudas y también por ponerme en contacto con el gran Juan José Delgado, quien ha enriquecido mi trabajo desde la primera conversación. Nunca olvidaré esa tarde que conversamos por teléfono y que llenaste de sabiduría los minutos que compartimos. A todos ellos mi máximo respeto, porque no solo son grandes críticos, académicos o periodistas, también son grandes personas  que han puesto su conocimiento a mi disposición y sin duda han conseguido que este trabajo sea muchísimo más sólido de lo que iba a ser en un principio.
Por último, gracias a mi tutora Anna Caballé, por la paciencia y rapidez con la que respondía cada uno de mis correos y por las aportaciones a este trabajo así como ser mi guía a la hora de estructurarlo.
Gracias, en definitiva, a todos y cada uno de los que me han acompañado en este viaje tan fascinante por Femés. 
 Bibliografía.
        Arozarena, Rafael. Mararía. Santa Cruz de Tenerife: 2a Ed. Ediciones Idea; 2010
        Álamo de la Rosa, Víctor. Escritores en su tinta. Santa Cruz de Tenerife: Ed. Idea Centro de Cultura Popular Canaria; 1995.
        Baute, David. El laberinto habitado. Santa Cruz de Tenerife: Tinglado Film; 2012.
Disponible: http://www.youtube.com/watch?v=qn2QlyHKWWw
        Déniz, Emilio (1996): “Entrevista con Rafael Arozarena”. Disponible: http://www.canarias7.es/blogs/bardinia/2009/10/entrevista-con-rafael-arozaren.html
        García de Mesa, Roberto. Conversaciones con Rafael Arozarena. Santa Cruz de Tenerife:
Ed. Benchomo; 2004.
        Martín, Sabas. Sobre el Volcán [A propósito de Canarias]. Santa Cruz de Tenerife: Ed.
Ediciones Idea; 2007.
        Martín, Sabas (2006). Mararía, Rafael Arozarena en Castañeda J.P, Delgado J.J, Martín S.
Doce novelas que se pueden leer: Santa Cruz de Tenerife, Ed. Ediciones Idea: p. 77-92.
        Padrón, José Antonio. Lo fetasiano. Disponible en http://www.elvigia.com.es/fondos
                    @ Estefanía G. Cruz


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