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viernes, 13 de octubre de 2017

PISTAS

PISTAS
j-m AIZPURUA
Al parecer solo un 20% de la población del Estado español votó en la Constitución 78. El otro 80% no vivió aquel suceso de la “transición” y su salida constitucional. Yo sí, como dirigente de un partido, clandestino primero, tolerado en transición y finalmente legalizado. Trataré de dar pistas a estos milenials manipulados.
Las “Leyes” con las que veníamos reprimidos durante 40 años, fueron vulneradas y cambiadas por otras. Esto se hizo por la mayoría parlamentaria franquista, sin participación de la oposición, a la que al final del camino de transición, se ofreció una constitución, con música de sables como fondo. O aquello o el caos.
Franco, que decían era monárquico, rechazó al candidato monárquico tradicional D. Juan, y entre la terna principesca, su yerno Gonzalo, el carlista Carlos Hugo, y su pupilo Juan Carlos, eligió a este como iniciador de la dinastía sucesora del franquismo. Todo estaba atado y bien atado.
La sufrida oposición, tragante y doliente, asumió aquel asunto y todos a chaquetear, franquistas y opositores, viendo al “rojo” Carrillo abrazar la rojigualda.
Con el presidente Suarez a la cabeza, el antiguo Estado dictatorial fascista, emprendió el camino para llegar a la Europa democrática, con un proyecto de Estado democrático a perfeccionar con los años y necesitado de realizar las reformas que el ejército franquista no permitía en aquel momento. En privado, Suarez aseguraba que el fin del trayecto constitucional estaría en “algo” equiparable a Europa y con las nacionalidades encajadas.
El 23 de Febrero con la aparición de Tejero dando tiros en el Congreso, este proyecto terminó, dando paso a uno nuevo, nunca explicitado y justificado por el anti-terrorismo de ETA.
Ya nada volvió a ser igual.
El “espíritu de la transición”, aquella voluntad de concordia entre territorios, naciones, derechas e izquierdas, se esfumó. Los partidos, tomaron un protagonismo desmesurado y gobernaron para su propio peculio, olvidando su origen y valores, y consintiendo al oponente su ejercicio, sabedores que ellos serían los siguientes.
El resultado está a la vista. El 15 M puso a la juventud en pie y evidenció que el régimen del 78 y sus partidos no representaban el sentir político de la calle.   El 1-0 puso en evidencia lo inadecuado del fabuloso proyecto nacional de 500 años, en los territorios que tienen sentimientos nacionales distintos a los castellanos.
Un Estado, debe sentir la adhesión ciudadana de sus minorías, y trabajar para encajarlas en armonía con la mayoría. Debe originar ilusión por el futuro.
Hace 131 años que la oligarquía hispana, perdió sus régimen colonial y esclavista y la caída del Imperio puso a los restos territoriales a la búsqueda de su economía y su Estado. Indudablemente todos, las nuevas repúblicas y la Madre Patria, no han encontrado su espacio y se distancian en desarrollo de los territorios anglófonos.
El proyecto marianista, neofranquista y neoliberal, no tiene base en la transición, a la que ha traicionado, suplantando a una derecha posfranquista, que en su enunciado (Unión del Centro Democrático) fijó los objetivos de la marcha hacia la democracia europea. La deriva del bipartidismo se lo permite. Y el gol de Iniesta.
Recuperar el proyecto posfranquista, crear sentido de pertenencia, asumir que el Estado español es simplemente un Estado (compuesto de naciones y territorios), no asumir como “natural” la existencia de marginados a los que es ineludible el rescate al bien común, y dar esperanza al feminismo, la niñez, educación a la juventud, trabajo a los trabajadores y sosiego a los jubilados, estas son las verdaderas responsabilidades del Estado, y no las represivas, que evidencian su fracaso.
Hay un mojón chupóptero, este si de 500 años, donde una casta envuelta en banderas se atrinchera contra el progreso y la democracia, y que la desunión de los oprimidos no consigue echar al desván de la historia.


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